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¡EUREKA! ¡EL AGUA Y EL ACEITE SÍ SE MEZCLAN!
Ricardo Morales Pinal

Cuenta la leyenda que el filósofo griego Arquímedes, considerado por algunos como el padre de la física, cierto día de su vida mientras tomaba un baño sumergido en agua descubrió el principio de flotación, esto es el principio físico que explicaría la razón por la cual los cuerpos sólidos como los barcos y otros medios de navegación acuática no se hundían. Entonces, continúa la leyenda, loco de contento como el jibarito Arquímedes salió corriendo en traje de Adán por las calles de Siracusa para gritar a todo el que lo quisiera ver en semejantes fachas: ¡Eureka! ¡Eureka!, que en buen sentido significaría: ¡Lo he encontrado! ¡Lo he encontrado!
En la actualidad cierto filósofo mexicano de talla internacional de orígenes españoles y avecindado en Guanajuato y que gracias a la magia –la magia tiene ciertos límites colindantes con la ciencia- del sistema político mexicano pudo competir para la presidencia de la república y que gracias también a la buena voluntad del electorado pudo llegar a ella; declaró que la alianza entre el PAN y el PRD es imposible pues éstos son, por sus diferencias ideológicas, como el agua y el aceite, esto es, inmiscibles (lo de “inmiscibles” lo digo yo, pues a nuestro filósofo se le dificulta también la pronunciación de ciertas palabras, como por ejemplo “Borges”; aunque en su descargo hay que recordar que algunas más complicadas en su estructura gramatical se le facilitan enormemente como “pichicuata”, etc.). Sin embargo, así como el terco peso de los hechos hace flotar a pesados cuerpos sólidos sobre las aguas ya sea del mar o de los ríos o de las albercas, y aunque no nos lo podamos explicar, el siempre terco peso de los hechos va configurando poco a poco y despacito la eventualidad de una alianza entre estas dos entidades políticas.
¿Pero qué alegan nuestros sesudos filósofos, políticos y politólogos acerca de esta –aparente- discrepante naturaleza entre dos partidos que por sus orígenes, historia y prácticas políticas constituyen dos de las tres patas de la mesa tripartidista?
¡La ideología!... dicen. Y los pobres mortales que muy poco, por no decir nada, sabemos de estos asuntos de ideología nos preguntamos: ¿cuál es la ideología del PRD y cuál la del PAN, como para que se establezca con tanta contundencia que son tan diferentes e incompatibles?
Por mi parte yo pienso que seguramente sí lo son, si no, vea usted: ya el dirigente nacional del PAN señaló que para avanzar en la conformación de la multimencionada alianza el pretendido aliado debe reconocer la legitimidad del presidente de la república –lo cual entonces no sería como lo hemos venido creyendo, un asunto político como lo es después del fraude del 2006, sino ideológico.
Y el presidente del PRD revira para devolver la flor y señala enérgico –así como es él- que para avanzar en esta santa cruzada contra los agentes del mal dejarán de lado asuntos motivo de divergencias como el de los matrimonios entre ciudadanos del mismo sexo y otros relacionados; “pelillos a la mar”, diría don Joaquín Pardavé, en aquella célebre comedia compartida con Cantinflas. Y así salimos del engaño en que hemos vivido pensando que este es un asunto de orden histórico-cultural.
Y con una todavía mayor profundidad conceptual el gran César –pero no el de la república romana, sino el de esta otra que cada vez se antoja igualmente decadente- nos dice que la pretendida alianza tendrá como una condicionante sine qua non, que ninguno de los candidatos comunes deberá proceder de las filas lopezobradoristas, ya que estos siguen ciegamente los dictados de AMLO. Será harto interesante ver de qué color será la flor que ahora le regresen desde las filas perredistas.
De acuerdo a lo anterior podemos deducir que no son entonces las diferencias ideológicas las que distancian al PAN y al PRD, sino los intereses políticos.
Por otra parte Manlio Fabio –no el cónsul de la república romana, sino el senador de esta república- asegura contundente que una alianza como la que comentamos sólo daría paso a la creación de un engendro, ya que es un atentado “contra natura” dadas, dice, las diferencias ideológicas entre PRD Y PAN.
¡Vaya, vaya! ¿Entonces una alianza PRI-PAN sería más “natural” dada su cercanía ideológica?
No son entonces los diferendos ideológicos, ¿estarán siquiera pensando en ellos?, los que distancian al PRD y al PAN, sino los intereses, prejuicios y conveniencias políticas, por lo que la eventualidad de la alianza es posible en las circunstancias de aquí y ahora en el país. ¿Que cuáles serán los beneficios o perjuicios para los participantes? Eso será materia de otra colaboración. Por lo pronto y como lo señalo en el título de esta colaboración, ya ve usted que sí es posible mezclar agua y aceite, aunque aún me queda una duda prácticamente de orden existencial: ¿a quién le correspondería ser el agua y a quién el aceite? Asunto filosófico este de gran envergadura difícil de dilucidar. ¿No cree usted?

 

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