cabeza
Google

fechak

ÓPERA PRIMA

En Ópera prima creemos firmemente en el talento local y  tenemos por objetivo difundir las letras que actualmente habitan los talleres de la ciudad. En esta ocasión ponemos a su consideración los textos “Nostalg-iu”, “Paradigma” y “Sediento de ti” y “Supongamos que te quiero” del tallerista Alfredo Cisneros, Dracco,  integrante del Colectivo De Carne y Verso. Se reciben sus comentarios, sugerencias y críticas.
*****     *****     *****

NOSTALG-IU

Con el rostro más cansado
por el paso de los días
de los innumerables días
y con el paso más despacio
que sigue yendo hacia ningún lugar
entretengo mi pensamiento
unas veces en nada
en nadie
otras veces en ti;
en la primera vez que besé tus labios
con el ímpetu frenético del sediento
que tras andar y andar
logró dar con un oasis
con suerte imbécil di contigo
cuando menos me necesitabas
cuando yo más lo ocupaba
lamentablemente,
una cosa y la otra no son compatibles,
y lo nuestro
fue a dar al despeñadero
una fría madrugada
de hace ya bastante tiempo.

*****     *****     *****

Paradigma
Estamos jugando
a ser un par de extraños
que no pretenden conocerse
que se van desmemoriando
poco a poco
por las calles del ayer.
En cualquier caso
tú  no has dicho nunca nada
y yo estoy creyendo haberlo dicho todo.
Nos quedamos esperando el autobús.
¿Quién de los dos
le señalará  que se detenga? 
Tú  te quedas esperando una señal
algo que te indique que estoy tras de ti
yo me quedo pensando en que sí
en que definitivamente debería estar tras de ti
y sin embargo
sigo parado en el mismo lugar. 
Juguemos a que somos algo
a que hay algo en común entre nosotros
eso que no nos hace ser tan diferentes
la variable que resuelve el paradigma;
aunque claro, lo olvidaba
no formamos parte de la situación 
estamos jugando
a querer encontrarnos
sin buscarnos.

*****     *****     *****
 
 
Sediento de ti 
Sé  por tu boca
que me quieres
por tu boca
tan llena de palabras altisonantes
conciliatorias, perspicaces
disidentes, triunfalistas
decisivas y suficientes
suficientes para también decir
que te quiero. 
Sé  por tu voz
que me amas
por tu voz
que es la llave de mi corazón
relámpago indulgente
de mis tonterías
caleidoscopio de mis emociones
faro de ese puerto
al que siempre llego. 
Sé  por tus labios
que me extrañas
tus labios
que siempre me han sabido a realidad
a cielo azul de las seis de la tarde
a domingo por las mañanas
con sabor a mar ingobernable
a días de espera, de no vernos
sin besarnos. 
Sé  por tus manos
sedientas de mi piel
que tu soledad se extingue
se desintegra, se pulveriza
cada que nos encontramos
ya sea en la esquina de siempre
o en el sofá  de la sala
y sé  por mis manos, que yo
sigo sediento de ti.
*****     *****     *****
Supongamos que te quiero
Supongamos que soy mister “equis” o “ye” o “zeta”. Supongamos que ella, es simplemente ella, hermosa, única, cristalina, perfecta, algo así como una diosa. 
Supongamos que el amor anda rondando, más por mi mente y por mi corazón que por la vida de ella. Digamos que yo sé lo que siento por ella cada vez que la veo, que la escucho, que la huelo, que la sueño. Digamos que sí, ella me gusta tal cual es, a veces niña, a veces mujer, a veces vulnerable, a veces caótica, a veces mandamás, a veces beligerante. 
Supongamos que me armo de valor, algo que no es nada común en mí, que decida por fin decirle a ésta criatura hermosa lo que siento por ella, que además de verla como amiga, la pienso como mujer, que deseo expresarle mis sentimientos. Supongamos que ella, por amabilidad, porque suele ser amable, me escucha atentamente. 
Supongamos que después de hablarle de todo esto, ella me ve fijamente con esa tierna mirada que es tan suya, esa mirada que es capaz de que uno haga cualquier cosa que ella pida, y con voz dulce y de diosa, me diga: “no estés chingando”. 
Supongamos que te quiero
que enamorado ya lo estoy de ti
que te espero aquí sentado
cuando debería ir tras de ti.
Supongamos que te quiero
que estás en cada acto cotidiano mío
que eres las seis de la mañana en mi reloj
mi taza de café caliente para iniciar el día. 
Supongamos que te quiero
que mi esperanza de vivir está contigo
que me aniquilas cada noche con tu ausencia
y sobrevivo al día siguiente en tu sonrisa. 
Supongamos que te quiero
y que desde mi trinchera
vivo cada instante al pendiente de ti
de tu ir y venir en esta vida. 
Supongamos que supones que te quiero
que soy un terco del silencio
que tiendo a esconderme entre la nada
y que aún así, te quiero. 
Te quiero aunque aún no te lo diga
aunque lo supongas y no. 
Supongamos, eso, solamente supongamos.
*****     *****     *****

J. Alfredo Cisneros DeJesús (Dracco). Integrante del Colectivo De Carne y Verso. Nacido en Monterrey, N.L. en 1970. Licenciado en Administración de Empresas por el Instituto Tecnológico de Nuevo León. Su letras buscan el camino de la poesía y el verso libre.

Para compartir, enviar o imprimir este texto,pulse alguno de los siguientes iconos:

¿Desea dar su opinión?

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

p75s

uanlind

 

1
2