536 12 de mayo de 2010 |
Lavado de cerebro Nora Elsa Valdez Cada vez más ciertos medios de comunicación: televisión, radio, periódicos, revistas y hasta libros, se enfocan en asuntos desagradables: terror, pornografía, escándalos, notas rojas, y al parecer todo esto es deliberado.
Parece que nos quieren mantener asustados todo el tiempo, pues la mayoría de sus noticias o programas son negativos, desagradables, de mal gusto, que atentan contra la moral, con lenguaje e imágenes que ni a nosotros los padres nos dejan nada de provecho, menos a nuestros hijos, y para colmo los recordamos todo el día o son el objeto de nuestras pláticas o comentarios. Y así, ayudamos a esparcir la negatividad y el miedo que causan esas noticias o programas, lo cual a nadie beneficia, sino por el contrario, degrada y degenera nuestra sociedad, nuestras buenas costumbres.
Todo esto sucede poco a poco. Cada vez va subiendo más de tono, como cuando ponemos una olla de agua a calentar: el calor va aumentando y no nos damos cuenta. Así, las groserías, la violencia y la pornografía son cada vez más y cada vez peores, y muy frecuentemente nuestros hijos son espectadores, hasta en las caricaturas (no se diga en los juegos de computadora), de toda esa basura, sin que nadie de nosotros haga algo, porque nos hacen creer que eso es estar a la moda y que si no vemos o platicamos de esos programas y telenovelas de moda, se burlarán de nosotros.
Es necesario ponernos a pensar si es necesario escuchar y decir todas las groserías o leperadas de esos programas, para estar a la moda. Si realmente hay que tolerar esa basura de en nuestra vida. Nadie nos obliga.
Hay intereses detrás de algunos de esos "medios", que quieren que esos programas influyan en nosotros y nuestros hijos. Deciden lo que se puede y lo que no se puede transmitir, para que mediante ese lavado de cerebro, seamos amaestrados como animalitos para brincar cuando nos truenen los dedos. Estamos haciendo lo que ellos quieren sin darnos cuenta.
Todo eso que se autoriza o no para ser transmitido beneficia a alguien, pero no a nosotros ni a nuestra familia. Estamos siendo engañados, manipulados y utilizados, para que alguien se beneficie.
No sabemos quién es el beneficiado, pero lo que sí podemos saber es si queremos formar parte del montón, del rebaño, que quieren llevar al matadero. Cuando no sabemos lo que está sucediendo podemos ser engañados. Pero cuando lo sabemos, es muy difícil que caigamos en la trampa.
Los ciudadanos tenemos poder. No somos como esos personajes basura que quieren que aceptemos y copiemos. Podemos averiguar quién es el autor, qué esta haciendo y por qué. Podemos apagar la radio o la televisión. O dejar de comprar la basura publicada en periódicos, revistas y malos libros. Cuando lo hagamos, todo eso dejará de ser un gran negocio y no tendrá más remedio que desaparecer. Nosotros le damos vida. De nosotros depende que desaparezca.
Ya basta de que todo mundo crea que somos unos tontos que no se dan cuenta de nada. Es hora de utilizar el poder que tenemos los ciudadanos para defender los principios y valores de nuestras familias.
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