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El Presidente del Consejo Coordinador Empresarial, licenciado Armando Paredes Arroyo, presentó este texto el 29 de enero en San Lázaro, ante diputados, senadores, académicos y líderes empresariales.
Señores legisladores, distinguidos panelistas, amigos todos.
La evolución del crecimiento económico en México no ha sido suficiente para promover los empleos que se necesitan crear cada año. Ahora con la crisis financiera y la recesión mundial internacional, las expectativas de empleo y el crecimiento se han ajustado a la baja de manera drástica.
Además, aunque porcentualmente el índice de pobreza se ha reducido, el número absoluto se ha incrementado y la distribución del ingreso se ha deteriorado. Actualmente las expectativas de movilidad social son mínimas, crean desesperanza, angustia y frustración.
Aunado a ello las actividades ilícitas se incrementan. La inseguridad y la delincuencia han llegado a niveles críticos en el país con situaciones extremas en algunas ciudades y regiones que lo convierten en un tema de seguridad nacional.
El bajo y alarmante nivel de educación inhibe la formación de capital humano. La incorporación de los jóvenes a la vida social productiva, digna y satisfactoria. Si no se resuelve este problema, será imposible tener tasas de crecimiento altas y estables, lo que pone en riesgo el futuro del país.
Ante lo anterior, se suma que el gasto corriente del sector público crece insaciablemente y reduce el espacio para la inversión. Las políticas públicas se han realizado sin planeación adecuada y con criterios populistas o de corto plazo.
Por no mencionar los elevados precios de los bienes y servicios que administra el sector público, la corrupción, la falta de transparencia, la insuficiencia de rendición de cuentas y las violaciones al estado de derecho.
Todos estos elementos se traducen indudablemente en una enorme falta de competitividad en el país. Estas condiciones explican que hay un deterioro en el tejido social, frustración, ausencia de expectativas, de mejoría en el nivel de vida, delincuencia, inseguridad y una polarización social exacerbada por grupos de intereses.
Altas tasas de crecimiento no son la única solución ni son suficientes para resolver todos estos problemas, pero son definitivamente necesarias. Por ello insistimos en que se concreten los cambios largamente demorados en nuestro sistema político y en lo económico.
Además, y refiriéndome a la crisis, quisiera señalar algunos principios básicos que identificamos como sector privado.
Primero. Nuestra principal responsabilidad es utilizar todos los mecanismos a nuestro alcance para mantener la liquidez, tanto en las empresas como en las personas. Sin dinero en la caja no se pueden pagar salarios, no se pueden pagar proveedores, no se pueden pagar impuestos y no se puede consumir ni invertir.
Segundo. El empleo debe ser preocupación y atención de todos, al menos para los empresarios sí lo es. Las medidas para su fomento deben implementarse de inmediato.
Tercero. Si el presente año se ve difícil, el próximo muy probable podría ser también un año complicado por el hecho que no tendremos cobertura sobre los precios del petróleo y la plataforma de producción, y los precios se mantienen en declive.
Esto nos obliga a buscar, desde ahora, otras fuentes de ingreso fiscal que suplan a aquellos que dejaremos de recibir, pero que no inhiban la inversión y que alimente la informalidad.
Teniendo esto en mente, el sector empresarial se suma con gran interés a este foro, pues su organización es una muestra de la sensibilidad de nuestro Congreso para actuar aun en tiempos electorales, más allá de intereses partidistas, con rapidez y sin titubeos, poniendo por delante los grandes intereses del país.
El sector privado ha tomado con mucha responsabilidad su participación en este foro. No venimos a presentar un pliego petitorio exhaustivo; tampoco es momento para presentar banalidades o propuestas de intereses de unos cuantos.
Venimos a plantear con seriedad los asuntos que en mayor medida impactan el desempeño de las empresas productivas y las acciones que desde nuestra perspectiva podrán ayudar a paliar la crisis.
Previamente hicimos un largo recorrido a lo ancho y largo del país para sentir el pulso de los empresarios de todos tamaños, de todos sectores y de todas regiones. Recogimos propuestas, escuchamos inquietudes, percibimos la desesperación de miles de empresarios que luchan por mantener sus negocios en operación por conservar inmune su plantilla de trabajadores o retomar el crecimiento potencial que tiene México y que aún seguimos sin explotar.
Tanto a nivel temático como regional los empresarios que participaron en los foros presentaron planteamientos coincidentes, reiterados, en materia de seguridad y estado de derecho, educación, en materia fiscal, financiera, laboral; propuestas para incrementar la competitividad, estimular las inversiones y el empleo y para hacer más eficiente la administración pública, lo que nos confirma que hoy por hoy son los factores que más afectan y dificultan el desempeño de las empresas.
En la sesión inaugural del foro, el secretario Carstens presentó una serie de propuestas que consideramos apropiadas y por tanto la suscribimos en su totalidad y esperamos que muy pronto se constituyan en iniciativas para su aprobación en el Congreso.
Con estos antecedentes, a continuación enunciamos una serie de compromisos y propuestas que responden a las inquietudes y aspiraciones del sector empresarial. Compromisos con la representación de las organizaciones que integran el Consejo Coordinador Empresarial. Reiteremos los compromisos que asumimos durante la firma del Acuerdo Nacional en Favor de la Economía Familiar y el Empleo.
Así, con absoluta determinación ratificamos el firme compromiso de los empresarios de México en tres vertientes fundamentales.
Primera. Sostener en operación la planta productiva y, en la medida que el mercado lo demande, hacer las inversiones necesarias para atenderlo.
Segunda. Tomar las medidas conducentes para evitar el deterioro en el poder adquisitivo de los mexicanos a partir de un manejo racional de costos y gastos que reduzcan el efecto en los precios de las mercancías.
Tercera. Mantener su plantilla de trabajadores utilizando los procedimientos necesarios para que la reducción en el número de trabajadores sea la última instancia. Son compromisos congruentes con la responsabilidad social de los empresarios de nuestros país, que arriesgamos nuestro patrimonio y el de nuestras familias con y por México.
Los empresarios aquilatamos el valor del capital humano, la importancia de desarrollar empleos productivos, de vigorizar el mercado interno y de penetrar cada vez con mayor fuerza en los mercados internacionales.
En la coyuntura actual, los empresarios debemos distinguirnos por un liderazgo fuerte y profesional y por la capacidad de tomar decisiones oportunas y acertadas.
Propuestas: Son muchos los países del mundo que han adoptado medidas profundas y diversas para atenuar el impacto de la crisis económica y financiera.
Algunos ejemplos son elocuentes. Hasta ahora los estímulos contracíclicos adoptados en Estados Unidos representan el 5.4 del producto interno bruto; los instrumentados por Canadá, el 2.1 por ciento; los de Alemania, el 2 por ciento y los de Brasil, el 1.4 por ciento de su producto nacional.
En el caso de México se han impulsado una serie de medidas, la mayoría de las cuales se sustentan en el presupuesto público.
Las acciones anunciadas en el marco del Acuerdo Nacional a favor de la Economía Familiar y el Empleo representan un apoyo cercano al punto 5 por ciento del producto interno bruto, incluyendo el congelamiento de los precios de la gasolina, que no es una inyección de recursos adicional a la economía, por lo que pensamos que son notoriamente insuficientes.
La severidad de la crisis y la diversidad de los canales transmisores obligan a valorar la instrumentación de acciones adicionales que deben ponerse en práctica de inmediato para ofrecer certidumbre a los mercados.
De nada sirve un presupuesto subejercido o que se gaste en los últimos meses del año. Las soluciones que proponemos a continuación están orientadas a ordenar los mercados, a mantener la liquidez en la economía, a dotar de mayor eficiencia a la administración pública, a modernizar las leyes y a garantizar su plena aplicación.
En esta ocasión y dada la magnitud de la crisis, la urgencia amerita instrumentar a la brevedad posible medidas contracíclicas, razón por la cual nos concentraremos en éstas que son las de más alta prioridad; aún así entregamos por escrito un paquete de propuestas más amplio que incluye acciones para estimular el crecimiento.
Este documento, sumado a la agenda de competitividad que entregamos en el 2007 al Ejecutivo y al Congreso, contiene un importante paquete de acciones cuya implementación se vería reflejada en nuestra capacidad de traer inversiones, ya que la inversión pública y privada es el único camino para generar crecimiento económico.
Esperamos tener una próxima ocasión, en breve, para sentarnos a analizar con suficiente detalle estas medidas.
Propuestas en materia fiscal. En este campo se recomienda adoptar medidas que respondan a la necesidad de promover la liquidez de las empresas y personas, de estimular la inversión y de incentivar el consumo y generar mayores empleos.
Se propone lo siguiente: permitir pagos en parcialidades por adeudos fiscales, incluyendo retenidos y trasladados; acelerar y facilitar las devoluciones de saldos a favor.
En el caso del ISR y el IETU realizar pagos provisionales de manera conjunta, tal como operaba el impuesto al activo; ampliar la deducción inmediata de las inversiones en impuesto sobre la renta, en todas las áreas geográficas del país, sin excluir activos y eliminar la tasa de descuento; calcular el IETU en base al coeficiente del año anterior, para evitar descapitalización; no limitar la deducción de inversiones e inventarios anteriores al primero de enero de 2008.
Respetar la recuperación íntegra del impuesto al activo, eliminando la restricción de los transitorios de este impuesto, lo mismo que la prelación de acreditamientos, a efecto de evitar la pérdida de créditos, además, permitir la deducibilidad de perdidas cambiarias; incrementar el límite existente para deducir consumos en restaurantes y hoteles, al igual para inversiones y gastos en automóviles; exentar temporalmente las contribuciones sociales a los nuevos empleos.
Es necesario adelantar la eliminación prevista del impuesto por tenencia de automóviles; deducibilidad fiscal en gastos de educación, promover la repatriación de capitales, salvaguardando la identidad de las personas por seguridad con una tasa impositiva atractiva.
Propuestas en materia laboral y de seguridad social. Concretar la reforma a la Ley Federal del Trabajo, con objeto de flexibilizar las condiciones de contratación; aumentar la certidumbre jurídica en la relación laboral; actualizar el marco legal vigente; favorecer la creación de empleos y mejorar el código de procedimientos en esta materia de resolución de conflictos; abrir los esquemas de facilitación de paros técnicos a diversos sectores y no sólo a las empresas Altex, lo que implica dotar de mayores recursos a este programa.
Diseñar un programa agresivo de estímulos para la generación de nuevos empleos; generalizar a todos niveles de gobierno la eliminación temporal del impuesto a la nómina, generar programas de apoyo para inmigrantes y desempleados, a efecto de incorporarlos a la economía formal; amnistía parcial en las contribuciones sociales de años anteriores, otorgando plazos para promover su regularización.
La actitud de presión y de acoso del Instituto Mexicano del Seguro Social, no es congruente con un periodo recesivo en el que con gran esfuerzo se requiere seguir sosteniendo la planta productiva y el empleo. Urge flexibilizar los esquemas de cobranza del instituto que llegan al extremo de embargar activos en las empresas, de tal suerte que se abran programas de facilitación de pagos en parcialidades en los que las multas y recargos resulten razonables. Se recomienda también aplicar un mecanismo ágil de facilitación en el Infonavit.
Propuestas para incrementar la competitividad de la inversión. Por su impacto sobre la eficiencia del costo de los numerosos procesos industriales, garantizar que las empresas, incluidas las Pyme, tengan acceso competitivo a insumos como la energía eléctrica, diesel, gasolina, gas natural petroquímicos y otros combustibles.
El gobierno federal debe adecuar su sistema de compras a efecto de cumplir con el compromiso de destinar el 20 por ciento a las Pyme. En estados y municipios deberán tomar medidas equiparables a nivel local. Combatir enérgicamente la competencia desleal y el contrabando, acelerar el programa nacional de infraestructura.
Establecer condiciones para que el presupuesto público se ejerza en forma oportuna y transparente, lo que implica fijar metas y reglas operativas para que las dependencias públicas federales e incluso las estatales y municipales comprometan el total de su presupuesto dentro de los cuatro primeros meses del año.
Ampliar la cobertura al esquema de proyectos plurianuales y tomar las medidas para reencauzar oportunamente los recursos asignados a los proyectos que no cuentan con elementos necesarios para su puesta en marcha.
Legislar sobre los requisitos para justificar las expropiaciones, liberar los derechos de vía y dar posesión inmediata de los bienes en caso de interés público, salvaguardando las garantías individuales. Precisar los esquemas de compensación en caso de daño ambiental a efecto de no detener las obras de infraestructura.
En el sector agropecuario se recomienda impulsar un programa emergente integrado por instrumentos de política pública, cuya implementación no implique un incremento presupuestal sino su redistribución, así como mantener un esquema de Procampo en los límites de la propiedad legal y definir el ingreso objetivo para granos y oleaginosas.
En el sector turismo es necesario acrecentar los recursos destinados a promoción.
Propuestas en materia de energía, gas natural. Suspender la operación de un nuevo régimen de ventas de primera mano de gas natural. Modificar temporalmente los contratos de Pemex a efecto de disminuir penalizaciones. Ofrecer mayores rangos de tolerancia y otorgar plazos accesibles de pago a fin de evitar el corte del suministro.
Flexibilizar el manejo de garantías. Cambiar el concepto de base firme anual por uno de base firme trimestral para ofrecer opciones que se amolden a la problemática de las empresas. Ofrecer más apoyos a los usuarios orientados a la administración de riesgos, tanto a través de opciones de precios como de vía de coberturas.
En materia de energía eléctrica se propone reajustar los aumentos excesivos de precios de energía ocasionados por el uso de escaladores inadecuados en las tarifas industriales.
Corregir los mecanismos de actualización por inflación. Transparentar el precio del combustóleo y referenciarlo a un precio de la mezcla mexicana del petróleo. Flexibilizar el cambio de tarifas a períodos trimestrales, sin que haya cargos por parte de CFE. Ampliar los plazos de pago. Aumentar las opciones tarifarias para los usuarios, por ejemplo, impulsar la tarifa de tiempo real que otorgaría a los consumidores oportunidades de compra de energía a niveles competitivos.
Propuestas en materia financiera. Fomentar el fondeo para el desarrollo de intermediarios financieros diversos, como es el caso de Sofoles, Sofomes y entidades de ahorro y crédito popular, simplificando trámites y reduciendo requisitos. Capitalizar la banca de desarrollo. Exención de los programas de garantía a cargo de la banca de desarrollo a todo tipo de intermediarios financieros.
Canalizar mayores recursos para el financiamiento a las Pyme, estableciendo un programa específico de soporte para la proveeduría de este subsector. Promover la competencia en las administradoras de fondos de retiro y flexibilización del régimen de inversiones de Sifores. Incrementar la competencia en el sistema financiero para garantizar mejores condiciones de acceso para los usuarios. Fortalecer y lograr la universalidad de las sociedades de información crediticia con objeto de reducir riesgos. Implementar un esquema de garantías para reactivar la colocación de deuda y recuperar la confianza en el mercado de valores.
Como se puede observar, es mucho todavía lo que se puede hacer para enfrentar con solidez la crisis global y retomar con suficiencia la fuerza en el camino del crecimiento. El riesgo de quedarnos cortos es alto, como también lo es mantener en el mediano y largo plazos tasas de crecimiento insuficientes.
Es momento de trabajar juntos para sacar adelante al país. La crisis internacional puede ser el acicate para que una a los mexicanos para luchar juntos en la construcción del México que deseamos. Estamos a sus órdenes para analizar en detalle éstas y otras muchas propuestas en beneficio de los mexicanos.
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