697 24 Diciembre 2010 |
ANÁLISIS A FONDO Acteal, muerto en la memoria oficial; vivo en la del pueblo El miércoles 22 de diciembre fue una fecha de duelo. El pueblo de Acteal, a 13 años de la masacre, todavía se duele. El duelo es colectivo, solidario, incluso de las generaciones que entonces aún no tomaban conciencia de su humanidad. Y mientras los 49 asesinados viven debajo de la tierra, los asesinos materiales están libres, e incluso libres por decreto de la misma justicia. A 13 años de ocurrida la Masacre de Acteal, Chiapas, México; ante la nula investigación, y lo más indignante es que los asesinos intelectuales son intocables. A nadie se le ocurre ni siquiera mencionarlos como “asesinos intelectuales”. Fueron poderosos y siguen siéndolo. El pueblo de Acteal podrá continuar su duelo. La justicia dijo ya su última palabra. El caso es un “cold case”, un caso cerrado. Pero los actealenses continuarán viviendo con sus masacrados. Cada uno de los que sobrevivieron es consciente de que el 22 de diciembre es un día para celebrar la vida; no para llorar la muerte. El miércoles la Sociedad Civil Las Abejas, los sobrevivientes de la política de contrainsurgencia implementada por el estado mexicano en la zona norte de Chiapas, asistentes individuales sin representación más que de ellos mismos, colectivos solidarios, comunidades, organizaciones e integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco reflexionaron e intercambiaron experiencias en el encuentro denominado “Tejiendo Resistencias y Autonomías frente a la Contrainsurgencia y la Dependencia”. La realidad es que, a 13 años de la masacre, la situación no ha cambiado porque la implementación de las estrategias de control y cooptación social se mantiene, se van creando otras nuevas para debilitar los pueblos en la construcción de sus propias autonomías, además de la presencia de paramilitares y las armas en las zonas. Hoy, a 13 años de la Masacre de Acteal, parece que todo México ha caído en manos de los “Señores de Xibalba”, que imponen su ley de miedo y obscuridad. Los Señores del Xibalba imponen el miedo pero también imponen la obscuridad, como muy bien lo afirma la teología maya. Con todo, los actealenses, como los gemelos Jujnapu e Ixbalanque , saben cómo encender un ocote para que no les cieguen las tinieblas del inframundo. Su luz es la sabiduría de los abuelos y abuelas y la Palabra de Dios, y hablan de Dios porque los actealenses son teístas y Las Abejas son su profeta. Claramente lo proclaman Las Abejas: El gobierno - los Señores de Xibalba- ha querido destruir a las Abejas, primero, con balas de plomo y, después, con balas de dulce: promesas de grandes apoyos y entrega de despensas, pollitos, láminas, para dividir y distraerlos de su demanda central, que es la justicia. Pero los paramilitares salen libres con regalos y premios. La justicia mexicana ya tomó la decisión automática de dejar libres, sin ningún obstáculo, a los que hicieron el mal. Y no saben que podría sucederles a los testigos y sobrevivientes de Acteal, porque ya regresaron a Acteal los paramilitares. El megaproyecto, que no prosperó gracias a las acciones de Las Abejas y de la parroquia de San Pedro Chenal’ho. Y pese a los intentos del gobierno de debilitar y hasta destruir a Las Abejas, éstas salieron fortalecidas. En esta lucha, se inscribe la admisión del caso Acteal por la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos). En contra de lo que hicieron los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de los ricos y criminales en México, el informe preliminar de la CIDH confirma el valor y prueba de los testimonios de los familiares de las víctimas y sobrevivientes de la Masacre de Acteal. http://analisisafondo.blogspot.com/
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