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3 de marzo de 2010

15diario.com
 

¿Imitar a Colombia?

Amaya Marichal

Cada vez es más común que en nuestro país se compare el problema del narcotráfico con lo que ha sucedido en Colombia en el mismo ámbito. Incluso, algunos analistas y políticos han tratado de sacar lecciones para México a partir de las acciones tomadas (y no tomadas) en el país sudamericano.

Tal vez el ejemplo más evidente de este comportamiento, que tiende al mimetismo de políticas colombianas, es la Iniciativa Mérida, también llamada Plan México debido a los rasgos similares que presenta con el Plan Colombia. Se trata de un acuerdo internacional de seguridad entre México y Estados Unidos con el objetivo de combatir el narcotráfico a través de un paquete de apoyo que autorizó el gobierno estadounidense con un costo de 1,600 millones de dólares en equipo y entrenamiento para nuestro país (supuestamente no incluye armas de fuego ni dinero).

En días recientes, se dio a conocer la noticia sobre el aumento de la violencia en Medellín, Colombia. Solamente en el pasado mes de enero hubo 188 homicidios, más del doble que en el mismo periodo de 2009.

En esos acontecimientos violentos, se observó que tanto los asesinos como las víctimas eran jóvenes, razón por la cual el presidente Álvaro Uribe anunció la creación de una red compuesta de mil estudiantes que serán remunerados con 100 mil pesos colombianos al mes (36 euros, es decir, menos de 700 pesos mexicanos) a cambio de información sobre el crimen organizado.

Dicha propuesta ha generado un sinfín de críticas, algunas de las cuales señalan que el presidente se está enfocando en los incentivos económicos en lugar de la educación cívica y los aspectos morales para luchar contra el narcotráfico. Por otro lado, se ha señalado que no por ser estudiantes jóvenes quiere decir que tengan datos sobre el crimen organizado y que en caso de ser así, la información podría ser imprecisa e incluso falsa.

Otras críticas subrayan la importancia de la lealtad en las bandas implicadas en el narcotráfico, situación que dificultaría la denuncia, además de que el incentivo económico parece no ser suficiente frente a las ganancias del comercio de drogas.

Finalmente, tal vez la crítica más interesante que se le ha hecho a esta propuesta, es la que argumenta que ese dinero se está ofreciendo a los jóvenes con miras a hacerse de adeptos para las próximas elecciones y que no busca resolver el problema de la seguridad. Las voces discordantes afirman que si el objetivo de Uribe es contar con el apoyo de los jóvenes al mismo tiempo que ofrece una solución a la violencia en Medellín, lo que tendría que hacer es ofrecer becas a los jóvenes que se comprometan a dejar las bandas criminales y mejores programas de estudio.

El caso de Medellín tiene un cierto paralelismo con lo ocurrido recientemente en Ciudad Juárez, no sólo por la terrible muerte de jóvenes, sino también por la actitud simplista de las autoridades al momento de explicar los homicidios y de anunciar estrategias supuestamente dirigidas a ganarle terreno al crimen organizado.

Tomando como ejemplo la situación que vive Medellín, aquí en México habría que analizar detalladamente con base en nuestra propia experiencia y nuestros propios recursos, las acciones que más convienen en materia de lucha contra el narcotráfico.

Además de tener el Ejército en la calle y de realizar mediocres intentos por golpear las finanzas del narco, habría que preguntarnos lo siguiente: ¿Qué otras estrategias está tomando México en sus diferentes niveles de gobierno en los sectores social, laboral y educativo?

http://amayamarichal.blogspot.com/

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