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BUCARELI
SONRÍA
Jacobo Zabludovsky
Si algo hay que agradecerles es su sentido del humor. El señor Mario Delgado, secretario de Finanzas del DF, y el señor Rufino León Tovar, director de Transportes Eléctricos del DF, han sido invitados por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para que expliquen, el próximo viernes, por qué la terquedad de destruir el Centro Histórico para injertarle un trasto “costoso, ineficiente e innecesario”, calificado así el tranvía por quienes giraron la invitación.
Los asambleístas la van a pasar de pelos. El señor Delgado dice, en defensa del proyecto, que será una atracción turística. Ya estoy viendo a millones de turistas alemanes congestionando el aeropuerto de Berlín para tomar el primer vuelo directo a México y disfrutar las emociones y placeres exóticos de nuestro tranvía. Y el señor Tovar afirma que subirá la plusvalía de las casas junto a las que pase el cacharro. Deben agradecer este aviso los inquilinos de dichas casas porque los dueños, únicos beneficiarios de la plusvalía, subirán los alquileres. Eso si el cuento de la plusvalía fuera cierto y no producto de esa variedad del ingenio llamada relajo a la que somos tan dados los mexicanos.
El Centro Histórico no necesita tranvía. Esa es la verdad catastrófica para sus promotores que tratan de ocultarla desviando la atención a justificaciones absurdas. La ruta del tranvía está satisfecha. Si existe una zona de la República sobrepasada en transporte público es ésta. Tome cualquier plano de la ciudad y trace rayas.
Metro. Línea 1: Pino Suárez, Isabel La Católica, Merced, Guerrero, Candelaria. Línea 2: Hidalgo, Bellas Artes, Allende, Zócalo. Línea 3: Hidalgo, Juárez. Línea B: Buenavista, Tepito, Lázaro Cárdenas.
Trolebús. Línea A: Eje Central. Línea LL: San Felipe de Jesús, Eje Central, Metro Hidalgo a un costado de la Alameda.
REP (Red de Transporte de pasajeros, autobuses): rutas 17-A, 27, 25, 76, 76 A y desde hace cuatro meses, la del Bicentenario exprés que conecta Paseo de la Reforma con el Zócalo y la Villa de Guadalupe.
Metrobús. Línea 1: Estaciones, Tabacalera, Buenavista. Rutas 1, 2, 18, 88, 22, 118. De acuerdo con la Setravi, son 100 las rutas del Metrobús que atraviesan el Centro Histórico; las mencionadas son las más importantes.
Agregue a esto los taxis, peseros, bicitaxis, bicicletas. Todo el trayecto del armatoste de oro está cubierto. Si algo se quisiera reforzar en la parte oriente del esquema, la calle de Jesús María, un servicio de autobuses podría empezar hoy en esa calle, sólo ahí, sin destruir ni perjudicar a nadie, sin estorbar, sin despilfarrar el dinero que vamos a pagar con creces aunque los humoristas con la seriedad propia de su oficio declamen que los 17 mil millones de pesos caerán del cielo porque no son de un golpe sino de poquito a poquito. Así le dijeron a la hermana de un cuate y resultó tío.
Lo absurdo del proyecto ha empezado a generar rumores. La falta de lógica incita a encontrar las causas de esta nunca vista aventura. No daremos crédito a chismes. Desvirtuarían una verdad irrebatible: el Centro Histórico no necesita tranvía.
El hecho de que la mayoría simple de los asambleístas pertenezca al PRD no me inspira temor porque confío en que no tendrán que votar. Marcelo Ebrard, a quien este tropiezo no quita méritos de acciones como la de liberar al CH de comerciantes callejeros, tiene una salida digna en el artículo noveno de la Base de Licitación para suspender definitivamente el procedimiento (párrafo B) “Por razones de interés público o general”.
Están probadas las razones, no una, que bastaría, sino las dos, porque es de interés público proteger el bienestar de los ciudadanos, en este caso los del CH, y es de interés general no exponer a riesgos un lugar calificado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
El proyecto lo conozco desde su concepción. Empezó como circuito turístico que no ha podido dejar de ser, siguió como transporte para proletarios que van y vienen del suburbano, se convirtió en solución ecológica y la última versión, madero del naufragio, es la de que servirá para ordenar el tránsito, precisamente una de las primeras cosas que va a desordenar.
Cualquiera comete un error. Eso no tiene importancia. Errar es inherente al ser humano. El verdadero error está en no reconocerlo y llevarlo a sus últimas consecuencias. Si suspendes la licitación, Marcelo, dentro de unos meses será olvidado el asunto. Si no, tendrás un tranvía que te acusará en plena calle todos los días y a todas horas.
El Centro Histórico no necesita tranvía.
Suspende la licitación, la chocamos y aquí no ha pasado nada.
El Universal
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