Un paseo sin espoleta
Alejandro Heredia

Felipe Calderón, presidente de jure de los Estados Unidos Mexicanos, un buen día analizando las encuestas se le ocurrió quitarle la espoleta a los diversos conflictos entre los cárteles de la droga. In crescendo la muerte se afinca como enredadera en las columnas de la patria, las letras de oro en el congreso de la unión van desvaneciéndose para que otros nombres más rimbombantes como el Cochiloco, Arellano Félix o el famosísimo Chapo, ocupen el sitial de honor de la posmodernidad mexicana.

Cuatro años de que la granada de fragmentación de la guerra calderónica –el término guerra, excesivamente utilizado por el gobierno y los intelectuales entenados del sistema-, se pasea con paso redoblado. El alimento primigenio del miedo es la sensación de que en cualquier momento la explosión desprenderá pequeños proyectiles, o será acaso, que se construye el miedo con las inconsecuencias de las autoridades que nos cuidan, paradójicamente de ellos mismos.

La explosión en la Plaza de Guadalupe de una granada de fragmentación, revienta la simulación del aquínopasanada de Alejandro Garza y Garza, Treviño Berchelman y Rodrigo Medina. O sea, para el equipo de seguridad estatal, la normalidad son 3 atentados contra las sedes del poder judicial federal, la policía del municipio de Guadalupe, o las hollywoodescas persecuciones en el túnel de la Loma Larga. La expresión facial de don Alejandro Garza, proyectaba la sorpresa-indignación-impotencia; respuestas a bote pronto, al fin y al cabo, en una semana se puede negar que 12 personas resultaron heridas en el atentado del 2 de octubre de 2010 a las 22:15 horas en la Plaza Guadalupe; un pase mágico, y el emprendimiento regiomontano puede vencer a la sin razón de la I+D de la delincuencia organizada.

Nostalgias
El Monterrey que se nos fue, la inminencia de que siempre tiempos pasados fueron mejores. Planteamiento tan poco feliz, como el negar la evolución de las especies, el envejecimiento de los cuerpos, los cambios de piel. El programa Cambios de Multimedios Televisión, planteó el diagnóstico y la propuesta, sin la esterilidad de los quejumbrosos brazos cruzados.

Grandes propuestas, pliegos de peticiones a la ciudadanía y al gobierno del estado de Nuevo León. Alentar la participación ciudadana, beneficiar el no consentimiento de la impunidad, el cumplimiento irrestricto del estado de derecho, la situación geopolítica que impera ante el fenómeno del narcotráfico o la implementación del mando único como panacea de la lucha anticrimen.

Sin embargo, a pesar de las buenísimas intenciones, en ningún momento el medio de comunicación genera propuestas de cambio en sus contenidos para mejorar la vida de los ciudadanos mediáticos. En tiempos de manifestaciones-protestas, va un artículo-propuesta; los medios de comunicación en el estado, deberían de comprometerse en generar contenidos de mayor aprovechamiento para los ciudadanos, programas educativos, culturales, de periodismo de investigación.

Por algo nos pasa lo que nos acontece, cuando las Lavanderas, Muñequita Elizabeth, Ernesto Chavana y el Papirrí; son los modelos acabados de comunicadores, algo muy torcido y canallesco, persiguen las televisoras en Monterrey.

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