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1200 29 Noviembre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
Si no fue EPN ni Ebrard, sólo pudo ser Calderón
Francisco Gómez Maza

¿De quién fueron los excesos?
Afectan al nuevo jefe del ejecutivo

Ciudad de México.- Son explicables los operativos policiacos de seguridad para garantizar la ceremonia de toma de protesta del nuevo presidente de la república, particularmente cuando existe un clima de inseguridad pública generalizado. Se explicarían también para prevenir un boicot de las izquierdas.

Sin embargo, el cuidado de los lugares donde se desarrollarán los actos inaugurales del gobierno de Enrique Peña Nieto, particularmente la Cámara de Diputados, donde se escenificará el acto legal de toma de protesta, o el primer cuadro de la ciudad, pues luego irá a Palacio Nacional a pronunciar su primer discurso como jefe del poder ejecutivo, ha sido extremoso. El libre tránsito constitucional ha sido conculcado. Los vecinos de la zona, que tienen que ir a la calle por cualquier motivo, están indignados. Se sienten agredidos. Y están furiosos.

El operativo no beneficia al nuevo mandatario, quien durante su campaña electoral prometió que sería un “presidente democrático”. No creo que la orden del blindaje haya sido tomada por Peña Nieto. Esa responsabilidad tendría que recaer en el gobernador del Distrito Federal o en la presidencia de la república del saliente Felipe Calderón. Sin embargo, seguramente que Peña tuvo que ser consultado, o por lo menos informado.

Lo grave es que el operativo envía un mensaje de miedo ante eventuales manifestaciones de protesta de movimientos sociales y político partidistas que insisten en que el triunfo del priísta es una “imposición”. No hay que olvidar que estos descontentos son millones que votaron por el perdedor Andrés Manuel López Obrador. Y manda otro mensaje: mano dura del nuevo presidente cuando él ha insistido en que será un presidente democrático. Y la democracia es la desembocadura de la libertad de expresión, de manifestación, de oposición.

Los diputados de la bancada del PRD, el partido que se siente más agraviado por el triunfo de Peña Nieto, han asegurado que no impedirán la toma de protesta del próximo Ejecutivo, aunque no se quedarán cruzados de brazos ante el retiro del “presidente de la violencia” (Felipe Calderón), cuyo saldo es de 93 mil muertos, y la llegada del presidente de las televisoras.”

Nadie duda que el extremado operativo sea un agravio a la población, principalmente a quienes viven en las colonias del centro histórico y de San Lázaro. El propio líder de la mayoría legislativa, Manlio Fabio Beltrones Rivera, ha deslindado al poder legislativo de la decisión de mandar cientos de soldados vestidos de policías federales. “Las disposiciones de seguridad que se tomaron en las calles aledañas no tienen nada que ver con solicitud alguna por parte de la Cámara de Diputados”, afirmó Beltrones, y ya el martes lo había aclarado el presidente de la mesa directiva, Jesús Murillo Karam. Ojo: ambos diputados son voz de Peña Nieto.

Bien que se garantice la celebración de la ceremonia de cambio de mandos del primero de diciembre. De acuerdo. Pero… no la chinguen. Quién dio la orden del exceso. Por lo dicho por los líderes priístas de la Cámara, no fue Peña Nieto. El gobernador Ebrard Cassaubón cuestionó severamente el operativo. Entonces, no queda más que Calderón. Y todo por el pánico que lo envuelve de ser madreado por las mayorías a su llegada al recinto donde se reunirá el Congreso de la Unión el próximo sábado.

A desfondo
Y a propósito de Beltrones Rivera, el sonorense es finamente mordaz, irónico, cuando se trata de cuestionar a sus opositores políticos. Ayer fue particularmente irónico al responderle a un reportero sobre la febril actividad “propositiva” de iniciativas de reformas o de nuevas leyes de Felipe Calderón. ¿No se le hizo un poco tarde al presidente Calderón para enviar esta iniciativa (la de la segunda vuelta electoral), casi a 48 horas de que se vaya?, le preguntó un reportero. Y fíjese en el tono de la repuesta de Manlio: “Habla de un hombre que es congruente hasta el final de su mandato, y quizá era una de las iniciativas que se le habían olvidado enviar… la recogeremos y la enviaremos a comisiones para su estudio.” Esto quiere decir en el lenguaje de los legisladores que la propuesta se va al archivo… al archivo francés como he bautizado al cesto de la basura.

Los diputados recibieron ayer del titular del poder ejecutivo una iniciativa que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Constitución Política, a fin de establecer la segunda vuelta para la elección de Presidente de la República. La iniciativa plantea que, cuando ninguno de los candidatos contendientes hubiese obtenido más del cincuenta por ciento del total de los votos, “se realice una segunda votación en la que participen solamente los dos candidatos que hayan obtenido el mayor número de sufragios en la primera votación”.

Bueno, “aiga sido como aiga sido”, Calderón estará el sábado venidero quién sabe dónde, menos engañando a los mexicanos, como lo hizo durante los fatales seis años de su “mandato”. Tendrá que marcharse porque no lo querrán en ninguna parte, menos en el PAN, el partido que lo cobijó desde niño, pero que ahora lo detesta.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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