529 3 de mayo de 2010 |
¿Qué celebramos el 30 de abril? Irma Alma Ochoa Treviño El día 20 de noviembre es el Día del Niño (y de la Niña) en el mundo, sirve para recordar la fecha en que se aprobó la Convención de los Derechos del Niño en 1989. En México se fijó el 30 de abril para festejar a la niñez con festivales, música, payasos y dulces, a la vez que es el momento propicio para dar a conocer alguna acción en beneficio de la niñez mexicana.
Para tener algo que festejar este 30 de abril, la comunidad nuevoleonesa espera ver de nuevo a las niñas Diana y Adriana y al niño Julio César, quienes siguen secuestrados desde diciembre de 2008. Desde su secuestro a manos de Patricia Murguía, las niñas y el niño son buscados por sus mamás, quienes son apoyadas por diversas organizaciones de la sociedad civil.
¿En dónde están Diana, Adriana y Julio César?, hasta hoy no se sabe, como tampoco se conocen los pasos que ha dado la PGJNL para localizarlos, salvo uno. Después de más de un año del secuestro el Gobierno del Estado de Nuevo León ofreció recompensa a quien proporcione información para localizar a la secuestradora. ¿Hay algún rastro?, ¿alguna pista concreta para localizar a las niñas y al niño?
Por este lamentable caso y frente al clima de inseguridad que padecemos, me pregunto si hay qué celebrar o si se puede celebrar en forma normal como lo recomiendan las autoridades. En esa reflexión estoy, cuando los noticieros informan sobre las balaceras alrededor de jardines de niños, escuelas primarias o secundarias, sembrando el terror en la población infantil. En ningún lugar, sea casa, parque o escuela, nadie estamos a salvo en esta absurda guerra.
Hace pocos días, muy temprano por la mañana, se desató una balacera en Fomerrey 45 al sur de la ciudad, niñas y niños de un jardín de preescolar, acompañados de sus maestras, tenían pocos minutos de haber entrado a sus salones de clases después del ejercicio de activación –que realizaron en el patio- y en el que participa toda la población educativa. De repente se escucharon unas detonaciones. La directora apuradamente fue a cada salón para recomendar a las maestras que sus actividades las hicieran a nivel de piso, pidiéndoles que no permitieran a ningún niño o niña salir de su salón, ni aún para ir al sanitario. Poco después las madres y/o padres de familia llegaron a recoger a sus hijas e hijos. Con precaución iban saliendo del jardín, dándoles la mano, cuando de nuevo se escucharon más detonaciones (éstas a pocas cuadras de distancia), todos corrieron a protegerse. ¿Qué explicación se puede dar a la niñez?, ¿cómo infundirles tranquilidad?, ¿en qué condiciones pueden estudiar?
A la inseguridad se suma la corrupción de menores. Al mediodía de hoy, la televisión local informó de un antro en Ciudad Guadalupe, en el que se hacen “tardeadas” con música y venta de bebidas alcohólicas, incluso a menores de edad. La autoridad municipal clausuró el antro por las violaciones al reglamento.
La corrupción de menores es evidente con la venta de alcohol a menores; y también lo es, porque el espectáculo principal de las tardeadas son niñas de 13 años de edad que bailan y se desvisten a cambio de unos cuantos billetes, según aseguró el reportero de la empresa televisiva. ¿Por qué se permite la entrada a niñas y niños a estos sitios?, ¿con qué pagan los menores de edad el alcohol que consumen?, ¿quién induce a las niñas a desvestirse?, ¿serán castigados los corruptores?
Del 2007 a la fecha, la Procuraduría General de Justicia en Nuevo León, a través de su página electrónica reportó 521 delitos por corrupción de menores, de éstos 42 se cometieron de enero a marzo de 2010, lo que sugiere un incremento del delito. ¿Las víctimas tendrán algo que festejar?
Además me pregunto qué ha hecho o hace el Estado Mexicano para rescatar de la trata a los más de 20 mil niñas y niños víctimas en el País, que se encuentran particularmente en los centros turísticos y los puntos fronterizos, según señala el Reporte Trafficking in persons (ONUDD, 2009).
Es una vergüenza nacional que México ocupe el 5° lugar como país de origen de la trata en América Latina y el 28° a nivel internacional, donde las víctimas son en su mayoría son mujeres y niñas. A esta situación vergonzante se le añade otra lacra en contra de la niñez: el infame 2º lugar mundial como productor de pornografía infantil, ¿cuáles son las acciones realizadas para combatir estos delitos y beneficiar a niñas y niños?, ¿qué políticas públicas hay al respecto?, ¿cuánto es el presupuesto que se etiqueta para tal fin?, mis preguntas caen en el vacío. Hay muy pocos resultados concretos, pues hasta el momento -en todo el país- sólo hay dos personas castigadas por el delito de trata contra 20 mil niñas y niños víctimas.
¿Habrá algo qué festejar? Directora General de Arthemisas por la Equidad, A.C. Para compartir, enviar o imprimir este texto,pulse alguno de los siguientes iconos: ¿Desea dar su opinión?
|
|