SEGUNDA ASAMBLEA
NACIONAL DEL VOTO NULO

Guadalajara 18 de julio 2009.
La riqueza y vitalidad que significa la presencia de un movimiento ciudadano, joven, diverso y plural, reunido en la coyuntura electoral en torno a la anulación del voto, como manifestación de protesta contra el sistema político mexicano, se ha visto diezmada en la Segunda Asamblea Nacional Ciudadana, celebrada en Guadalajara el 18 de julio de 2009.
Al abandonar el movimiento parte del ala radical y crítica que pretendía, conservando la horizontalidad, tomar las precauciones necesarias que evitaran el irregular aprovechamiento mediante el uso de voceros, negociadores o representantes ante el gobierno, reduce cualitativa y drásticamente la composición de la asamblea y la posibilidad de guardar los equilibrios necesarios en un movimiento de esta naturaleza.
El cuidado y atención que se debía procurar dar a este incipiente y recién nacido movimiento, brindándole las condiciones mínimas indispensables que permitieran su fortalecimiento y consolidación, se abandonan y se privilegia y aplaude la exclusión de supuestos grupos radicales, quienes en su momento, habiendo participado activamente en las jornadas promotoras de la anulación del voto, hoy resultaban incómodos y disfuncionales, a quienes pretenden negociar con el legislativo las reformas que faciliten candidaturas independientes o reelección de diputados.
En esta Asamblea, se pierde o cuando menos se ve disminuida una de las características esenciales del naciente movimiento la pluralidad y diversidad de agrupaciones e ideas, al ser eliminada por abandono, parte del ala izquierda, con el aplauso y satisfacción del resto.
Faltó prudencia o sobró intención en aquellos que promovieron y forzaron una votación en la que por amplia mayoría se aplasta (democráticamente?) las voces críticas e incómodas que se oponían a la propuesta de negociación con el Legislativo, propuesta apoyada por quienes no querían perder la oportunidad de “aprovechar” el capital político que representan los 1,800,000 votos nulos para lograr algunas reformas.
La urgencia o el apresuramiento que obligara a la Asamblea Nacional a votar una decisión de tal naturaleza no se justificaba. Tuvimos la oportunidad para buscar otra alternativa de solución al dilema de votar por una u otra opción, pero no supimos o no quisimos aprovecharla.
Varios compañeros señalaron la pertinencia de no llevar el asunto a votación inmediata y definitiva, sino que, ante la evidente falta de consenso, se aplicara la política usada en la Asamblea Nacional celebrada en el D.F. para que el diferendo se continuara discutiendo en la siguiente Asamblea.
Desde la mesa de moderadores, la compañera Ximena hizo un llamado a la Asamblea para buscar una tercera vía que diera salida al conflicto, antes de llegar a una ruptura innecesaria. Sin embargo, desde la propia mesa, otro de sus moderadores insiste en iniciar la votación.
Hace falta una buena dosis de crítica pero sobre todo de autocrítica en el desarrollo futuro de nuestras actividades. Debemos cuestionarnos si este movimiento tiene la facultad de legítimamente representar a los 1,800,000 ciudadanos que anularon su voto en las pasadas elecciones, pues estos ciudadanos jamás nos han brindado su representación.
Una tarea prioritaria del movimiento, antes de pensar en negociaciones con el poder, es intentar acercarnos a esos ciudadanos y al resto del pueblo de México para invitarlos a sumarse a apoyar iniciativas para la democratización del país.
Nos han señalado que la juventud de los moderadores los pudo haber llevado a cometer algunos errores sin que hubiera necesariamente mala fe; seamos comprensivos y pensemos también en la juventud de quienes abandonaron la sesión.
Reconocemos los avances indudables obtenidos por la asamblea y el esfuerzo, la valía y potencial de gran parte de los integrantes del movimiento, sin embargo la característica plural y diversa definitivamente se ha visto disminuida.
Monterrey, N.L. martes 21 de julio de 2009
Esteban Bárcenas Alcalá.
Integrante de la Comisión de Resistencia Civil Pacífica en Nuevo León.

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