871 25 Agosto 2011 |
Recostada en el cactus del poder Monterrey.- Simon de Beauvoir, esposa del polémico Jean Paul Sartre, después de visitar Cuba en 1960, escribe: “en un mundo donde reina la miseria y la desocupación, siempre se encuentra gente para hacer no importa qué trabajo”. Se refería sin duda a la situación de pobreza que imperaba en América Latina y ahora invade al mundo. Esta frase, vista en perspectiva, nos delinea perfectamente el exceso de sicarios y delincuentes en México multiplicado con la demencial “guerra” promovida por la ineptitud y tozudez del Gobierno Federal, sin frutos hasta agosto de 2011, salvo las misas de Sicilia y su besuqueo con Beltrones, que revelan un perdón a tanta ineptitud y laissez faire. Da escalofrío no ver una reacción de los sectores productivos de México, sobre todo medianos y pequeños productores de la industria y el comercio mexicanos manipulados por cifras y estadísticas de la incapacidad gubernamental. Igualmente la parálisis y falta de reacción del Sector Académico nacional al aumento de menesterosos es desconcertante salvo excepciones atomizadas, como las propuestas de UNAM en seguridad. La condición que actualmente vive México es catastrófica con 50 mil asesinatos, 25 mil suicidios, 2.5 millones de desempleados y 100 mil desplazados anuales, trae como consecuencia una economía menguada (vean en Monterrey los numerosos Se Renta o, Se Vende, en inmuebles) y una educación superior sin estímulo para el profesionista futuro que no encuentra un empleo dignamente remunerado. Un libre mercado desregulado quizá importante en los últimos tres sexenios del Siglo XX, es ahora obsoleto en el XXI, con un gabinete calderonista sin creatividad y encaprichado en creer que un país es competitivo si enriquece a veinte personas empobreciendo la calidad de vida del resto. Si los datos de pobreza alimentaria arrojan 46 millones de mexicanos, los de vivienda y oportunidades para educación y salud son de 70 millones de marginados de un total de 110 millones de mexicanos, el dato más importante del próximo Informe es que existe Otro México. Más claro ni el agua; hay dos países, dos Méxicos: aquel que en apariencia es una población numerosa, visible y exitosa, que tiene: 1) pasaporte; 2) poder adquisitivo moderado para tomar café o comer en las cafeterías y restaurantes de moda; 3) comprar a crédito en los grandes almacenes localizados en mall’s o tiendas y negocios que sostienen su existencia dentro de la vida y bullicio urbano de Puebla , DF, Monterrey, Guadalajara, Tijuana, Mérida o Villahermosa; 4) visitar centros turísticos a crédito, pagaderos en 12, 15 o 18 meses; 5) consumir carne asada semanal, aunque tenga hormonas y clembuterol, viendo el futbol, ajenos de un medio ambiente que nos aniquila con calor e inundaciones; 6) sudar cuando no pudo inscribir a sus hijos en las Secundarias, Preparatorias de numerito, o universidades privadas. Este México, de acuerdo a Censos de INEGI, suma entre 36 y 38 millones de mexicanos, de los cuales 3 millones viven sin zozobras económicas: carros blindados, Baby Jets y 2 o 3 casas en el extranjero. El Otro México de 70 o 72 millones de personas, invisible para el México elitista, es aquel que: 1) no tiene acceso a escuelas privadas elementales; 2) Tampoco a escuelas de educación superior públicas, o universidades que por política oficial no han crecido y tienden a disminuir como en Chile; 3) vive pauperizado y miserable, habitando en viviendas endebles, ubicadas en zonas urbanas de alto riesgo, donde pululan ratas, cucarachas y aves de carroña, olvidados por los servicios públicos; 4) un México que cruza anualmente la frontera norte en número cercano a los 600 mil connacionales, huyendo de sí mismos, dividiendo su familia; 5) aquel México inseguro e impotente que negamos en nuestras conversaciones diarias de café, donde celebramos el triunfo de la Sub 20; 6) ese México de once millones de indígenas, muchos cooptados para vender mercancías chinas o indias; 7) personas enajenadas en hábitats alejados de equipamiento, desalentadas en informal actividad económica, usando transporte público que les roba vida y salarios; 8) un México inseguro e impotente al horror sexenal, pero que tiene opciones. Mientras el México de 38 millones vive anestesiado con un gobierno muy promocionado televisiva y radialmente y fodongo, el resto de los mexicanos tiene como opción primera huir del país, porque los poderosos nos permiten imitarlos, pero no usurparlos; segunda opción: se aliena y se vende sin participar en un estado de cosas, con reglas que nadie cumple en una libertad desidiosa y enajenante; tercero: decide ya no esperar y mueve los espacios de un neoliberalismo individualista e inerte que no ha satisfecho plenamente los beneficios de los empresarios medianos y pequeños, con una educación cooperadora con la vida urbana y rural del otro México envuelto con la violencia estéril de una oligarquía montada en una democracia perezosa, recostada en el cactus del poder.
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