Durante la madrugada del 7 de enero del presente año, el Centro Histórico de nuestra Ciudad Capital vivió un verdadero calvario, anticipando con mucho, a la semana santa.
En efecto a partir de las 2 de la mañana comenzaron una serie de explosiones en la Red Automática Central. Todo inició en la bóveda de 16 de septiembre y Gante en la Red 53, donde personal de las empresas contratistas privadas al realizar maniobras equivocadas, provocaron varios disturbios eléctricos e incendios que duraron prácticamente toda la madrugada.
Posteriormente, en la Subestación (S.E.) de 20 de Noviembre y Regina, se incendia dicha S.E. dejando sin potencial a una amplia zona del primer cuadro, entre otros edificios, al Palacio Nacional y al de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Finalmente, en la S.E. de Bolívar 30, en otro edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se registra otro incendio dejando sin potencial a la totalidad de la Red Central por más de 20 minutos, y posteriormente se presentan dos potentes explosiones, poniendo en peligro la vida de los miembros del Heroico Cuerpo de Bomberos que se encontraban dentro de ese edificio, combatiendo el incendio. Al momento de escribir el presente boletín, siguen sin normalizarse completamente los distintos disturbios.
Con lo anterior, queda claro que la zona de influencia de Luz y fuerza del Centro (LyFC) que fuera atendida por trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), está a merced de personas y empresas sin el suficiente conocimiento técnico y operativo de las redes eléctricas. Por consiguiente, los ciudadanos, sus propiedades y lugares de habitación, trabajo, estudio y recreación, se encuentran sin la protección mínima o suficiente, agregando uno elemento más, a la ya de por si grave inseguridad social en la que vivimos los mexicanos.
Todo ello es responsabilidad exclusiva de quienes decidieron decretar la extinción de LyFC, a saber: Felipe Calderón Hinojosa, el autollamado “presidente del empleo”; del gerente de relaciones laborales de la oligarquía mexicana, Javier Lozano Alarcón y de Alfredo Elías Ayub, el director de “Clase Mundial”.
Por nuestra parte, el SME expresa su solidaridad con los miles de ciudadanos afectados por la incapacidad e impericia de los funcionarios que padecemos, al mismo tiempo que nos ponemos a la disposición de las personas que están sufriendo en carne propia la ineficiencia del personal de “Clase Mundial” que no solo no repara sino que complica la operación de nuestras Redes Eléctricas.
Fraternalmente “Por el Derecho y la Justicia del Trabajador”
México D.F. a 7 de enero de 2010 FERNANDO AMEZCUA CASTILLO Secretario del Exterior
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