Salinas ataca de nuevo
Carlos Manuel Sabines
Ciudad de México.- Como los tiburones cuando huelen la sangre, Salinas hurgó en la política nacional, que él conoce muy bien y se decidió a publicar y publicitar un nuevo libro, el quinto: ¿Qué hacer? La alternativa ciudadana.
Hace reflexiones y señala que la nación está en riesgo; presa de temor y desaliento; que está asfixiada; que es la hora de los (¿ciudadanos participativos conscientes y autónomos del del Estado?; estas palabras en boca del autor, suenan a vituperio); para concluir que su estudio propone una alternativa que alienta a la ciudadanía organizada a hacer por sí misma lo que nadie hará por ella: se trata de la práctica cívica, dice.
El tema central como es de suponerse, no es el contenido del libro, sino el momento político en que saca a los aparadores de las librerías el citado texto. Muy al estilo del oportunismo de Salinas, cuando la batalla por las candidaturas de los partidos para el 2012, están en su apogeo y eso que aún no estamos en lo más álgido de la contienda.
Habrá que observar las reacciones al nuevo libro del ex presidente.
En otro orden de cosas, después de los desencuentros habidos entre Lozano y los diputados, en que gran culpa la tiene el funcionario, porque no ha entendido, lo que no es extraño, que cuando va a la Cámara, va en calidad de funcionario responsable del sector trabajo y previsión social a "comparecer", en un ejercicio de transparencia que la Carta Magna mandata. No va en graciosa generosidad de su parte; va a cumplir una obligación de informar a cabalidad y puntualidad.
Pues bien, después de que en repetidas ocasiones se le llamó a realizar ese ejercicio democrático y las rechazó por supuestos problemas de agenda, ahora resulta que envió un ocurso al Presidente de la Comisión respectiva, el priísta Tereso Medina, para solicitarle que se abra un espacio para que acuda a exponer lo que el Plan de Desarrollo 2007/2012 establece.
Lo que Lozano desea es un foro en el que vaya a lucirse con cargo a los diputados para hablar de las bondades de la Reforma Laboral, que esta muerta, según las palabras del propio Lozano. En vista de que en la subcomisión no se emitió ningún documento sobre los trabajos efectuados, es un hecho que en este momento no existe materia para recibirlo en comisiones.
Sobre los aumentos a los precios de los combustibles, aprobados en días pasados por la Cámara de Diputados, léase PRI-PAN, para 2012/2014, esto es, autorizar a que mes a mes se incrementen esos precios, los priístas y los panistas jugaron al teléfono descompuesto, nadie tuvo la culpa de nada. Sin embargo, ayer la SHCP reconoció ser la dependencia que determina esos aumentos, lo que además fue convalidado por Calderón. En otras palabras, se decidieron a asumir el costo político de los aumentos mencionados, inflación aparte.
Este problema se inscribe en dos temas: El primero se refiere a que el Ejecutivo desea manipular el precio de esos insumos con el fin de a su vez maniobrar para presentar una paraestatal que sea un dechado de corrupción, ineficiencia, ineficacia, con gran parte de razón por cierto, con el objeto de abaratar la posición económica y financiera de PEMEX y forzar a la liquidación de ese organismo vía la venta de garage.
El segundo se refiere a que funcionarios de diverso nivel de SHCP y de PEMEX, nunca han querido dar a conocer cual es costo de producción de un barril de petróleo. Sin embargo, por ley, la de los Estados Unidos por supuesto, PEMEX tiene la obligación de reportar a Securities and Exchanage Commisión--SEC---, sobre el estado que guardan sus finanzas, situación que muy pocos en México conocen.
En el que corresponde al cierre de 2010, la paraestatal informa que la ganancia por barril petrolero de exportación genera un margen de utilidad de 1 395%, derivado de que el costo de producción fue de 5.22 dólares y el promedio de venta fue de 72.33 dólares. En 2009 los números fueron, respectivamente, 1 183%; 4.85 y 57.4 dólares por barril. Datos de México SA-La Jornada-26-X-11.
De lo anterior se desprende por qué las transnacionales y los empresarios nacionales tienen sed por sacrificarse, tratando de adquirir PEMEX. Sin duda sería un mal negocio, pero en aras de la patria, todo es válido.
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