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11 octubre 2010
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LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Activismo político en la Red

Edilberto Cervantes Galván

Tan válido es decir que la economía es algo muy importante como para dejarla en manos de los economistas, como la frase de que la política es muy importante para dejarla en manos de los políticos.

A partir de la campaña político-electoral de Barack Obama, el uso de la Internet para propósitos políticos se ha intensificado en todo el mundo. Puesto que con la Internet, desde el hogar, una ama de casa o un estudiante pueden iniciar una campaña en contra o a favor de decisiones que afectan a la comunidad: la local, la nacional o la mundial, se plantea que es posible, ahora sí, ciudadanizar la política; no a través de representantes electos, o a través de tal o cual partido u organización no gubernamental, sino de manera directa: de ciudadano a ciudadano.

Los mensajes o convocatorias a través de la Internet ya han probado ser efectivos para concitar actitudes, convocar a acciones de apoyo o asistir a algún un evento. La información sobre hechos con trascendencia política circula ahora más rápido y libre a través de servicios como el Twitter, que a través de la mediación y los cernideros editoriales de los medios de comunicación tradicionales.

Se estima que con el avance de las TICs (tecnologías de la información y las telecomunicaciones) cualquier actor social tiene ahora una infraestructura de comunicación más potente que la que tenía el gobierno americano en los años de la guerra fría (60s y 70s del siglo pasado) cuando la propaganda era la principal arma ideológica. En ese entonces la propaganda se transmitía vía la radio: The Voice of America.   

Entre el 4 y el 5 de octubre se celebró en Barcelona un evento europeo en el que se presentaron las experiencias más diversas sobre cómo se puede utilizar la Internet  para “empoderar” al ciudadano. El Foro se denomina: “Democracia Personal”.

Redes sociales como el Facebook, los servicios tipo Twitter, o plataformas como Youtube, Move On, etcétera, son ahora los medios a través de los cuales fluye la información en forma más rápida y libre. Claro que cada quien las aprovecha como quiere, o como puede.

En el Foro Democracia Personal se analizaron experiencias como la de promover la paz mediante la puesta en contacto entre personas que radican en países o naciones en conflicto. Por ejemplo, comunicando a judíos y palestinos.

Se presentó el caso de Birgitta Jondsdottir, una joven de Islandia que, el año pasado, ante el derrumbe económico que sufrió su país, decidió participar en política y lo hizo utilizando al máximo la promoción vía Internet. Creó su propio partido político: El Movimiento, y en sólo ocho semanas consiguió el 7 por ciento de la votación total; ahora es miembro del Parlamento de su país. El ideal de Birgitta es lograr que Islandia se convierta en el paraíso de la libertad de expresión.

Un militante del Partido Socialista Francés, de propia iniciativa, creó una red social, “La Coopol”. Con el apoyo de la red social ha “mapeado” Francia en circunscripciones de cien habitantes, para conocer a esa escala lo que opinan los ciudadanos de cada circunscripción.

Aquí en México la experiencia es la de que la Internet la aprovechan los partidos y los políticos para ir en busca del ciudadano y hacerles llegar sus mensajes; en lugar de hacerlo en la plaza pública, en los mítines tradicionales (ya nada más El Peje). A falta de convocatoria y ahora por razones de seguridad, los políticos mexicanos prefieren las “campañas de medios”, justamente denominadas “estrategias de aire”.     

El uso ciudadano de la Internet  se expresa en las ediciones electrónicas de los periódicos mexicanos a través de las cartas del lector al editor y, cada vez más, enviando comentarios sobre opiniones editoriales y sobre noticias de eventos locales. Llenas de improperios, faltas de ortografía y con palabras soeces, las opiniones ciudadanas reflejan el peor lado de la cultura política mexicana; bien, tal vez no el peor, simplemente la falta de cultura.

Lo que se está viviendo e impulsando en otras latitudes es la comunicación entre los ciudadanos, de manera directa. Estos vínculos o redes ciudadanas tienen su propia agenda; están intentando jalar el poder hacia los ciudadanos para atender los asuntos y temas que les interesan.   

Alec Ross, uno de los asesores de Hilary Clinton, especialista en redes sociales, considera que con este activismo ciudadano en la red se empieza a escribir el primer párrafo, del capítulo primero, de una nueva forma de hacer política.

 

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