RELIGIÓN
Guillermo Berrones
Puede ser que mate a Dios
después del carnaval
y haga cenizas
las columnas de su fe
desmoronada.
Puede ser que amase
el polvo de sus huesos
con el agua azufrosa
del infierno.
Puede ser que mi aliento
incube el maniqueo sincretismo
de un tercero en discordia.
Puede ser que el lastre
de una costilla descarnada
engendre el porvenir inusitado
de un ser sin semejanza
y sin imagen.
Puede ser que no me creas,
que dudes,
que sientas la sonrisa de una mentira
histórica
sembrada por la envidia.
Puede ser que el bautista
vierta en el Jordán
la virtud reveladora
de una apostasía blasfema.
Que el bronce de mi piel cubra
la enjuta voluntad
que nos doblega
hasta unirnos
en el infinito sacrilegio
del amor.
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