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575 7 de julio de 2010 |
ANÁLISIS A FONDO Advertencia electoral Francisco Gómez Maza
Al priísmo le falló; auguró que ganaría carro completo Los pocos votantes cruzaron, el domingo, votos de castigo
Hay muchas lecturas de la jornada electoral del domingo 4 de julio, mas lo más importante es que son una advertencia de lo que podría ocurrir en las elecciones de 2012, cuando los ciudadanos votarán por el cambio de presidente de la república. Es cierto. El PRI dejó ir tres gubernatura – Oaxaca, Sinaloa y Puebla -, pero en lo que no reparan quienes afirman que son emblemáticas y estratégicas es que las ganaron los polos opuestos en alianza: PRD-PAN, dos partidos supuestamente irreconciliables. El PRD, ante el cinismo del gobernador priísta, se constituyó en “mayoría” en Oaxaca – el derechista PAN es prácticamente inexistentes en la tierra del liberal Benito Juárez -, un estado sí emblemático por la larga dictadura priísta, corrupta, represora e impune.
Oaxaca es uno de los estados más pobres de la Federación y el candidato de la alianza, y durante este sexenio ha vivido en permanente conflicto por la cerrazón de Ulises a resolver las demandas del magisterio, que unido a organizaciones populares se levantó y tomó la plaza, pero fue violentamente reprimida. Gabino Cué, el virtual nuevo gobernador es perredista, inclusive hizo alianza con la derecha con la venia del radical Andrés Manuel López Obrador, quien no reconoce al presidente Felipe Calderón y le llama “el espurio”, porque el triunfo del actual presidente no ha dejado de estar en entredicho – ganó por medio voto, de acuerdo con la voluntad de las computadoras - ha sido el favorito desde que el PRI impuso a Ulises Ruiz como gobernador, personaje siniestro dedicado a reprimir cuanto movimiento social popular e indígena brota en el estado.
El más reciente caso es el del sitio, a hambre, sin servicios de energía eléctrica, sin agua, del municipio autónomo de San Juan Copala por paramilitares consentidos del cacique gobernador. Los oaxaqueños que fueron a las urnas emitieron un voto de castigo al PRI y particularmente a Ruiz, inclusive votantes priístas. Están cansados de tantos conflictos sociales y políticos. Un estado en donde la riqueza está concentrada vergonzosamente y la pobreza corroe las entrañas de más de 500 municipios, la mayoría de habitantes originarios, que hablan otras lenguas, menos el castellano y viven en condiciones de miseria, explotación, exclusión y discriminación.
Puebla no es una sorpresa. Es un estado conservador en donde las fuerzas priístas y panistas siempre han estado equilibradas y no existe ninguna diferencia entre ellas. Ambas son conservadoras. El gobierno estatal está aún en manos del PRI, pero los escándalos en los que se vio envuelto el “góber precioso”, Mario Marín, con sus relaciones aún no castigadas –la impunidad pues es reina en este México- con una banda de empresarios pedófilos y pederastas, por supuesto que afectaron terriblemente la imagen del otrora “partidazo”.
No es extraño, pues, que los escasos votantes del domingo hayan emitido un voto de censura contra Marín. Puebla tenía que darle la espalda al PRI por consecuencia de la actuación inútil, mediocre, timorata, desvergonzada, cínica del “góber precioso”, que más estuvo dedicado a satisfacer su lujuriosa vida que a servir a los ciudadanos. Pero no hay que olvidar también que Puebla es tierra de Hinojosas. Que la madre de Felipe Calderón es poblana. Y este fenómeno de sanguis también cuenta. Los Hinojosa son una familia muy prominente, muy respetada, muy influyente en Puebla. Les conozco. He estado cerca de ellos por razones de relaciones familiares y por mi trabajo de reportero. Ahí, en Puebla, el triunfo del PAN era un triunfo anunciado.
Sinaloa es un pueblo –y lo digo con respeto; amo a muchos amigos sinaloenses; de ahí vinieron mis más grandes amores, como el maestro Alejandro Avilés Insunza, es una ciudadanía convenenciera y aterrada por el terrorismo criminal; uno de los estados que más ha sufrido por la guerra contra el narcotráfico y la delincuencia organizada; territorio de bandas lideradas por el connotado y reconocido como hombre poderoso por la revista Forbes, Joaquín “El Chapo” Guzmán, que con la complicidad de autoridades, se fugó ha años de uno de los penales de alta seguridad más seguros de México, el de Puente Grande en Jalisco, y que desde entonces es uno de los intocables de este país.
El PRI no hizo en Sinaloa un buen gobierno. No supo aprovechar su experiencia de gobierno y dejó que la delincuencia creciera como espuma. Y el PAN tiene presencia. Tanta que de ahí salió el “Maquío”, Manuel Clouthier, un agro empresario priísta que se unió a los llamados “Bárbaros del Norte” que se agandallaron la dirección del partido fundado por don Manuel Gómez Morín, uno de los legendarios “Siete Sabios” de la época dorada del México intelectual. Y Clouthier se lanzó como candidato a la presidencia de la república cuando el gran fraude que despojó a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano del un clarísimo triunfo y entronizó ad ovum al de infeliz memoria, Carlos Salinas de Gortari, en el 88.
No hubo pues sorpresas. Ni el PRI se consolidó como alternativa en México, con ha dicho el periódico Público, de Madrid, ni las urnas golpearon al presidente Calderón, como lo ha estimado la Vanguardia, ni México frenó el resurgimiento del PRI, como cabeceó El País, que desgraciadamente no conocen la idiosincrasia mexicana. Ocurrió lo que estaba previsto. Lo que pronosticamos en este espacio en tantas ocasiones.
Y a menos de dos años del proceso electoral de 2012, estamos en condiciones de afirmar que así será, semejante a la del pasado domingo, la jornada electoral en la que el PAN será desalojado de la Casa Presidencial de Los Pinos, por su ineficiencia y su ineficacia, por su contumacia y su porfía en hacer las cosas al revés. Sólo un milagro puede salvar al ahora partido oficial, o un gran fraude electoral. Y no creo en las bolas de cristal. A dos años del cambio presidencial, el resultado más sonado son 25 mil asesinados por las bandas del crimen organizado y desorganizado y una pobreza extrema, de más del 90 por ciento de los más de 120 millones de habitantes de esta federación multiétnica y pluricultural, más los que se acumulen. La inseguridad personal, pública y la inseguridad económica crecida exponencialmente en estos años de panismo obviamente que es una factura que tendrá que pagar puntualmente, ad ovum, en albiceleste.
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