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24 de mayo de 2010
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LA VENTANA DE CAÍN

Las estampas del desenfado

Roberto Guillén 

http://sn130w.snt130.mail.live.com/att/GetAttachment.aspx?tnail=1&messageId=8d3af84f-64f5-11df-a56d-00215ad9baa2&Aux=54|0|8CCC71977EB81B0||En esta entrevista, el artista de la lente, conocido como Juan Jo Herrera, nos brinda su anti-catecismo de imágenes, o si ustedes quieren, La historia del desenfado, revestido con la  frescacereza de una edición de autor. El cuerpo del delito lo conforma un conjunto de fotografías, donde los mismo aparece el africano talismán Arrundell, que un hombre en pelotas con la máscara de Salinas de Gortari. Antes una pregunta: ¿Cómo es el desenfado? Tal como es.

 

¿Cómo ha sido recibida tu obra, Personajes en crisis?

Hice la primera participación, que fue en el salón 2008, era como una especie de sacudida hacia lo que tenemos establecido como lo estético en la fotografía. Era también un poco como dar un giro y en cierta forma, abordar un tema que es de por sí complejo, que ha sido muy abordado desde cierta perspectiva y que cuando nos salimos de esa perspectiva, pues es normal esperar críticas, esperar reacciones. Porque es a veces triste ver trabajos muy bien hechos que probablemente no despiertan nada, que la gente los ve y dice “ahh… qué bonito”. Y es como aceptar lo que los medios, lo que la cultura del capitalismo te está dando. Esta regularización de la imagen.

 

La estandarización de los gustos…

Sí, a través de la publicidad, de la mercadotecnia, de las campañas del gobierno, de la salud, de todo, ¿no?

Un bombardeo a la psique y a tu autoestima.

A todo, a todo.

Es una agresión.

Así es. Es difícil el tema, porque, obvio, a diferencia del desnudo femenino que es más aceptado, más tolerado y más promovido, incluso, por la televisión…teníamos “Muévete”, hasta que le entró la moralina a televisa. Y era fabuloso, ver esta exposición, explosión de cuerpos en la televisión nacional.

Empezaba en la mañanita ,¿no?

Era de las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde… Era algo así como…

Una revolución de la carne.

Si,  era de todo…

Empáchate si puedes.

Pero claro, era siempre desde esta estética de lo aceptable.

No hay transgresión.

No veías a Sheyla, por ejemplo, en bikini. La veías de jurado.

Eso sería una herejía. Se quiebra el negocio.

Se quiebra; pero sí, ¿por qué no?

 

Ahí es donde entra tu propuesta, ahí donde rompes con lo establecido de los gustos.

Es buscar, tampoco pretendo que digan, “ahh…este es el trabajo”. No, yo creo que aquí la comunicación con el curador, que fue Gerardo Montiel, fue muy esencial para mostrar precisamente esa obsesión y ese proceso, que muchas veces, cuando vas a ver otra exposición de artistas locales o internacionales tienes como que esta idea de lo ya terminado, de lo ya muy acabado, de lo muy cuidado, que también, hasta cierto punto es una exigencia del control de calidad del capitalismo, ¿no?, o sea, es esa idea de tener todo bajo control, que no se le suelte un pelo a la modelo, al modelo, porque…

Al traste con la inversión.

Y ahí tenemos fotoshop para eso. Hasta ese nivel hemos llegado a controlar la imagen. Y de pronto dices, bueno, vamos a experimentar. Yo en las piezas, con las que me dieron la exposición; o sea, no fue una exposición fácil, yo creí, la fototeca no iba a estar…bueno, tenían que estar de acuerdo, porque la curadora del salón dijo, tú tienes exposición individual, o sea, dieron cuatro premios, y pues quieran o no, lo tenían que hacer.

 

¿Por qué le pusiste Personajes en crisis?

En parte por todo este bombardeo, también de crisis en el que estamos. Y un poco como decir, bueno…una piezas que había hecho y que están expuestas, están basadas en las protestas de los 400 pueblos, que fue esta protesta en el D.F., donde iban todos los señores y señoras de Veracruz a protestar contra un diputado, que les había expropiado sus terrenos, y dije, bueno, vamos a hacer algo que hable de esta etapa de transición en la que nos encontramos, de una cultura que tiende a ser muy conformista, sobre todo en la fotografía. Yo pienso que muchos fotógrafos no quieren arriesgar sus clientes.

 

Se les cae la cartera.     

Se les cae la cartera, les bajan los bonos. Dicen, no,no,no…no me vayan a decir algo, no me vayan a señalar, o no me vayan a…

Estereotipar

Y dije, bueno, vamos a darle y a sacarlo, ¿no?

No fue fácil, pero estuvo entretenido.

 

Sabes que tu propuesta me hace pensar en esa permisividad, válgame la redundancia, que si se permite la cultura brasileña. ¿Cómo observas este distanciamiento que tenemos con la cultura brasileña?

Yo creo que aquí somos muy solemnes. Y en Brasil creo que la cultura es muy divertida y disfrutan más la vida. Como que esta cuestión de… pues hay salsa, ¿no? Y hay samba y hay el mar y la selva y todos los colores, la diversidad de propuestas y de cosas. A veces aquí nos da por ser super solemnes, y no nos divertimos. Cuando vamos a un museo es como si fuéramos a una iglesia. Vamos regañados. No te acerques, te dice el guardia, “no toques, no use flash, No…No…No…No…”.

 

Siempre he creído que en todo museo debería incluir una especie de baño sauna para todo el público. A veces el museo se convierte en la negación del erotismo. Siento que en ese sentido transgrede tu obra.

Es en cierta forma abordar el cuerpo desde otra perspectiva, desde una perspectiva más desenfada, no siento que tenga un sentido erótico. A lo  mejor lo hay. Porque culturalmente, por el simple hecho de mostrar un cuerpo desnudo, hay una implicación erótica.

 

Pero no es en primer plano, digamos

Sí, no es en primer plano y no es el centro de la propuesta. Es una construcción artificial. Para empezar, no ves culturalmente a una persona desnuda, haciendo una especie de performance. Incluso, hubo un festival de performances hace algunas semanas. Y bueno, dices, es muy raro que en Monterrey abordemos el tema del cuerpo, porque es políticamente incorrecto para muchos. Tiene que estar rodeado de mucha mercadotecnia y no la tienen que poner así, en un paquete que diga Tunick o que diga Botero, para que lo podamos aceptar y los medios le den relevancia.

 

Hablando de los medios, ¿Cómo te trató la prensa en la difusión de tu exposición?, ¿presentaron fotos abiertamente?

En un medio sí y en otro no. En otros se vieron muy recatados. Así como la que menos enseña, la más decorosa, así como la que sea más políticamente…pero claro, el texto sí hablaba de lo que se trataba, pero se enfocaron mucho en el sentido del desnudo masculino, y no tanto en el sentido de la construcción o de la puesta en escena. Que el desnudo es algo  accesorio, a lo que va; o sea, es el centro, pero no es de lo que se trata. La imagen no es “fine art”, no es fotografía de desnudo por el desnudo, sino se trata de usar el desnudo en un contexto particular, ya sea la selva, ya sea el bosque, ya sea el estudio.

 

Hay una visión muy crítica en tu propuesta, frente a la jaula social en que estamos

Es eso, yo ya me esperaba…ya había pensado que los medios iban a ser un poco recatados con el trabajo. Pero dentro de lo que cabe, yo creo que ha tenido la repercusión, más allá de lo que esperaba. Salió en taller abierto, López Moya diciendo que era “un mugrero”,  off the record (si quieres), pero que puedes esperar…yo en una reflexión, me pregunté, ¿Por qué es tan poco abordado este tema?Porque ataca en cierta forma a la cultura patriarcal. Porque incluso hay una historia bíblica de Noé cuando se pone briago, que toma tanto vino, que termina tirado, desnudo y sus hijos se burlan de él. Esa cuestión de “¿Por qué el miedo al desnudo masculino?

¿Por qué el miedo a mostrarte?” Porque es un miedo a ser vulnerable. A que te puedan comparar. A que digan, este la tiene chiquita, este la tiene grandota. Y ese miedo a la exposición pública tiene que ver con los valores impuestos, con esta moral doble, por supuesto, de que con la mirada se puede pecar y mal pensar y que con el simple hecho de ver, algo que se supone no deberías de ver, estás perdiendo la inocencia, por decirlo de algún modo.

 

Esas escenas de chorros de parejas desnudas por las calles del centro de la ciudad de México, versus Tunick, ¿qué te dicen esas escenas?

Yo creo que las escenas de Tunick son muy cuidadas, hay zonas que toma con mucha distancia y con una superproducción. Es muy bueno su trabajo de performance masivo, especie de liberación; pero hasta cierta forma se ha convertido también en una franquicia.

 

La industria del desnudo…

La industria del desnudo, donde ya es como…

 

Ya le puso celofán  y un moñito for sale.

Ahora si quieres voy a tu pueblo, así de que…

 

Bueno eso le dije a Vicente Guerrero (jefe de prensa del Centro de las Artes) le dije que Tunick ya se había convertido en un industrial de la piel y que tu trabajo tenía un toque intimista. No pretende ser el fotógrafo de la globalización.

Sí, es una región, y estas hablando de la psique de esta región. Yo recuerdo, en una de las anécdotas de cuando yo era niño, en el pueblo donde yo vivía, hubo una vez un boicot por parte de los curas hacia el cine, y ese boicot era porque en el cine dejaban entrar a menores de edad a la función de cine porno. Y entonces los curas organizaban a todas las señoras, hacían un rosario y luego les pasaban una película de calidad, que era El Poseidón… era curioso; pero el origen de eso, yo fui víctima, era que dejaban entrar, o sea los papás les daban dinero a sus hijos adolescentes para que fueran a ver pornografía, para que aprendieran qué hacer en caso de tener un encuentro sexual. Obvio, los curas, con su doble moral, iban a censurar esto. Y es esa cuestión de la región, de cómo abordar un tema que sabes que puede causar comentarios, que puede ser criticado.

 

Oye, el cuerpo al desnudo contiene el súmmum de la provocación. El cuento de Adán y Eva cuando se comen la “pecaminosa” manzana.

Es algo cultural. Incluso en alguna lectura que hacía, ahora que estaba escribiendo un proyecto, hablan de esta cuestión de cómo en la historia del arte, por ejemplo, el desnudo masculino sólo se limita a dos figuras, la de Cristo y la de San Sebastián: los dos están llenos de sangre y llenos de violencia, (risas).

 

¿Dónde quedo el cuerpo?

Y dices es que la cultura… La negación del cuerpo en el gesto de lo religioso. No es parte de la vida clerical, oficialmenteal menos. Oficialmente la religión te dice que todos los curas son santos. Ya por el hecho de escuchar los pecados de la gente…y ahí ves otro caso televisivo, como Sergio Corona o Jo-Jo Jorge Falcón con doña Chavelita, que es de Jorge Ortiz de Pinedo, el personaje, creo…pero esa cuestión de la información, que la información en cierta forma viaja, ¿no? A través del medio, y la información produce una reacción. En el caso de las imágenes que presento, lo que yo quiero poner a discusión, más que nada, es una reflexión   en torno al cuerpo y en torno a la misma historia del arte. Esta originalidad de las imágenes no es tal, en realidad son imágenes que muchas veces son apropiadas de otras imágenes, entonces se vuelve hipertextual el trabajo, porque estás haciendo referencia a otros trabajos, donde a la mejor no había desnudos, pero es una forma de abordarlo

 

Ad infinitum.

No necesariamente partes de la cultura sino, sino también de la escultura, partes de la misma cultura popular. Hay una pieza de Michael Jackson, que es thriller, pero thriller bailado como zombi. Fue algo que pasó el año pasado. Y dices, quién más que Michael para hablar de que no está gusto con su cuerpo y se lo cambia. Y el capitalismo te dice eso, ¿Eres negro?, te hago blanco; ¿eres gordo?, te hago flaco;¿eres mujer?, te hago hombre; ¿eres hombre?, te hago mujer. Todo lo puede hacer el capitalismo y la ciencia. Y es más que nada el deseo de la gente por ser y por hacer…

 

La exposición fotográfica, Personajes en crisis, se exhibe actualmente en la fototeca del Centro de las Artes. La muestra está conformada por 100 fotografías y permanecerá hasta el 20 de junio.

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