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| 501 22 de marzo de 2010 |
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ANÁLISIS A FONDO La difícil permanencia del PAN Francisco Gómez Maza
En el último trimestre, el priismo y el perredismo, identidades opositoras, crecieron; el panismo, en concordancia con la aprobación presidencial, decreció. La identidad partidista, al inicio de 2010, es la más favorable para el PRI, al menos en 8 años. En el caso del sentimiento de simpatía hacia el PRD, alcanza su mayor fuerza en el centro del país, pero en el norte apenas alcanza el 4%. El menos rechazado al inicio del 2010 es el PRI con sólo uno de cada 5 ciudadanos afirmando que nunca votarían por él; le sigue el PAN con 29%. Normal el rechazo entre 30% y 33% hacia el PVEM y el PANAL. Los que han incrementado su rechazo son Convergencia y el PT, este último con 39%, acercándose al rechazo de 41% que tiene el PRD. Los simpatizantes panistas rechazan mucho más al PRD que al PRI, de la misma manera que los perredistas dicen que no votarían por el PAN en mayor proporción que por el PRI.
En febrero de 2010, de acuerdo con la encuesta de Mitofsky, el PRI acumuló el 40% de las preferencias para Presidente de México; el PAN el 16% y el PRD 11%; los otros partidos aparecen con 4%, dejando 29% para los que no declaran preferencia. Hace 6 años el PRI también aparecía con el primer lugar en las preferencias sin candidatos, pero sólo un punto arriba del PAN y 11 más que el PRD. Cuando faltan más de 28 meses para los comicios, 51% cree que el PRI ganará la próxima elección presidencial, 16% cree que ganará el PAN y 10% que será el PRD.
Mitofsky dejá al ciudadano una primera selección de posibles presidenciables y le preguntó quién le gustaría que fuera el próximo Presidente de México; aparece Enrique Peña Nieto en primer lugar con el 25% de las menciones, seguido del ex candidato presidencial López Obrador con 7%; de Fidel Herrera con 4%, y de Marcelo Ebrard y Santiago Creel con 3%. En los 10 primeros nombres mencionados espontáneamente hay 5 priistas, 3 panistas y 2 perredistas, y 8 de los 10 son o han gobernado alguna entidad federativa. Al medir a 7 militantes del PAN Mitofsky observó que Santiago Creel encabeza las preferencias. Le siguen Josefina Vázquez Mota y Emilio González. Lejos de ellos, aparecen 4 miembros del gabinete; Cordero y Lujambio, con 6% de las preferencias de simpatizantes panistas, Lozano Alarcón con 5% y Heriberto Félix con el 4%. En marzo de 2004 era también Santiago Creel quien encabezaba las preferencias seguido, al igual que hoy, de una mujer, entonces Martha Sahagún. El actual presidente Felipe Calderón aparecía apenas con 3% de las preferencias.
El gobernador del estado de México Enrique Peña Nieto es claramente el que genera mayores preferencias entre los priistas con el 65% muy por arriba del segundo lugar, el gobernador de Veracruz Fidel Herrera que es el preferido del 12% de los priistas en todo el país. Algunas similitudes entre la lista de aspirantes de hoy y la de hace 6 años en el PRI: en ambas aparecen los gobernadores de Veracruz y estado de México, el dirigente del partido (hoy mujer) y el líder de su bancada en el senado. Entre perredistas, López Obrador aventaja claramente a Marcelo Ebrard en las preferencias, 59% vs 27%, en la población completa Ebrard supera por 3 puntos a López Obrador. Sólo 4 de los 14 aspirantes son conocidos por más del 50% de los mexicanos mayores de edad y también sólo 4 de los 14 presentan saldos positivos de opinión, destacando Peña Nieto (+34); Fidel Herrera (+10); Marcelo Ebrard (+4) y Beatriz Paredes (+2) como los únicos que lo logran.
Si hoy se enfrentaran Santiago Creel como candidato del PAN, Enrique Peña Nieto del PRI y Andrés Manuel López Obrador por parte del PRD, habría una amplia ventaja en las preferencias hacia Peña Nieto con 53% muy arriba del 14% de Creel y del 13% de López Obrador. Hace 6 años, al enfrentar a los que llevaban la ventaja en sus partidos, López Obrador era quien aventajaba claramente a Madrazo y a Creel. Las contiendas electorales de 2010 en México iniciaron lo que se puede considerar la carrera formal rumbo al 2012; los partidos ya consideran sus posibilidades y hacen sus cálculos estrategias para incrementar sus posibilidades o para disminuir la de sus oponentes en la próxima contienda presidencial. La evidencia más fuerte de lo anterior son las alianzas electorales que en forma sorpresiva hacen el PAN y el PRD para enfrentar al PRI en estados donde sospechan que no tendrían oportunidad al enfrentarlo en forma independiente. Pero los encuestadores frecuentemente se equivocan. Veremos y diremos.
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La irredenta inseguridad pública, la precaria situación económica en la que se debaten las mayorías, la incredulidad y desconfianza de miríadas de ciudadanos en el discurso oficial, la intervención policiaca estadounidense en los asuntos internos mexicanos, el desmadre en que se ha convertido la cosa pública, son factores que han contribuido a que los contrapesos comiencen a pesar más que los pesos, a dos años de que los mexicanos creyentes en la democracia representativa acudan a las urnas a elegir al presidente de la república. Sólo un golpe de timón, un radical cambio de política, de estrategias, de la derecha a la izquierda, podría salvar al partido gobernante, el Partido de Acción Nacional, lo cual es absolutamente imposible, porque los panistas están convencidos de que están haciendo muy bien sus tareas, y eso no los salvará de la debacle electoral. Recientemente, la empresa encuestadora Consulta Mitofsky realizó una encuesta reveladora del descontento de las mayorías con el PAN. 
