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RENUNCIA DANIEL SALAZAR AL PRD
David Carrizales*
Daniel Salazar Mendoza, secretario general del comité directivo estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Nuevo León, presentó el sábado anterior su renuncia al cargo y al instituto político, al argumentar que se ha convertido en una caricatura y cayó en una cadena vergonzosa de traiciones, entreguismo y claudicaciones, desde la imposición de Jesús Ortega Martínez, como presidente nacional.
Salazar Mendoza, señaló que el grupo que actualmente domina al partido, en apenas un año, lo ha llevado a un punto muy distante de aquél en el que se depositaron tantas esperanzas de cambio, durante su congreso fundacional, y que como cabeza de un gran movimiento social pudo ganar dos veces la Presidencia de la República, en 1988 y 2006, aunque los poderes fácticos le impidieron asumir el poder.
Señaló Salazar Mendoza, un activista social que durante su juventud participó políticamente a lado de doña Rosario Ibarra de Piedra, cuando ella contendió como candidata presidencial del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), que se ha cerrado un ciclo en el PRD, un instituto que habiendo nacido como partido de oposición al viejo partido de Estado, dejó de serlo con la ordenación de Ortega en su presidencia, para convertirse, como el propio Andrés Manuel López Obrador señaló en un mitin en la Alameda, “en un partido palero del régimen”.
Agregó que “esta pusilánime situación se reproduce como plaga en los estados y permea hasta los municipios, convirtiendo a este partido en comitiva del poder y en franquicia política, ofrecida al mejor postor y dirigida por caciques corruptos que entregan el ideario de los pueblos a cambio de posiciones personales en los gobiernos”.
En una palabra, señaló Salazar, el PRD “está convertido en un partido colaboracionista que provee y solicita auxilio de la derecha en el PRIAN, esa misma derecha que mantiene vigente el actual régimen de explotación y miseria en México y que arrebató los triunfos de la izquierda y del pueblo en las elecciones presidenciales de 1988 y 2006”.
Explicó que sus razones para renunciar al PRD, nada tienen que ver con su situación personal dentro del partido, con sus sentimientos ni con mis deseos, sino a la marcha objetiva de los acontecimientos en la que están inscritas las acciones de la corriente hegemónica del PRD por sus relaciones con el poder, el reconocimiento a Felipe Calderón, los posicionamientos “chuchos” en las Cámaras, su actitud traicionera frente a López Obrador, la CND, la privatización de la Industria Petrolera, el SME, los mineros de Cananea y los movimientos sociales en general.
Comentó que frente a la ofensiva del capital y de la derecha, los “chuchos” y sus aliados se han puesto de acuerdo para “gobernar en alianza los estados”, a veces ganando elecciones, pero llevando al poder a personajes totalmente contrarios al pueblo y a los idearios originales del PRD, como ha ocurrido en entidades como Nayarit, Chiapas, Guerrero, e incluso Zacatecas y Michoacán.
“No sé cuántos camaradas se quedarán en el PRD -como ellos mismos dicen en tono mordaz- ´a limpiar los establos´. A ellos les digo que entre nosotros nunca estuvo permitido engañar a nadie como tampoco engañarse uno mismo, y que aunque no sea fácil, es necesario continuar fieles a un programa anticapitalista que el sol azteca jamás ha reivindicado y que tampoco se ha propuesto”, señaló Salazar.
Nuestra ambición -como bien dijera Trotsky en otras circunstancias- “nunca se limitó a tener más miembros, más recursos, más propaganda, más diputados. Todo eso es necesario, pero no es más que un medio. Nuestro objetivo ha sido la total liberación material y espiritual de los trabajadores y los explotados por el capitalismo…..”
Desde el PRD nada de esto es posible. Por eso renuncio. Los golpes recibidos por la camarilla estatal dirigente, no nos han desanimado y por el contrario nos han hecho más fuertes para continuar en la lucha, con independencia de los colaboracionistas y demás corrientes autodenominadas de “centro izquierda” o de la “socialdemocracia”, concluyó Salazar.
* Corresponsal de La Jornada
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