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7 octubre 2010
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Más sobre la UPN
Nora Carolina Rodríguez

Me permito citar textualmente una carta que se adjudica a algunos asesores y/o asesoras de la UPN 19B, con motivo de las denuncias públicas de irregularidades y solicitudes de una auditoría académica en dicha Institución:

"Por este conducto, los abajo firmantes deseamos manifestar nuestro mas profundo rechazo y desacuerdo a las violentas e irresponsables acciones que por parte de un reducido grupo de maestros de esta institución se ha venido presentando desde hace varios meses, causando desprestigio, deterioro y desorden dentro de la misma.

“Con las citadas acciones, se está agrediendo tanto a los docentes, administrativos, intendentes así como a los alumnas y alumnos en forma laboral, moral y emocionalmente, al intentar, por medio de coacción desde su postura de docentes inducir al alumnado a formar parte de sus acciones, en las cuales el pasado dia 24 de los corrientes y rebasando todo límite aceptable de decencia, insultando en presencia de un gran número de alumnos y alumnas el buen nombre de personas que ocupan puestos directivos, administrativos y docentes.

“Debido a todo lo anterior, es nuestro deseo manifestar reconocimiento y apoyo incondicional al director de esta Unidad 19B de la UPN.

Agradeciendo  su  atención, le reiteramos nuestras consideraciones."

Esta carta, dirigida al Secretario de Educación en Nuevo León, con copia para sus subalternos en materia de Educación Superior y en materia de Desarrollo Magisterial, está firmada por algunas personas, no sé si 30 o 40. Me da pena ajena por ver que firman personas a quienes aprecio, y de quienes esperaba que leyeran cuidosamente el documento antes de firmarlo, cuando menos para que lo corrigieran, ignorando si realmente leyeron lo que estaban firmando o en el arrebato de la incondicionalidad lo hicieron.

Me pregunto quién o quienes tiene(n) tan poca capacidad para expresar su pensamiento, que jamás dice(n) qué acciones son de las que se habla, cómo se le(s) ocurre hablar de que las tales acciones generan desprestigio, desorden y deterioro, si nunca dice(n) de qué se tratan esas acciones, a qué se refiere(n) con el hecho de que se agrede a docentes, administrativos, intendentes y a los alumnas y alumnos laboral, moral y emocionalmente (sic). Caramba, tal confusión había yo encontrado solamente en redacciones de algunos sujetos esquizofrénicos, y esto lo digo casi con pena por evidenciar la desorganización de pensamiento de estas personas que justificadamente, dada su esquizofrenia, son incapaces de estructurar su pensamiento y/o ideas.

Pregunto: ¿Cómo se agrede laboralmente al alumnado?
¿Qué quieren decir con que se agrede laboralmente?
¿Qué significará para quien(es) redactó (aron) este texto “rebasar todo límite aceptable de decencia”?
¿Qué sentido tendrá la decencia para esta(s) persona(s)?
¿Hay límites aceptables para la decencia?
¿Es decente no atender al alumnado ni personalmente ni por teléfono?
¿Es decente que las antologías que ahí se elaboran tengan una deplorable presentación?
¿Es decente que las secretarias contesten de manera grosera (personalmente y por teléfono) la mayor parte de las ocasiones? (porque están ocupadas en el Facebook o en el Messenger)
¿Es decente que se equivoquen hasta 4 veces a la hora de llenar un formato?
¿Es decente que tomen decisiones académicas las secretarias?
¿Es decente que no hayan modificado la página web desde hace casi tres años?
¿Es decente que no haya difusión cultural ni publicación alguna?
¿Es decente que casi no funcione ninguna computadora del Centro de Cómputo?
¿Es decente que la bibliotecaria te niegue los libros sin buscarlos?; ¿que te diga que no están cuando están?
¿Es decente que algunos de los directivos "ayuden" a alumnas o alumnos cuando están pasados en faltas, disculpándoles, que obliguen (convenzan) a algunos asesores a modificar actas de calificaciones?
¿Es decente que censuren lo que les parece que son faltas a la moral, sin preguntarse si esa moral tiene algo que ver con la ética?; ¿lo que ell@s hacen, en general siempre es decente?
¿Esta(s) persona(s) tendrá(n) claro el límite entre moral, moralina y ética?
¿Qué querrá decir que insulten el buen nombre de los directivos?
¿Quieren decir que los ponen en evidencia?
¿Cómo suponen que tienen "buen nombre"? ¿Quién les dijo que ellos tienen buen nombre?
¿Ellos y ellas tienen buen nombre y quienes criticamos no?
¿Tanto les duele que se denuncien las sucias acciones de intimidación, desorganización, incapacidad e incompetencia, que suponen que agravian o perderán su "buen nombre"? 
  
¿Acaso es que los límites aceptables para rebasar esa decencia se mueven a placer de quienes detentan la autoridad?

Claro, seguramente que mueven los parámetros cuando su criterio les indica que lo indecente es decente y cuando suponen que lo indecente es aceptable, no piensan que se rebasa el límite cuando ellos y ellas no quieren.

La conclusión que hacen los firmantes, es de lo más ridícula: que debido a lo anterior, que es confuso, mal redactado y sin pies ni cabeza, apoyan incondicionalmente al director: venga alguien a explicar qué relación tiene una cosa con la otra. Podrían nadamás haber escrito lo último y sería menos confuso. Con decir: miren, estamos apoyando incondicionalmente al director, entenderíamos mejor: es un acto de apoyo, de entreguismo e incondicionalidad. De otra manera, provocan que quienes tratamos de entender lo que intentan decir, nos perdamos preguntándonos tantas cosas.

Realizar paros de labores y denunciar las condiciones deplorables en que se encuentra académica y administrativamente la escuela no es hacer acciones violentas ni irresponsables, es un derecho que como trabajadores todos tenemos.

Yo esperaría que todos y todas pudiéramos realizar ejercicios democráticos donde la crítica, la participación activa, la búsqueda de soluciones a las problemáticas fueran prácticas comunes en una comunidad educativa que se dice progresista, reflexiva y pensante. Se dice transformadora de la realidad.

Quienes denuncian el deterioro académico en que está sumida la escuela son esos profesores que están solicitando de las autoridades estatales que se haga una auditoría académica, son profesores dictaminados, no arribistas que han dejado un taxi para ponerse  a dar clases. Algunos de estos, los firmantes, son incondicionales del director, su incondicionalidad radica en el agradecimiento por contar con un contrato laboral, pero son firmantes de una carta que está pésimamente redactada, y eso nos lleva a preguntarnos si tienen una formación y experiencia profesional que podría cuestionarse, si tienen o han tenido poca o nula experiencia docente antes de llegar a esta escuela, si jamás habían asesorado un trabajo de titulación.

Muchos desconocen el currículum del programa educativo en el que dan clase, desconocen a quién va dirigido el programa, simplemente leen los libros, o segmentos de libros y los recitan. A las pruebas me remito, nadamás mire usted la falta de claridad de la redacción, vea usted: en la despedida: reiteran sus consideraciones ¿qué rayos quiere decir esto? ¿Consideraciones para qué? Y si reiteran, ¿dónde está previamente la anterior consideración? Si se toma renglón por renglón, tratando de entender, se corre el riesgo de terminar con esa confusión de pensamiento que les caracteriza.

Yo me sumo a quienes denuncian. Puede que no estemos de acuerdo en todo, pero en lo fundamental, que es la búsqueda de mejora de calidad académica, estamos de acuerdo. Y hago un llamado a los y las firmantes. Y a quienes redactaron también. Si en algún momento han dado muestras de efectuar esa función mental que caracteriza a las personas humanas y que se conoce coloquialmente como pensamiento racional, les pido que lo hagan de nuevo y analicen las condiciones en que se encuentra la escuela, que empleen el juicio crítico y dejen de lado el encono personal.

Se entiende que todos y todas necesitamos el trabajo, pero si por expresar no estar de acuerdo con las condiciones decadentes de la escuela se sienten obligados a tener una obediencia absoluta, entonces estamos frente a un régimen dictatorial. ¿En pleno siglo XXI? ¿En la única escuela que tiene como lema “Educar para transformar”?

No es posible que los patos disparen a los cazadores, esto sólo sucede en las caricaturas, y a menos que ésta sea una caricatura, cómica y divertida, no entiendo que quieran responsabilizar del deterioro académico, del desorden y de desprestigio, al profesorado inconforme, que son quienes originalmente denuncian esas carencias en la escuela. Pero divertido, no es.

Con esta carta de apoyo, que sospecho que no fue precisamente redactada por el profesorado, los directivos pretenden, y lo están logrando: dividir al profesorado y radicalizar las posiciones ideológicas y políticas ofreciendo un panorama simplificado: los que son buenos están de acuerdo con la administración de la escuela, y los malos no están de acuerdo. Pretenden confundir al alumnado y salir airosos de los problemas. Nunca encararlos, nunca llamar al diálogo, ni acudir a éste cuando se ha solicitado, siempre aventar la piedra y esconder la mano. ¿Eso es decencia?

 

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