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22 Septiembre 2011
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De cómo don Diego cometió uroxicidio
Carlos Gustavo Leal Velazco

Monterrey.- Antes de que Luis Carvajal y de la Cueva apareciera por estas tierras, otro reconocido esclavista, don Diego de Montemayor, había contraído nupcias con Juana Porcayo, dando vida a su hija Sthepanía.(1)

Aquí surge un escándalo (leyenda) según el cual, la esposa e hija de Diego pasaron a vivir en amasiato con Alberto del Canto (en Saltillo). Celoso y molesto por el escándalo, cuenta la historia que Diego cometió el delito más grave: uroxicidio (matar a su esposa). Aún así, el jefe Carvajal (poco antes de salir a la Ciudad de México) ordenó a Del Canto rehacer el daño, casándose con la niña Stephanía. A que cubriera un crimen con otro.

Diego aprovecha las circunstancias y se autonombra gobernador, ejerce su autoridad indebidamente y funda, el 20 de septiembre de 1596, junto con 12 familias, en el mismo sitio de los Ojos de Agua y la Villa de San Luis, la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey.

Hechos como éste evidencian que la conquista, poblamiento y fundación de la ciudad en realidad nos remiten a un sinfín de atrocidades, violaciones y maltratos de parte del dominante hacia el dominado.

El caso es que antes de la llegada de los españoles, esta región era un territorio sin fronteras, donde habitaban más de 250 tribus indígenas, cuyos nombres nos los trasmitieron varios escribanos, por su apariencia, modo de pintarse, tatuajes o lo que entendían e interpretaban. Estos indios que corrían persiguiendo las piezas de caza por valles, cañadas, ojos de agua, montañas, llanos, ríos y desiertos desde los indios tejas, apaches, piel roja, pueblo, hasta los quicapoo, borrados y nahuas del valle de la huasteca.

Tribus seminómadas parecidas al las del paleolítico superior (así lo diría Wilberto Jiménez Moreno), que utilizaban la cultura de la piedra, madera y hueso. Entre ellos había gran intercambio de cosas, en caminos y puntos de referencia que el español más tarde los incorporaría a sus mapas.(2)
 
Regresemos a la fundación. 12 años después de la conquista de Tenochtitlán, ya se habían producido varios intentos por explorar el norte. El primero en arribar fue el capitán Alberto del Canto, quien con un grupo de indios borrados fundó los Ojos de Agua de Santa Lucía. En ese afán de sentirse iluminados por la divinidad, bautizó al Cerro de La Silla, al Topo Chico y al de las Mitras. Puso nombre a ríos y cañadas y designó a todas las cosas que imaginó y vio. Así surge la  toponimia proximal de Monterrey(3), salvo los casos de Hualahuises, Icamole, Catujanos, Borrados, Guachichiles, Gualeguas, Alazapas, y Tobosos.

Según el profesor Eugenio del Hoyo, en su obra El Documento del Parra de 1577, estudia el proceso judicial por el que venía huyendo Del Canto y al margen de éste, continúa fundando pueblos, villas, ciudades, reales de minas, como la Villa de Almadén (Monclova), el pueblo del Saltillo, la Villa de los Ojos de Agua de Santa Lucía y el Real de Minas de Cerralvo, entre otros.
 
Mientras tanto, Luis de Carvajal y de la Cueva, obtenía (se dice que por medio de un soborno de parte de su tío al tesorero de la Corona, encabezada en ese entonces ─1582─ por el rey Felipe II) el permiso para colonizar un cuadrado de 200 leguas, llamado Nuevo Reino de León, cuya sede sería la Villa de San Luis Rey de Francia, refundada en los antiguos Ojos de Agua.

Carvajal estuvo fuera de la ley por cuatro razones: a) fomentar el esclavismo; b) traer 100 familias de origen sefardita, que llegaron buscando la tierra prometida en la nao Santa Lucía;(5) c) porque no cumplían con el requisito de “limpieza de sangre”(6) (de acuerdo con la Santa Inquisición, los miembros de su familia profesaban la ley de Moisés, de tal manera que, más temprano que tarde, Carvajal y su parentela sería sujeta a un violento proceso inquisitorial por herejía); y, d) porque este cuadrado de 200 leguas invadía a los reinos de Nueva Vizcaya, Nueva Galicia y Nueva España, entrando así en conflicto con otros intereses.

La diáspora sefardita por el Valle de las Salinas
Entre el conflicto de Carvajal con la Inquisición y la fundación de Monterrey, las 100 familias se dispersaron por el Valle de las Salinas. Algo semejante a lo que ocurrió en el año 600 a.C., cuando se dispersaron las 12 tribus de Cannan por el Mediterráneo; aquí se distribuyeron por el Valle de las Salinas y fundaron 12 pueblos o municipios cercanos a Monterrey: Mina, García, Salinas, Hidalgo, Abasolo, El Carmen, Zuazua, Ciénega, Marín, Higueras, Pesquería y Doctor González.

Las familias conservan los apellidos en estos lugares: Villarreal, Chapa, Martínez, Quintanilla, Treviño, González, Lozano, Elizondo, Gutiérrez, Montemayor, Cantú y Quiroga. Tienen y persisten apariencias, preferencias, tipos de sangre e incluso otras variables. Pues bien, una vez fundada la ciudad de Monterrey, se integraron tierras de labores, estancias y villas como fueron las de San Pedro de los Garza, San Francisco de Apodaca, Villa de Pesquería, Hacienda de los Nogales (hoy San Pedro Garza García) y Santa Catarina.

En 1603 se sumaron la Estancia de Pedro de la Garza (San Nicolás de los Garza) y el Latifundio de Bernabé de las Casas (Salinas Victoria). Entre 1611 y 1615 aparecen el Valle de San Francisco de las Cañas (Mina), la Hacienda de la Señora del Pueblito (Hidalgo), la Hacienda de Chipinque, El Carmen y la Hacienda Guía de Viudas (Abasolo).

En 1624 se da forma a la Hacienda del Topo de los Áyala (Escobedo). En 1627, la misión de Guadalupe de Nueva Tlaxcala, se refunda como Pueblo de Guadalupe, y San Juan Bautista de Cadereyta (hoy Cadereyta Jiménez, es fundada en 1637); la hacienda de San José, pasó a ser Villa de Juárez, en 1642. Y en 1669, se crea la Hacienda del Espíritu Santo (Pesquería). La Hacienda de San Antonio de los Martínez (Marín) es fundada en 1670. Por el mismo año surge Ciénega de las Flores; y al final del siglo XVII, el Mesón de Santa Elena (General Zuazua).(7)

La Jurisdicción de la Ciudad de Monterrey, constatada en el acta original, destaca que será cabecera del reino, se le otorga una legua en redondo para ejidos y quince leguas hacia el oriente y otras quince al poniente y de norte a sur lo mismo en cuadro por la misma suerte y todo lo que en dicho término y jurisdicción se poblare. Para entender este momento, nos es muy útil la síntesis que nos presenta Raúl Rangel: Respecto a la obra humana, conviene hacer la observación de que la ciudad, no obstante la carga de cuatro siglos de existencia, aparece juvenil, emotiva y ligera. Dan ganas de apropiarse en una variante la expresión del poeta jerezano para llamar a Monterrey, “joven señora”.

Quedó  sitiada por el desierto, la montaña y el rigor del clima y la pobreza general de las tierras. Con apoyo en estos antecedentes parece un complicado acertijo descifrar la prosperidad y la grandeza contemporánea que le caracteriza. Sólo se conserva en el tiempo lo que se somete a la mudanza.(8)

(Próximamente: ¿Origen sefardita de la Fundación de Monterrey?) 

NOTAS
1) Fundación de la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey, 20 de septiembre de 1596. En el nombre de Dios Todopoderoso y de la gloriosa y bienaventurada Santa María siempre Virgen y Madre de Dios y Señora Nuestra. Sepan cuantos este publico instrumento carta de fundación vieren como yo, Diego de Montemayor, tesorero de la Real Hacienda de este Nuevo Reino de León, teniente del gobernador y capitán general para la reedificación de él por el Rey nuestro señor, atento a las causas y razones expresadas sobre la venida a este Valle de la Extremadura y reino para su población y pacificación de los naturales del intento que el santo evangelio se propague a los reinos y señoríos de Su Majestad y su real patrimonio sea acrecentado, el cual motivo y celo es el mío y me mueve para ese efecto y prosecución de lo cual en las comodidades que este Valle de la Extremadura, comarca y puesto donde estoy con los vecinos y pobladores que con migo han venido con todo el avío necesario para la dicha Población y teniendo más aprovechamiento… Además, los naturales que voy trayendo de paz en obediencia de su Majestad, para su congregación, asiento y enseñanza de la Santa Fe Católica y así, por esto; En nombre de su Majestad Real del Rey Don Felipe, nuestro señor, hago fundación de la ciudad Metropolitana junto a un monte grande y ojos de agua que llaman de Santa Lucía tomando por advocación de ella a la Virgen Madre de Dios Señora Nuestra que la iglesia mayor sea su advocación de su Santa y Limpia Concepción y Anunciación a la cual imploro como patrona y señora nuestra para conseguir con la gracia y amor de su hijo benditísimo el celo y obra que se pretende y se ha de intitular e intitule Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey. Le nombro así con todo el derecho, estabilidad y firmeza que las demás ciudades metrópolis que en los reinos de su Majestad están hechas y pobladas y especial a la de este reino que he aquí por expresadas. Concedo a Alfonso de Barreda y Pedro Iñigo como alcaldes ordinarios a Juan Pérez de los Río, Diego Díaz de Berlanga y Pedro Maldonado como regidores a Diego de Montemayor como procurador General y Diego Díaz de Berlanga como escribano del cabildo. Yo el dicho teniente de Gobernador y Capitán General, en nombre del Rey Nuestro Señor y en virtud del poder que tiene y quien hizo fundación de dicha Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey, pido al Rey que se sirva confirmarla para que con ánimo de sus vasallos se animen a poblar y fundar debajo de su real corona otros reinos y ciudades y en fe y testimonio de verdad lo fundé en el Valle de la Extremadura Ojos de Santa Lucía jurisdicción del Nuevo Reino De León a los veinte días del mes de septiembre de mil quinientos noventa  y seis y lo firmé de mi nombre Diego de Montemayor.
Cavazos Garza, Israel, (1963) Nuevo León. Enciclopedia de México. México.

2) Al describir el modo de vida de los indios que habitaban el cronista Cap. Alonso de León  en 1649 describe el sistema de justicia: Entre todas las naciones del mundo que hasta hoy  se ha sabido, no ha faltado la virtud de la justicia; de la cual depende el vivir políticamente. Pues de ella nace el gobierno por donde se rigen la repúblicas, castigando agravios y premiando virtudes con lo que parece tienen enfrenados a los súbditos con aquel temor. A la cual llama Aristóteles “virtud social” y de necesidad le han de seguir otras virtudes a la contra como injusticia, enemistad y discordia. Demóstenes dijo que, como al cuerpo sin alma es forzoso caer, así la republica sin gobierno ha de caer en un abismo de confusiones (p. 17). Se hace mención a esta cita para justificar el apropiamiento de tierras “realeñas” que por derecho de conquista pertenecían al Rey, ellos, como súbditos y por necesidad de gobierno en virtud de la república debían administrar en sus tres formas: Monarquía, aristocracia y democracia.  Cavazos Garza, Israel, (1980).  Historia de Nuevo León con noticias de Coahuila, Tamaulipas, Texas y Nuevo México. Escritas en el siglo XVII por el Cap. Alonso de León, Juan Bautista Chapa y Gral. Fernando Sánchez de Zamora. R. Monterrey,   N.L.   

3) Por lo general los primeros españoles que llegaron eran aventureros, frecuentemente delincuentes, prófugos de la justicia como  era el caso de Alberto del Canto quien fundó lo Ojos de Agua de Santa Lucía. Poco más tarde en esta ola de asentamiento arribaron las 100 familias de sefarditas o judíos conversos  originarios de la raya de Portugal, parientes de Luis de Carvajal y de la Cueva quien en obtiene la capitulación de un cuadrado de 200 leguas titulado Nuevo Reino de León, en donde estaban los Ojos de Agua, allí fundo la Villa de San Luis Rey en 1582. Hoyo, Eugenio del (1998). Documento del Parral. Al Voleo. México.

4) Al describir el modo de vida de los indios que habitaban el cronista Cap. Alonso de León  en 1649 describe el sistema de justicia: Entre todas las naciones del mundo que hasta hoy  se ha sabido, no ha faltado la virtud de la justicia; de la cual depende el vivir políticamente. Pues de ella nace el gobierno por donde se rigen la repúblicas, castigando agravios y premiando virtudes con lo que parece tienen enfrenados a los súbditos con aquel temor. A la cual llama Aristóteles “virtud social” y de necesidad le han de seguir otras virtudes a la contra como injusticia, enemistad y discordia. Demóstenes dijo que, como al cuerpo sin alma es forzoso caer, así la republica sin gobierno ha de caer en un abismo de confusiones (p. 17). Se hace mención a esta cita para justificar el apropiamiento de tierras “realeñas” que por derecho de conquista pertenecían al Rey, ellos, como súbditos y por necesidad de gobierno en virtud de la república debían administrar en sus tres formas: Monarquía, aristocracia y democracia.  Cavazos Garza, Israel, (1980).  Historia de Nuevo León con noticias de Coahuila, Tamaulipas, Texas y Nuevo México. Escritas en el siglo XVII por el Cap. Alonso de León, Juan Bautista Chapa y Gral. Fernando Sánchez de Zamora. R. Monterrey,   N.L.

5) Deidad sefardí. Santa virgen mártir de Siracusa (283-304), lleva en una charola de plata con ojos. Quien conduce a la luz, la tierra prometida. Patrona de los ciegos. Fiesta 13 de diciembre.

6) Archivo General de la Nación. (1932) Judíos en la Nueva España. Talleres Gráficos. No. XX. México. Archivo General de la Nación. (1935) Procesos de Luis de Carvajal (El Mozo) Talleres Gráficos. No. XXVIII. México. Toro, Alfonso. (1944) La Familia Carvajal. Estudios histórico de los judíos y la Inquisición en México, siglo XVI. Patria. México.  Hoyo, Eugenio del. Ob. Cit. Documento del Parral.

7) León, Gerardo de. (1976) Génesis y evolución de los asentamientos humanos en el noreste de México. Centro de Investigaciones Urbanísticas. UANL. Monterrey.

8) Rangel Frías, Raúl. Ob. Cit.

 

 


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