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21 septiembre 2010
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ANÁLISIS A FONDO
El oficio mortal de reportero

Francisco Gómez Maza

Le tienen miedo a los cárteles y al gobierno
Ser informador es vivir en el filo de la navaja

mEjercer el oficio de reportero en estos tiempos de cólera, de ambición desbordada, de sangre, muerte y lágrimas es vivir a medias, caminar el día a día en el filo de la navaja. Es asesinado un comunicador y, después del profundo duelo, la pregunta salta: ¿quién es el siguiente? Con el asesinato de Luis Carlos Santiago Orozco (21 años), de El Diario de Juárez, la cifra de muertos en lo que va del 2010 se eleva a 14 periodistas asesinados. El indicador más preocupante de la situación en que los reporteros trabajan en México, país que ha sido catalogado como el más peligroso del mundo, por arriba de Afganistán, para los trabajadores de los medios de información se convierte en el indicador más grave de la situación que atraviesa la libertad de expresión en nuestro país, ya que la cifra más alta de comunicadores asesinados se dio en 2009, con 13 periodistas acribillados en ocho estados del país.

En la década que está por concluir, las organizaciones defensoras de la libertad de expresión y de protección a periodistas tienen registrados 68 asesinados, de los cuales 55 lo fueron en lo que va del sexenio del presidente Felipe Calderón. Sólo en el trascurso del presente año, 2010, el cuarto del presente sexenio, en México han sido asesinados Hugo Alfredo Olivera, de El Día de Michoacán; Marco Aurelio Martínez Tijerina, del Noticiero Contrapunto; Guillermo Alcaraz Trejo, ex camarógrafo de varios medios y ahora, Luis Carlos Santiago Orozco, de El Diario de Juárez, entre otros. En 2003, en retrospectiva, fueron desaparecidos 9 reporteros, sin que hasta el momento se haya logrado saber algo de ellos. Las organizaciones de las Naciones Unidas y de los Estados Americanos coincidieron, en la visita de sus comisionados, en agosto pasado, en que la libertad de expresión en México está amenazada por el crimen organizado y por la impunidad. Ojo: crimen organizado e impunidad.

Jorge Luis Aguirre, reportero de Ciudad Juárez, se ha convertido en el primer periodista, junto con su familia, en ser considerado por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica como asilado político. Aguirre fue amenazado de muerte en México. Hay otros que se han autoexiliado del otro lado de la frontera norte ante las amenazas recibidas por presuntos miembros de los cárteles de la droga. Aguirre fue declarado asilado político el mismo día en que, en Ciudad Juárez, el fotógrafo, también de El Diario de Juárez, Luis Carlos Santiago, era acribillado por sicarios del crimen organizado. La concesión de asilo por parte del gobierno de Barack Obama sólo revela que el gobierno del norte reconoce que su contraparte, el gobierno mexicano, no ofrece garantías para la seguridad de los periodistas.

El camarógrafo de Televisa en Coahuila, Alejandro Hernández Pacheco, secuestrado por el cartel de Sinaloa, torturado y milagrosamente liberado con tres compañeros el pasado julio, en Durango, solicitó asilo político en El Paso. Éste se convirtió en el cuarto periodista mexicano en huir de su país y solicitar asilo político en El Paso desde el 2008, cuando la ola de asesinatos contra los trabajadores de los medios arreció en México. Hernández Pacheco teme por su vida y le tiene miedo a los cárteles y al gobierno. Éste sólo lo cuidó 20 días y luego lo abandonó a su suerte. Desde el 2000, son ya 68 los periodistas asesinados en México, incluido Armando Rodríguez, ‘El Choco’, quien fue acribillado en Juárez casi a las puertas de su casa. Tampoco este crimen ha sido resuelto.

El más reciente asesinato, el de Luis Carlos Santiago Orozco, de El Diario de Juárez, ha conmocionado a todo el país y al mundo. Las cosas están llegando al extremo. El periódico de la violentísima Ciudad Juárez solicitó, en su editorial del domingo 19 de septiembre, a los narcotraficantes que operan en esa urbe fronteriza del norte de México, explicar qué quieren de los periodistas de ese medio y les planteó una tregua, tras el asesinato de dos de sus reporteros en los últimos dos años. A juicio de El Diario, los diferentes grupos del crimen organizado que se disputan el control en Juárez "son, en estos momentos, las autoridades de facto en esta ciudad, porque los mandos instituidos legalmente no han podido hacer nada para impedir que nuestros compañeros sigan cayendo".

El Diario chihuahuense culpó al presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, de lanzar "una guerra contra el crimen organizado sin conocer además las dimensiones del enemigo ni de las consecuencias que esta confrontación podría traer al país". Señaló que en ese contexto, los periodistas fueron "arrastrados a esta lucha sin control", y afirmó que "los trabajadores de los medios han sido amenazados, han realizado investigaciones sobre el crimen y han estado en medio de esta guerra como testigos a la vez que intimidados". Los periodistas son "comunicadores, no adivinos", advierte el editorial por lo que pidió a los criminales que "expliquen qué es lo que quieren de nosotros; qué es lo que pretenden que publiquemos o dejemos de publicar, para saber a qué atenernos".

El Diario de Juárez es el impreso "más lastimado" a consecuencia de la "guerra" que libra el gobierno federal y los narcotraficantes. "Ya no queremos más muertos. Ya no queremos más heridos ni tampoco más intimidaciones. Es imposible ejercer nuestra función en estas condiciones. Indíquenos, por tanto, qué esperan de nosotros como medio", señala el inusual editorial. El periódico aseguró que la solicitud a los delincuentes "no es una rendición", sino "una tregua para con quienes han impuesto la fuerza de su ley en esta ciudad".

analisisafondo@gmail.com

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