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577 9 de julio de 2010 |
APUNTES DE UN HINCHA El cartero Gerson Gómez
De pronto el silencio, la nada. El cansancio abarrotando los brazos y las piernas. No hay más voluntad para sumar, restar, dividir o multiplicar a los compradores.
La pantalla gigante del estadio se ha apagado.
Sólo el eco, las risas, las mentadas de madre y el gol, han quedado atrapados en las gradas. Las instrucciones de los entrenadores, el sonido local anunciando: cambio, cambio, cambio, sale con el número, y entra a desbordar la pradera izquierda.
Ahora sentado. Tiene ganas de llorar.
Trabaja a destajo, poco alcanza. Las deudas aumentan.
Antes el futbol pagaba los recibos, la despensa y hasta las salidas.
Hoy es jugo del cansancio. Desesperanzado, abre la bolsa de papas fritas. Las inunda con salsa roja. Ese es el desayuno comida cena. Carece de nombre, porque no lo usa.
En el estadio sólo le gritan ¡cartero!, por llevar carta blanca hasta los asientos de los aficionados.
Regresará en dos semanas, otra vez, a vender cerveza.
Mientras tanto tendrá que ser cuidadoso con sus atracos. Experto cristalero: rompe aleta, desconecta alarma, substrae el estero. Lo empeña, siempre lejos. Sin regreso sus pasos.
Con ese colchón, tendrá tiempo para la jornada siguiente en el estadio. Para ello imagina: temporada de 17 triunfos, uno detrás de otro. Cincuenta goles a favor, cero en contra.
La mejor delantera, la mejor defensa, los medios laterales, centrales, efectividad perfecta.
Campeonar indiscutible. Celebrando generoso, invitando el consumo, sólo porque está feliz.
El sin nombre, tiene en claro, que la realidad es una turbia decadencia.
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