HABÍA UNA VEZ
Las dudas de Peña Nieto
Everardo Hernández Medrano
Matamoros, Tamaulipas.- Porque una cosa es la publicidad televisiva y otra muy diferente la realidad, algo que hace dudar de los resultados de las encuestas que colocan a Enrique Peña Nieto como el aspirante invencible del PRI rumbo al 2012, es la inexplicable decisión del puntero de buscar alianzas impresentables, con lo más nefasto y desprestigiado de la clase política, como es el caso de la lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo.
Enrique Peña Nieto debe sentirse muy inseguro de ganar las elecciones con solamente los votos del PRI que no dudó en poner de su lado a Elba Esther Gordillo para las elecciones del próximo año, lo que habla del temor que siente EPN de que Elba Esther venda su amor a los panistas, como lo ha estado haciendo en los últimos años y más recientemente apoyando con su PANAL a la Cocoa Presidencial en Michoacán.
¿Y aquel discurso del nuevo PRI en el 2012? Algo sucedió y algo grave le dijeron a Peña Nieto para que tomara una decisión tan arriesgada como buscar aliarse y cobijarse con un liderazgo político tan criticado e indefendible como con el de Elba, su SNTE y su PANAL, lo que trasluce que el PRI solo no tiene los suficientes votos para llevarlo a Los Pinos. “La afinidad con Nueva Alianza nos permitiría un frente mucho más competitivo”.
¿A cambio de qué? Ya lo dijo antier la maestra, “El Poder es el poder” y seguramente ya no se conformará con exigir subsecretarias para sus yernos y protegidos, ni le llamará la atención la Lotería Nacional o la caja chica del ISSSTE como en el sexenio de Calderón, sino que pedirá más poder y dinero por su amor.
Peña Nieto tendrá que modificar su discurso y evadir comprometerse con desterrar la corrupción en el gobierno federal, también deberá evitar comprometerse a una reforma educativa donde se combatan los desvíos de recursos de la SEP para las cuentas bancarias del SNTE, o borrar las nominas de miles de “aviadores” que cobran como maestros pero que trabajan como operadores políticos del PANAL. Tendrá que sacrificar mucho por unos posibles puntos en la votación presidencial.
Veamos lo que dice el psicólogo político Daniel Eskibel al respecto de las dudas.
Pocas cosas son más amargas para un candidato y su equipo que una derrota inesperada. ¿Has visto la desolación de una sede partidaria la noche de la derrota? ¿Has escuchado (sí: escuchado) los momentos de silencio? ¿Has oído esas voces, has visto esas caras?
Es que, por difícil que parezca, siempre hay esperanza latiendo en los candidatos y sus equipos. Siempre. Esa confianza íntima en el votante. Esa intuición de que en el último instante los van a apoyar. Por eso duele tanto la derrota. Duele en el alma. Duele en el cuerpo. Muerde por dentro.
Y las preguntas se multiplican. ¿Qué pasó? ¿Por qué el votante eligió a otro candidato? ¿Cómo llegó a tomar esa decisión? ¿Qué proceso mental le hizo elegir a ese candidato? Y una duda que siempre sobrevuela: ¿era posible hacer algo diferente en la campaña electoral? Algo que provocara otra reacción en el electorado... ¿Cuántos votos se pierden por no saber cómo funciona el cerebro del votante?
El cerebro del votante es como un laberinto oscuro. Un laberinto, sí. Pero oscuro. ¿Te imaginas lo que es estar dentro de un laberinto? Caminos que van y vienen, se cruzan, se cortan y parecen llevar siempre a la nada. Y si es difícil un laberinto cualquiera, mucho más lo es en la oscuridad. ¿Qué necesitas para encontrar la salida?
Necesitas desesperadamente 2 cosas:
Señales que indiquen el camino.
Luces para ver las señales.
En un laberinto oscuro vas tropezando y a tientas, sin encontrar el rumbo, sin saber dónde estás, sin darte cuenta siquiera si avanzas o retrocedes. Perdido. Pero si en el mismo laberinto alguien enciende carteles luminosos que van indicando el camino, entonces rápidamente llegas a la salida.
Así funciona el cerebro del votante. Como un laberinto oscuro. Con el votante yendo y viniendo por los pasillos que se entrecruzan, perdidos y sin saber qué hacer. Vagando desconcertado en medio de la oscuridad. Hasta que una campaña electoral instale y encienda, allí mismo, dentro del oscuro laberinto del cerebro, los carteles luminosos que le señalen el camino. El camino que permite llegar a la salida. O sea a votar por un determinado candidato.
¿Tiene razón Peña Nieto en tener dudas de ganar las elecciones?
Otra pregunta que se hacen algunos analistas es ¿Cuál será el precio que pagará Peña Nieto por el capricho (autoritarismo dicen otros) de mantener en la dirigencia nacional del PRI a Humberto Moreira?
Porque ayer, el Senado de la República pidió a la PGR investigar y consignar a quienes resulten responsables de contratar créditos bancarios irregulares en la deuda pública del gobierno de Coahuila en la gestión de Humberto Moreira Valdés.
Según la propuesta avalada, presentada por el senador del PAN, Guillermo Anaya, “se utilizaron documentos alterados y falsificados para tal efecto”, por lo que la PGR debe realizar las indagatorias por enriquecimiento ilícito de los involucrados en este caso.
Además, el Senado demandó al Congreso local realizar acciones ante las instancias estatales para garantizar la plena transparencia y rendición de cuentas en el ejercicio y aplicación de los 33 mil 867 millones de pesos asumidos como deuda pública.
También solicitó a la Auditoría de Fiscalización Superior de la Federación que haga una auditoría financiera y de desempeño al gobierno estatal en relación con los 33 mil 867 millones de pesos asumidos como deuda pública estatal.
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