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1166 12 Octubre 2012

 

Renovación municipal en Guanajuato
Luis Miguel Rionda

Guanajuato.- El miércoles 10 de octubre se renovaron los 46 ayuntamientos del estado de Guanajuato, luego de una de las elecciones locales más competidas en las últimas dos décadas.

En esta ocasión, 59.5% de los ciudadanos de la lista nominal acudieron a sufragar en la elección municipal, lo cual es un verdadero récord. De los 46 municipios, 15 los ganó el PAN, 9 la coalición PAN-Panal, 4 el PRI, 12 la coalición PRI-PVEM, 3 el PRD, uno el PVEM, uno el Panal y otro más el Movimiento Ciudadano. Un panorama más variado en términos partidistas no puede ser más posible.

El PAN ya no gobierna a la mayoría de la población municipal, y perdió su bastión en León. Retuvo con trabajos Irapuato, donde a pesar de haber hecho coalición con el Panal, el PRI casi le empata, y le hubiera ganado de haber hecho alianza con el Verde. En Celaya la coalición PRI-Verde quedó a 9% de distancia de la coalición PAN-Panal (40.3% versus 39.3%), contradiciendo a las encuestas prelectorales que anunciaban una victoria priísta.

En Doctor Mora la pequeña diferencia con que había ganado la coalición PRI-Verde le permitió al PAN arrebatarle el triunfo mediante un recurso legal que revirtió el resultado en los juzgados. Tarimoro, Uriangato y Pénjamo vieron apretadísimas victorias del PRI-Verde, del PAN-Panal y del PRI-Verde respectivamente. Y varios municipios vieron más de dos contendientes con posibilidades reales de triunfo: competitividad tripartita en Apaseo el Alto, Huanímaro, Moroleón, Pueblo Nuevo, Tierra Blanca y Uriangato; incluso entre cuatro partidos como en Guanajuato capital y cinco en Villagrán. En Valle de Santiago el agarrón de antología fue entre el PAN y el PRD, ganando con poco el primero. Todo un concierto de opciones, que el electorado pudo barajar con plena libertad.

Por eso este relevo municipal resulta tan alentador, ya que confirma que cada vez más el electorado de Guanajuato analiza las ofertas y perfiles de los candidatos, y deja de lado las lealtades partidistas, que en el pasado reciente nos han conducido a hegemonías que empobrecieron mucho la vida política local.

Ningún partido político en particular debería acaparar los espacios de gobierno y de representación, como lo hicieron en sus respectivos momentos el PRI y el PAN. La competencia y el libre juego de los actores facilitan con mucho la formación de una ciudadanía consciente y exigente, cuya única lealtad es hacia la atención de las necesidades comunes y la superación de los problemas que hoy nos agobian. La política como instrumento para la oxigenación del poder, mediante la renovación de las élites gracias a la alternancia recurrente.

Las diversas tomas de posesión que se verificaron el miércoles evidencian las sustantivas diferencias entre los municipios de la entidad: desde la esperanzadora alternancia en León, hasta la derrota de los cacicazgos regionales en Yuriria, Pueblo Nuevo, Valle de Santiago, Salvatierra, Xichú y otros. Pocas camarillas que se consideraban inamovibles quedaron incólumes, incluso el célebre Yunque en el PAN, que hoy vive uno de sus peores momentos gracias al deslinde que ha emprendido el gobernador Miguel Márquez, quien le arrebató su bastión en la Secretaría de Educación de Guanajuato, que ahora está en manos de un politécnico laico.

En Guanajuato capital asistimos a la toma de protesta de Luis Fernando “Güicho” Gutiérrez, priísta, quien ha dado alentadoras muestras de apertura que le apartan del estilo autoritario e iracundo de su predecesor Nicéforo Guerrero. Éste tuvo una especial habilidad para confrontarse con sus gobernados, hasta que el hartazgo lo llevó a presentar su renuncia hace casi un año. Hoy sus propios ex empleados le llaman “el innombrable”. Si hay algo que explica que el PRI no se haya hundido en esta elección, ha sido sin duda el excelente desempeño del alcalde interino Edgar Castro, quien puso orden en el desbarajuste que heredó.

Es alentador que el gobernador panista, en sus intervenciones durante las tomas de protesta que pudo asistir, convoque a gobernar sin distingos partidistas. Y la verdad es que no les queda otra, porque el mapa político que dibujaron los electores plantea una interesante diversidad. Nadie acaparó ahora las canicas, ni en los ayuntamientos ni en el Congreso local. Todos deberán compartirlas, y hacer un esfuerzo de comunicación que nos ayude a avanzar en la convivencia democrática y civilizada que tanto necesitamos.

Antropólogo social. Profesor investigador de la Universidad de Guanajuato, Campus León. luis@rionda.net – www.luis.rionda.net - rionda.blogspot.com – Twitter: @riondal

 

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