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OPINIONES DE UN PAYASO
LA PRINCESA
DEL CALLEJÓN ACTOPAN
Luis Valdez
 Octavio es amigo de Rebeca. Entre los dos organizaron un evento de esos que en el pueblo de Actopan, Veracruz, sólo hay cada dos meses: un baile.
Actopan es un pueblo demasiado tranquilo en cuestión de eventos públicos. A una hora de Xalapa, la capital de Veracruz, tiene su principal actividad económica en la producción de mango, zapote y chayote.
Sin embargo hay un aspecto que da un buen grado de apertura a este pueblo: cada familia tiene al menos un par de borrachos y un gay. A los borrachos se les llama simplemente así, borrachos; a los gays, parientes.
Los borrachos tienen tres centros de reunión: El Ritmo de la Noche, que es una cantina a la orilla de la carretera donde hay ficheras que pasan de los cuarenta años; La Bajada, que está en el camino al río, y El Mangos, donde hay el más nutrido grupo de mujeres, de las cuales más de una podrían resultar menores de edad. El Mangos está en pleno centro, y tiene su fiesta con las ventanas y puertas abiertas. A cierta hora de la noche la policía del pueblo se presenta en la puerta, y la dueña manda a un par de sus empleadas a quedarse en un cuarto.
Luego invitan a pasar a los policías y les dan una cerveza y un par de billetes frente a la barra. Los tipos saludan a uno o dos parroquianos y se retiran.
A media calle de El Mangos está el billar El Conejo. Ahí dejan entrar a adulto y niños. Los adultos beben cerveza mientras cuidan a sus hijos y hermanos menores en la mesa de billar de a lado.
Regresaremos a Rebeca y Octavio. Los dos han organizado el Certamen Miss Gay Actopan 2009. Los dos son travestis. Alguna vez tuvieron el título nobiliario de este certamen, pero los años no perdonan. Ahora Rebeca es la conductora y Octavio la anfitriona. Y este pasado sábado 16 de mayo, fue una fecha importante para ellos: recibieron a amistades suyas de muchos años para esta gran fiesta.
El Centro Social Municipal se atiborró de gente. Familias enteras. Madres de familia, adolescentes y niños. Todos apoyando a los “parientes”. A final de cuentas tendrán que pasar dos meses más para que haya otro baile. Por eso hay que aprovecharlo.
 
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