Homenaje a Miguel Covarrubias

Eligio Coronado

A lo largo de su vida literaria, Miguel Covarrubias ha recibido varios homenajes: lecturas, discursos, diplomas, premios, un dvd (en el 2006), etc., pero esta vez se trata de un libro: Homenaje a Miguel Covarrubias*, editado por su Alma Mater, La UANL.

Este volumen contiene lo justo para conocer al maestro Miguel: un currículum, una bibliografía, un anexo fotográfico (que también incluye dibujos), una selección de textos (poemas, traducciones de Prévert y Rilke, un ensayo sobre la traducción y un artículo autobiográfico) y las opiniones con que, desde 1963 hasta 2006, han valorado su obra intelectuales como José Emilio Pacheco, José María Lugo, Antonio Magaña Esquivel, Pedro Reyes Velázquez, Carmen Alardín, Víctor Zúñiga, Gabriel Trujillo Muñoz, Sergio Cordero, Eduardo Langagne y Silvia Pratt, entre otros.

En estas cinco décadas, el maestro Miguel ha construido una obra importante y un prestigio no sólo originado por la pluma: también ha ejercido la enseñanza, la coordinación de talleres literarios, la dirección de revistas y la edición de libros. Y alguna vez lo vimos sacudido por el fervor político.

Pero hay cosas que no se pueden medir: su influencia en otros escritores y las vocaciones literarias despertadas (algunos de sus alumnos se volvieron escritores). También es difícil dilucidar cuántos lectores, bajo el influjo de su obra, se lanzaron o lanzarán en el futuro a la palestra de la página.

En su caso, el maestro Miguel tuvo su mayor influencia en casa debido a que su padre (don Ricardo Covarrubias, destacado en diversas disciplinas) le heredó el germen cultural y un universo de palabras: su biblioteca. Allí seguramente se habrán moldeado las ideas iniciales que luego constituirían la inteligente y lúdica obra covarrubiana: “El espejo / no es para que te mires: / es para que me veas, / es para que te encuentres” (p. 48). Y es cierto, en ese espejo que es su obra nos hemos encontrado todos: somos sus asiduos lectores que siempre esperamos más poemas, más cuentos, más ensayos, más críticas y más traducciones.

¿Cuánto vale la obra de un escritor? No creo que se mida por el precio de sus libros ni por la cantidad de éstos, ni tampoco por los premios recibidos ni por los homenajes merecidos. Creo que su valor se mide por la cantidad de personas cuya realidad ha logrado transformar.

En este sentido, la obra del maestro Miguel Covarrubias (Monterrey, N.L., 1940) forma parte ya del paisaje espiritual de nuestra ciudad. Ahora sólo le queda seguir escribiendo porque, como dije antes, sus lectores esperamos más y más textos. Afortunadamente, él nunca ha sido visitado por las perversas “brujas de la esterilidad creadora” (p. 26).

Homenaje a Miguel Covarrubias. Monterrey, N.L. Edit. UANL, 2010. 79 pp., Fot. (Libro Conmemorativo).

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