Antología de ciencia ficción
Eligio Coronado
Monterrey.- Cuadrántidas*, de Fernando Arturo Galaviz Yeverino, es la segunda antología de ciencia ficción que se publica en Nuevo León. La primera fue Guardianes de cromo (Papeles la Mancuspia, núm. 60, septiembre de 2012), del propio Galaviz Yeverino (Monterrey, N.L., 1969).
Pero Cuadrántidas es la primera que se publica en libro y, mucho más trascendente, es la primera de poesía (en este caso, minipoesía) de ciencia ficción.
Los quince autores incluidos se dividen en dos grupos: nueve miembros del Círculo (o sea, del Círculo de Lectura de Ciencia Ficción Contemporánea que Galaviz Yeverino coordinó entre 2010 y 2011 en la Casa de la Cultura) y seis autores visitantes (esto es, que han orbitado fuera de ese Círculo).
Además de esta tripulación, hay otros autores en esta aeronave: Miguel Manrique Pérez (traductor), Felipe Montes (prologuista), Ramiro Garza (se incluye un cuento suyo como prefacio), Alejandro Jodorowski (se incluye una carta), Alfonso Reyes (se incluye un poema) y Miguel Ángel Fernández Delgado (se incluye una cita).
La base de estos minipoemas es el haikú, esa forma japonesa de tres versos, pero con una gran diferencia, según afirma el propio Galaviz Yeverino: “Esta forma de poesía suele abandonar las metáforas y conceptos abstractos y evoca un escenario de ciencia ficción”, pero “tiene su fundamento en brindarnos una profunda agudeza sobre la condición humana” (p. 29-30).
Este abandono del lenguaje poético cambia la naturaleza de estos minipoemas, además del hecho de que algunos son en realidad cuentos, anuncios, aforismos y hasta hay un instructivo. Por otra parte, algunos autores no respetan la estructura de los tres versos y otros no cumplen con el requisito de las diecisiete sílabas (y mucho menos de la división de éstas en 5, 7 y 5).
En esta atmósfera de libertad creativa sobresalen los caligramas de Perla Saldívar, el poema monóptico de Armando Alanís Pulido (“Si se acaba el mundo, fundemos otro”, p. 131) y los minipoemas de Claudia Yaneth Aguilar Herrera (“Vuelo fuera de mí, / me transformo / en alguien nuevo”, p. 38), de José Talamantes (“Los ojos son la ventana del alma / ¿Los ojos cibernéticos, / son ventanas también?”, p. 69) y de Karla Elva Ramírez Aguilar (“Ante mis ojos androides / un destello de humanidad”, p. 76).
Hay también prodigiosas historias vestidas con escasas palabras. Éstas son las mejores: “Arranca su piel / del cráneo metálico. / Espera el juicio” (Laura E. Cáceres, p. 88), “Los tripulantes se acabaron / devoremos ahora / la nave espacial” (Fernando Galaviz, p. 48), “El cielo es rojo, / y las hojas púrpuras. / ¿En qué planeta he caído?” (Eliézer Garza González, p. 42).
Finalmente, la historia más típica de la CF es la destrucción del universo y Ricardo Martínez Cantú la resume, muy cotidianamente, así: “Quité el tapón y el universo / -arremolinado y gorgoteante- / se fue por el hoyo negro” (p. 151).
*Fernando Arturo Galaviz Yeverino, comp. Cuadrántidas. Scifaikus y micropoesía de ciencia ficción. Monterrey, N.L.: Edit. UANL, 2012. 170 pp. Edición bilingűe, español-inglés. Trad. Miguel Manrique Pérez.
