494 11 de marzo de 2010 |
Los Ninis Miguel Treviño Rábago ASÍ COMO hay jóvenes que desesperados por “trabajar” en algo para ganar dinero para ellos y sus familias, y tomaron la decisión de darse de alta en los grupos delictivos que azotan a México, también hay otros miles que ahora son llamados “Ninis”. Eso significa, ni estudian ni trabajan. No hacen nada y sus padres, o su madre en muchos casos, no tienen manera de forzarlos a ir a las escuela. No hacen caso, no tienen interés, les da “hueva” dicen ellos, y entre muchos argumentos, está el para qué, si al cabo conocen a tipos que nunca pisaron las aulas y tienen muchos billetes. LO TRISTE es que, muchos de ellos -jovencitas y jovencitos- son muy inteligentes. Tal vez fueron a la primaria y la secundaria donde obtuvieron excelentes calificaciones, pero en plena adolescencia y juventud, cuando empiezan a ver la realidad que los rodea, violencia, drogas, corrupción, desorden, agresiones dentro y fuera de su hogar, tragedias de otros compañeros, padres desobligados por decir lo menos, o madres abusadas y humilladas, su ánimo va decayendo, su energía se apaga, su alegría de vivir se diluye en silencio. No quieren levantarse, ni bañarse, apenas comen, y luego se tiran en un sillón o en una cama a ver la programación chatarra de las televisoras que nada aportan a la cultura. HAY 50 MILLLONES de mexicanos en pobreza, de los cuales 15 se ubican en extrema pobreza. No tienen para comer, no tienen una casa propia ni un terreno, no tienen ni una bicicleta y mucho menos un auto. Los obreros ganan un poco más de 50 pesos diarios que serían como 5 dólares al día. Del "otro lado" del Río Bravo, no alcanza ni para una hamburguesa y un refresco. ¿Cómo puede vivir una familia con 50 pesos diarios? Los muy ricos de este país, muchos de la clase media alta, no quieren entender eso. La forma de expresarse hacia los pobres es con calificativos tan ofensivos como "nacos" "chusma" "huevones" mugrosos", muertos de hambre" etc. ¿Acaso no son hermanos mexicanos también? EL PUNTO ES que esos pobres no tuvieron las oportunidades de educarse que tuvimos muchos de los que mal leemos y mal escribimos. Pero son seres humanos que sienten el desprecio de una sociedad que le da mucha importancia a los "niveles". Las mujeres que ayudan en los quehaceres domésticos son "gatas" para los patrones y los hombres que no tienen escuela, son "pelagatos" o "pelados". Convengo en que hay gente que es vulgar, sí, pero ¿así nacieron o se hicieron? Si así nacieron, pues no hay nada que hacer. Pero si así se hicieron, ¿acaso no fue por falta de educación? ¿Y quiénes son los obligados a educar a los nuevos ciudadanos? Primero los Padres y Madres de Familia y luego el Gobierno. De hogares muy humildes han surgido mexicanos ilustres: Juárez es el mejor ejemplo. Usted debe conocer muchos más. LA DELINCUENCIA ha encontrado recursos humanos en miles de jóvenes que apenas cursaron la primaria. Hay policías y soldados que ni la Secundaria terminaron. Mucho menos tienen prepa ó fueron a una universidad. Me refiero a los uniformados que andan en el frente de batalla, no a los "jefes" que mandan desde México. Así tenemos que uniformados o sin uniforme, la guerra se da entre personas que apenas si pisaron una escuela o fueron expulsados o fueron rechazados. Cada año, miles de jóvenes y señoritas no tienen cupo en las escuelas. No hay maestros, no hay aulas, no hay dinero. ¿Usted cree estimado lector, que esos miles de jóvenes no quisieran vivir mejor sin tener que arriesgar la vida todos los días en algo que parece el juego del gato y el ratón, pero con balas que hasta hoy han enlutado a 18 mil hogares mexicanos? Los muertos duelen y les duelen más a sus padres, madres, hijos, hermanos, tíos, abuelos, amigos, etc. LOS “Ninis” son otra historia diferente, pero relacionada. Están en sus casas sin hacer nada, si acaso ver la tele con su idiotizante programación, están en las esquinas de las calles, en los billares, en las cantinas y antros que les permiten la entrada, están en los cibercafés, en los juegos electrónicos, en los cines, en los bailes, afuera de las escuelas en pandillas, andan en los "roles" y "reventones". Los "Ninis" ni van a la escuela, ni trabajan. Padres y madres no saben que hacer con ellos. Eso sí, exigen dinero, comida, cama, ropa y alegan y gritan no tener obligación de nada. Los "Ninis" se sienten los "reyes" de la casa, porque tienen "sus derechos". Se dan el lujo de exigir, ofender, mandar. ¿Quién les otorgó tanta autoridad? ¿Si usted tiene un "Nini" en casa no será hora de ponerle reglas para que se convierta en un verdadero ciudadano? AHORA QUE USTED me dirá que hay de "Ninis" a "Ninis" y es cierto. Los hay de la clase alta y media. Ni estudian ni trabajan porque papi o mami les resuelven su vida. Les basta extender la mano para recibir el billete y con él consiguen lo que se les antoje. Todas sus broncas se las arreglan los abogados de sus papis. Se sienten influyentes e intocables. Visten sólo de marca, piden todo a gritos, son prepotentes, burlistas y groseros. Este "Nini" vive en un mundo color de rosa, pendiente de cuál es la próxima fiesta o reventón. Y lamentablemente sí se revienta con alcohol, drogas, sexo y todo lo que pueda comprar con dinero de papi o mami. EN CAMBIO el "Nini" clase media baja y pobre tiene deseos de conseguir todo así tenga que hacer lo que sea. No estudia ni trabaja, no obedece, no escucha consejos ni de padres, ni de maestros que alguna vez lo quisieron orientar. Y de éste segmento sale la mayoría de los "soldados" de los grupos delictivos de todo el país. También los riquillos delinquen, pero los más necesitados económicamente son más fácil de reclutar. La pobreza, el hambre, la necesidad de tener un "jale", de ganar dinero fácil, de impresionar a otras personas, de tener poder, de vengarse de una sociedad que los ve con desprecio por ser pobres. Los sociólogos podrían explicar mejor, por qué los jóvenes con menos educación son más propensos a violar la ley. ESTOS JÓVENES y adolescentes de nuestros días, la generación "Nini" no se parecen en nada a los jovencillos que fuimos nosotros. Con diversiones sanas, jugando en las calles del barrio, desempeñando tareas obligatorias en casa, observando reglas de conducta inquebrantables, midiendo con respeto nuestras palabras, estudiando primero y jugando después, llegando temprano a casa, asistiendo a la iglesia cada domingo, hablando de "usted" a los mayores de la familia, practicando deportes, trabajando en los negocios de la familia, vistiendo pulcramente y con decoro, en fin, estudiando y trabajando. Al menos en mi caso, a los 10 años me gané mis primeros 30 pesos ayudando en la papelería de mi abuelo Fernando en Nuevo Laredo. Y han pasado 50 años, sin olvidar que mis abuelos trabajaron honradamente hasta muy avanzada edad, lo mismo que hicieron mis padres, maestros los dos. En nuestra familia, siempre hubo ejemplos de trabajo y respeto. Y ESO ES lo que los "Ninis" necesitan. Ejemplos a seguir. Se requiere que padres, madres, maestros, sacerdotes, policías, soldados, funcionarios, comerciantes, periodistas, políticos, dirigentes sindicales, catedráticos, deportistas, conductores, escritores, locutores, etc., brinden buenos ejemplos a nuestra juventud. Es hora de defender a nuestros adolescentes y jóvenes y salir al rescate de ellos. Lo digo con la experiencia de haber sido 32 años maestro. Los mejores y los peores ejemplos los ven los niños y los jóvenes en el hogar y en la escuela. Los "Ninis" no deben existir en este país. Tienen que ponerse a estudiar o a trabajar ya. Padres y Gobierno, organizaciones, clubes, escuelas y Universidades tiene que abrir espacio para los jóvenes urgentemente. Hay que convertirlos en hombres y mujeres de bien, pero es vital darles buenos ejemplos. Ahora sí que ni "rebeldes" ni "patitos" le sirven a nuestros jóvenes y niños. Igual que las telenovelas, son distractores sociales. NECESITAMOS LOS ADULTOS ponernos las pilas. Dejar de pelear y discutir entre nosotros y ponerle más atención a niños, adolescentes y jóvenes. No podemos seguir haciendo y creando más nenes y más "Ninis". La educación es la única salvación que tiene México para frenar ya tanta violencia, tantas muertes, tanta sangre joven derramada en las calles de todo el país. Y no importa de qué color sea el Gobierno, lo importante es qué oportunidades educativas les estamos brindando a las nuevas generaciones para alejarlas del vicio y del delito. ¿Veremos algún día a un auténtico Maestro en la Presidencia de la República?
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