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22 de julio de 2010
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TRANSICIONES

No queda claro                                                               

Víctor Alejandro Espinoza 

El gobierno de Felipe Calderón se prepara para encarar el último tramo del sexenio. En ese contexto los analistas tratan de explicar los movimientos al interior del gabinete. Dos eventos le preocupan sobremanera al Ejecutivo: la elección del Estado de México del próximo año y la sucesión presidencial.

 

Lo primero que habría que considerar es que el llamado “primer círculo” o “grupo compacto” del presidente parece haberse diluido. No lo digo por la salida de Fernando Gómez Mont de la Secretaría de Gobernación, sino porque esta misma semana quedaron fuera Patricia Flores Elizondo y Maximiliano Cortázar Lara, los dos líderes de ese círculo íntimo. La primera era conocida como la “jefa de jefes” de la Oficina de la Presidencia, mientras que Cortázar se desempeñaba como coordinador de Comunicación Social de Los Pinos.

 

Los enterados de los entretelones de Palacio señalan que los cambios en el “grupo compacto” obedecen al alineamiento en pos de la candidatura presidencial de 2012. Patricia Flores se identificaba con el secretario de Educación, Alonso Lujambio; mientras que Cortázar mantiene una fuerte amistad con Ernesto Cordero –secretario de Hacienda-, Javier Lozano –secretario del Trabajo- y César Nava –presidente nacional del PAN- (por cierto en esta geografía política se afirma que Francisco Blake Mora no es bien visto por el grupo de Cortázar).

 

Ahora los suplentes de Patricia Flores son Gerardo Ruiz Mateos –que se venía desempeñando como secretario de Economía, pero que inició el sexenio en este puesto al que ahora retorna- y Alejandra de la Sota Mirafuentes, relevo de Maximiliano Cortázar, quien fue enviado como coordinador de comunicación social del CEN del PAN.

 

Pero si estos cambios fueron sorpresivos, el mayor ha sido el registrado en la Secretaría de Gobernación. Con el paso de los días hemos ido descifrando la decisión presidencial. Se trata de trasladar toda la operación política a Presidencia de la República y concentrar las actividades de Gobernación en el combate a la inseguridad. De ahí que al anunciar el nombramiento de Blake Mora, Felipe Calderón haya subrayado las virtudes del ex secretario general de gobierno de Baja California: los resultados positivos en el combate al crimen organizado en la entidad y su lealtad –personal y partidista-.

 

En esta misma semana de ajustes en el gabinete, se dieron a conocer los saldos de la guerra emprendida por Felipe Calderón desde el primer día de su mandato: más de 24 mil 800 muertos y la cifra continúa creciendo. La estrategia presidencial había conocido dos giros importantes recientemente: pasar de una “guerra” a una “lucha” contra la delincuencia y proponer el concepto de “seguridad democrática”. No eran asuntos menores: ya no se trata de una guerra contra un enemigo inasible que tiene una temporalidad, sino de una batalla permanente contra el crimen y la delincuencia. Pero la otra dimensión de la estrategia consistía en un llamado a todas las fuerzas y actores políticos para diseñar una salida concertada a la inseguridad.

 

El nombramiento de Francisco Blake Mora como secretario de Gobernación no parecía concordar con la lógica del rediseño de la estrategia de seguridad. Aunque toda la operación política del gobierno actual se  concentre en las oficinas de la Presidencia y en el comité ejecutivo del PAN, la concertación es necesaria para impulsar la estrategia de seguridad democrática.

 

Los analistas se preguntan cómo le va a hacer el nuevo secretario para negociar y coordinar a  los encargados de las secretarías de la Defensa Nacional, Marina y PGR. Pero todavía más, la contrariedad aumentó con las declaraciones del secretario a unas horas de asumir el cargo: la estrategia del combate a la inseguridad está en marcha y se le dará continuidad. ¿Y los exhortos presidenciales a la concertación y a la corresponsabilidad contenidos en la idea de la “seguridad democrática”? ¿Qué significan los llamados a repensar y a asumir compromisos cuando ya se decidió que todo continuará igual?

 

Lo único cierto es que en Presidencia de la República y el PAN se concentrará la operación política en la perspectiva de la sucesión presidencial y en Gobernación la estrategia al combate a la inseguridad; coordinar ese paquete le tocará a Blake Mora. Hubiera sido mejor que lo hiciera desde la Secretaria de Seguridad Pública; pero eso no se decidió.

 

Para acabarla, el recibimiento de Blake no podía ser más preocupante: narcoterrorismo en Ciudad Juárez, balaceras en Nuevo León, narco bloqueos en Monterrey y Nuevo Laredo, así como lanzamiento de granadas en Guadalupe Nuevo León, asesinatos de policías en Jalisco, así como un nuevo asesinato masivo de jóvenes en Torreón, Coahuila este sábado 17. El futuro es totalmente incierto y preocupante.

 

Investigador de El Colegio de la Frontera Norte.

victorae@colef.mx

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