ORQUÍDEAS EN LA TRINCHERA
ENTREVISTA CON CONSUELO MORALES, PRESIDENTA DE CADHAC
Roberto Guillén
Para todos aquellos ciudadanos que no saben qué es Cadhac, ¿de qué manera les informarías de sus objetivos?
Cadhac es Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos. Fue fundada hace 17 años, con el objetivo de que grupos de ciudadanos nos propusiéramos, organizadamente, defender la dignidad que como personas tenemos; donde haya una injusticia, donde haya abuso de autoridad, ahí es donde Cadhac tiene que estar. Al lado siempre del más vulnerable, porque la autoridad tiene un poder, el ciudadano tiene otro poder; pero muchas veces los ciudadanos no asumimos que tenemos ese poder. Una de las tareas más importantes es acompañar a grupos de ciudadanos o comunidades o personas que han sido abusadas desde el punto de vista de la autoridad y en ese sentido, nosotros caminamos a su lado, para tratar de ayudar, de abrir puertas, para que esta misma persona pueda avanzar. Nuestro logotipo es un monito que se va poniendo de pie. Significa que Cadhac es una organización ciudadana, pero no es una organización asistencial, es decir, no cargamos a la gente, no somos muletas de la gente. Nosotros reconocemos que todas las personas, cualquier persona puede ponerse de pie y mantenerse de pie, siempre y cuando haya un entorno que le ayude. Cadhac quiere ser y se esfuerza por ser parte de ese entorno que ayuda a la gente a ponerse y a mantenerse de pie.
¿Cuál es el estado que guarda la observancia de los derechos humanos en México?
Nos preocupan los hechos recientes de Juárez, Torreón y aquí, Nuevo León, donde la cantidad que tenemos de levantados, de asesinados, en donde hay hechos delictivos donde están involucrados los policías. Las leyes han sido hechas, endureciendo los delitos, poniendo la connotación de grave, es decir, que tiene que pasar el proceso en que mientras resuelven si eres responsable o no, la pasas en la cárcel, nos habla de un deterioro de los derechos humanos. Como bien sabe, en la constitución, las leyes están hechas precisamente para proteger al ciudadano del abuso de la autoridad. Y lo que pasa es que ahora, nuestros legisladores, sobre todo los anteriores, porque son de donde hemos hecho los análisis de las leyes que renovaron e hicieron, pues olvidan esto, o a la mejor ni lo saben, que la ley es para proteger al más vulnerable; está hecha para eso la constitución.
Y lamentablemente aquí lo que están haciendo es proteger a los más poderosos. Entonces, tenemos el deterioro del medio ambiente: un estadio que quieren hacer en un área considerada importante de cuidar, o sea, tenemos muchas agresiones. Los derechos civiles, como es el caminar en la calle, el que puedas caminar en la calle con seguridad, ahorita es un atentado. Eres levantado por el hecho de ser sospechoso. Creo que hay dos monstruos importantes que son la impunidad y la corrupción; que son los que nos ponen en una situación, todavía de mayor vulnerabilidad.
¿Cómo ha sido la evolución de Cadhac a lo largo de sus 17 años de trayectoria?
Cadhac nace como un proyecto eminentemente educativo. El área de educación era el área más grande; y el área jurídica era el área más pequeña, porque Cadhac se concibió como un proyecto educativo. Nosotros dijimos, vamos a formarnos, en la medida que la gente sepa de sus derechos, en esa medida vamos a poderlos defender, cada uno. El asunto fue que en esos años, a fines del 92, que también es cuando se abre la Comisión Estatal de Derechos Humanos, vemos que no había quién defendiera a los ciudadanos. Porque cuando hay un delito entre particulares, pues vas con la autoridad y la autoridad es la que te tiene que ayudar y deslindar quién es responsable de los hechos. Pero cuando es la autoridad la que está de por medio, pues no tiene el ciudadano a dónde ir. Entonces Cadhac se concebía como un proyecto educativo. Poco a poco el tiempo fue haciendo que se hiciera más pequeña el área de educación y que se ampliara un poco más el área de defensa. Hemos tenido casos en donde hasta a nivel internacional hemos tenido que acudir, porque las autoridades locales han sido omisas en sus responsabilidades; entonces, sí ha habido un desplazamiento en este momento. Cadhac está retomando ese camino de crear ciudadanía. Y en ese proceso estamos generando proyectos que ayuden a que los ciudadanos conozcan sus derechos y no sólo que ellos se defiendan, sino que vayan acompañados por Cadhac, soportados por Cadhac, convertidos en una verdadera brigada ciudadana de observadores de derechos humanos, para inhibir tantas violaciones que se están cometiendo.
¿Qué programas existen para fomentar la cultura de los derechos humanos en los planteles escolares? ¿Está la Secretaría de Educación difundiendo los derechos humanos?
No, no sólo en educación básica no lo hay, ni educación media, sino también en educación superior tampoco lo hay. Vemos muy raquítico, podríamos decir, el tema de derechos humanos, aun en la Facultad de Derecho. Esto es grave. Y como consecuencia de ello, tenemos abogados en donde tienen una mirada eminentemente legalista, jurídica, pero les falta toda esa conceptualización de los derechos humanos. Aparte de que estamos donde no se da la cultura de la legalidad, entonces no cuenta. Todo es la tranza, todo es la mordida. Y si alguien se decide a actuar por todas las vías y caminos rectos de la legalidad, pues va a perder o no va a poder llegar siquiera a hacer su negocio, no lo va a poder hacer. ¿Por qué? Porque estamos en una sociedad, en donde hemos perdido, nos hemos alejado de la legalidad y todo es a través de los famosos moches o mordidas y demás.
¿Qué aspectos tendría que reforzar Cadhac para incrementar su influencia en el estado, de tal manera que se construya un eficiente poder?
Pues yo creo que aumentar la capacidad de convocatoria, para que cada vez seamos más los ciudadanos interesados en esto. Estamos en una situación tan grave, que desde nuestro punto de vista vemos, que si la sociedad civil, no nos decidimos a dar un paso a una participación más activa, esto se nos va de las manos. Desde mi percepción hay varios grupos, pero esos grupos estamos dispersos. Y no logramos unir las fuerzas, si no logramos convocar a más ciudadanos que se unan en este quehacer, que debería ser cotidiano en la defensa de nuestros propios derechos, pues cada vez tendremos más encima la bota de los militares.
¿A qué obstáculos se enfrenta Cadhac para que las instituciones transgresoras, atiendan sus recomendaciones?
Bueno, lo mencioné anteriormente, son dos monstruos que veo de una manera muy importante: la impunidad y la corrupción. Si ustedes lo pueden ver, en los últimos años, no ha habido un policía que tenga una sentencia condenatoria. Ni por extorsión ni por robo, ni por lesiones ni por homicidio. Y tenemos casos como el de Garza Sada, donde balearon a una familia y la niña todavía está en condiciones malas. No pasa nada. Aun los militares han detenido policías en flagrancia y éstos en poco tiempo salen. Entonces, tenemos un problema muy serio de impunidad, permeado por la delincuencia organizada, muchos de nuestros funcionarios. Por otro lado, una sociedad que está muy preocupada por la sobrevivencia, que tiene miedo por todos los acontecimientos que se están dando. Estamos como paralizados. Y no nos decidimos a dar el paso. Por eso yo insisto en que tenemos que decidirnos a actuar, a participar activa y organizadamente.
Cada vez más calles de México son ocupadas por el ejército, ¿qué significa esto?
Bueno, es una gran preocupación, Naciones Unidas, en el examen periódico universal que hizo a México, algo que le reiteró muchísimo, fueron dos cosas:
Uno, el que haya sacado a los militares a las calles; y la otra, la figura del arraigo. Es una gran preocupación porque no podemos olvidar lo que pasó en América del Sur con los militares en las calles. Algo que está pasando muy grave en Nuevo León es que los militares no sólo están contra la delincuencia organizada, sino que los están metiendo para contrarrestar el delito del fuero común, como son los robos de autos. Creo que demerita al cuerpo de militares, al meterlos al cuidado de esa tarea de seguridad pública. ¿Por qué? Porque la función de los militares y que la necesitamos, es de defensa nacional, ante cualquier amenaza que tenga el pueblo de México, nuestro país de alguna agresión extranjera. Y entonces están formados para defendernos y por lo tanto, para matar. En cambio, hablando de seguridad ciudadana, que es lo propio en las ciudades democráticas, estamos hablando de gente que debe de estar formada, no de gente que tenemos ahora como policías, pero deben estar formados para proteger los derechos de la ciudadanía. Ahorita se trata de proteger el orden, o sea, la seguridad pública, pero yo creo que podemos dar el siguiente paso si los ciudadanos decidimos y exigimos un basta a tanto abuso de la autoridad y abuso policiaco. Sobre todo contra poblaciones más vulnerables. Creo que los militares son una verdadera amenaza. Y ahora en Ciudad Juárez los ciudadanos están sacando un boletín en donde destacan que el hecho de haber llevado más militares a Juárez demostró más sangre, más violencia y más impunidad. Y por otro lado, algunos sectores de la misma sociedad de Chihuahua estaban pidiendo que se vinieran los cascos azules, a lo cual el Secretario de Gobernación, Gómez Mont, responde que no corresponde, porque estamos en país donde podemos solucionar nuestros propios problemas. La verdad es que Juárez nos está demostrando que los militares en la calle no es la solución y ahora los están sacando de Juárez. Este señor Calderón, habla de un plan integral que habla de políticas sociales, pero que no se han visto traducidas en nada.
Sabemos que en algunas ocasiones ha recibido amenazas, ¿de qué manera sortea este tipo de situaciones?
Primero, tenemos que reconocer que hay una declaración de defensores, que nace cuando se cumplen los 50 años del aniversario de la declaración de los derechos humanos; es decir, en 1998, en donde pide a los gobiernos que respeten, y no sólo que respeten, sino que protejan a los defensores de los derechos humanos, por ejemplo, el que defiende mujeres, el que defiende el medio ambiente, el que defiende a los gays. Todo este tipo de situaciones. Entonces, me parece que estamos respaldados, primero que nada por la legalidad, estamos ejerciendo un derecho y está en la ley; y dos, hay un apoyo local de un sector importante de la ciudadanía, pero lo que nos ha salvado es el apoyo nacional e internacional. Por ejemplo, en el gobierno de Fernando Canales, se recibieron una serie de amenazas, por la defensa de los reclusos del Cereso de Apodaca, que habían sido maltratados en un motín. Inclusive, nos dejaron aquí – frente a la puerta de Cadhac – unos gatos degollados, diciéndonos que los próximos seríamos nosotros. Fue gracias a la cobertura que Amnistía Internacional mandó. Enviaron más de tres mil cartas de apoyo, de todas partes del mundo al gobernador para decirle que ellos conocían nuestro trabajo y que no podían permitir que nos tocaran. Claro que el señor Canales decía: por favor, ni una carta más. Recientemente, el año anterior, cuando recibimos amenazas, el apoyo fue más bien por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos.
Ellos me hablaron a mí, me dijeron, sabemos que están las cosas difíciles. ¿Qué podemos hacer? El hecho del apoyo nacional e internacional, para nosotros es el que salva en un momento dado la situación. Y por supuesto, a nivel local hay amigos y amigas solidarias que no solamente nos dan el apoyo por teléfono, sino que están apoyando de una manera más concreta, para protección de los miembros de Cadhac. Yo creo que en la medida, que cada uno de nosotros aportemos algo –ese es mi sueño- yo creo que la vamos a lograr. Que cada uno de nosotros asumamos la importancia de conocer y defender nuestros derechos y respetar el derecho de los otros, en esa medida seremos cada uno, observadores y defensores de los derechos humanos. Y en esa medida cada vez tendremos menos posibilidades de ser amenazados, porque seremos cada vez más.
¿Quien es Consuelo Morales?
Consuelo Morales es una mujer feliz de ser regiomontana, religiosa, católica, de la congregación de Nuestra Señora canóniga de San Agustín. Que mi compromiso de fe se expresa muy concretamente en el trabajo cotidiano en Cadhac. Es decir, mi fe me dice que soy parte de esta familia humana; y como hermana, tengo que trabajar, luchar y defender por cada uno de los que son mis hermanos y mis hermanas. Cadhac es una oportunidad para Consuelo, de intentar vivir seriamente la congruencia entre lo que vive, lo que piensa, lo que dice y lo que hace.
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