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21 septiembre 2010
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¿Son culpables los profesores?
Héctor Franco Sáenz

En un ambiente de acelerado deterioro de los valores éticos, donde la violación a las normas se ha vuelto el gran deporte nacional por parte de los que tienen el encargo de hacer que prevalezca el orden, en el recorrido emprendido con la finalidad de esclarecer por qué los alumnos reprueban Matemáticas y los resultados en el resto de las Ciencias en general, nos indican que formamos parte de un país que reprueba cada vez que es requerido.

Cuestionamientos y reclamos respecto a lo que aquí se ha dicho se han presentado, dañino, cuando el prejuicio y la estrechez de miras obnubilan la razón, impidiendo ver que lo tratado es algo que va más allá del desempeño de individuos y las propias instituciones, dado que es un problema nacional de desastrosas consecuencias para el desarrollo tecnológico y científico del país en un futuro que ya es presente.

Los bajos niveles educativos hace que los cuestionamientos sean legítimos, como cuando Carlos, joven empresario del ramo gastronómico, con motivo de las fiestas del Bicentenario nos dice: “¿qué pasa con los maestros?, mi hijo está en sexto año y no sabe nada de Historia, ni del Himno ni el Juramento, ya ni Asambleas Cívicas hacen. Antes siempre se hacía, pero ahora nada, está muy mal esto”, concluyó como indignado.

En el mismo sentido, el ingeniero Fernando, maestro con mucha experiencia de la UANL, nos dice: “a nosotros, en nuestros años de educación básica (primaria y secundaria), nos educaron profesores con mucha vocación, posteriormente en la preparatoria los maestros se preocupaban porque el alumno aprendiera, no tenían pretextos, sabían que esa era su labor, y la ejecutaban con vocación y entrega. Mi percepción es que en la actualidad, los aspirantes a profesores normalistas (no todos) no cuentan con estos principios.”

Esas y muchas quejas más se escuchan por todas partes, algunas de personas muy conscientes de que el problema es multifactorial y por lo tanto requiere de mucho trabajo y dedicación para un adecuado análisis, pero como sucede ante toda desgracia, la búsqueda de culpables, justificadamente, es la reacción más inmediata.

Partiendo de lo anterior y conscientes de que el mal va más allá de sus manifestaciones inmediatas, en la búsqueda de soluciones a la problemática que se padece, como una respuesta diferente a las meras reacciones, en el 2004 en la Escuela de Graduados de la Normal Superior se instituyó un Seminario sobre el futuro de la Formación de Profesores, con la finalidad de analizar las mejores prácticas internacionales en este campo y proponer alternativas como vías para superar el atraso.

La riqueza del Seminario se basó en contar con un carácter interdisciplinario, característica que le da el estar integrado por destacados especialistas en diferentes disciplinas como filósofos, economistas, sociólogos, psicólogos, biólogos, pedagogos, matemáticos y normalistas, de lo más destacado en nuestro medio, diversidad que le brindó una visión más amplia de la problemática y una mayor fortaleza en los trabajos que se realizaron.

Con el objetivo de conocer las razones que hacen la diferencia en los niveles educativos alcanzados, de Europa se analizaron los sistemas educativos de Finlandia, España, Alemania y Francia. De América, lo propio se hizo con Cuba, Canadá, Estados Unidos, Chile, México y Argentina y del oriente se estudiaron China, Corea y Japón.

Entre las conclusiones más importantes se mencionaron, como factores distintivos de las reformas educativas exitosas, los siguientes:

El modelo de desarrollo económico, científico y tecnológico adoptado.
Una apuesta clara al papel de la educación en el modelo de desarrollo adoptado y la sociedad del conocimiento.
Un Sistema de Formación de Profesores, en el caso específico, de la educación básica que acompaña los retos anteriores.
Contemplar la globalización como marco de las políticas educativas.

Característica general de los países exitosos en el campo educativo es tener como requisito para el ingreso a los institutos formadores de docentes de la educación básica, es que el aspirante cuente con el grado de licenciatura en cualquiera de las disciplinas universitarias, egresado de universidades reconocidas, con altos promedios académicos y que acuden a especializarse en la enseñanza.

Si lo anterior, necesariamente no es garantía para alcanzar altos niveles educativos, vendría a ser sólo un factor más cuando se cuente con un Modelo de Nación, dado que eso le da más sentido. Finlandia, Cuba, China y la India, por ejemplo, lo hicieron, apostaron a la educación y a la vista están los logros alcanzados.

Como podrá apreciarse con lo antes dicho, el problema es de carácter macro-estructural, no es sólo de los profesores, lo cual no exime ni a los licenciados que ejercen el oficio de profesores ni a las instituciones que los forman de lo que está sucediendo y que ante el deterioro moral tan acentuado en el sistema educativo donde todo es motivo de negocio, reclama de las mismas acciones más responsables.

Lo dicho, es independiente de reconocer que el bajo desempeño escolar es un problema nacional que en ese ámbito debe definir su rumbo, el modelo a seguir, y con base en ello, aplicar transformaciones radicales al sistema educativo en general, y en particular, en lo concerniente a la formación de profesores.

Se requiere la toma de medidas draconianas, a fondo, como la magnitud del problema lo reclama; mientras, si no se hace más que evaluaciones como “Enlace”, se seguirá cavando más en el hoy del atraso.

 

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