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13 octubre 2010
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ANÁLISIS A FONDO
Hambre canija
Francisco Gómez Maza

Mil millones de personas desnutridas en el mundo
El desafío: la crisis de la subnutrición infantil

mEl hambre es canija y más el que la aguanta. Muchos, millones, tienen que buscar, con los perros, el “pan nuestro de cada día” hurgando en los basureros de las ciudades perdidas, de la favelas, de los depósitos de desechos de las grandes y pequeñas ciudades y lo peor de todo, lo más dramático, lo más indignante, es que entre esas legiones de hambrientos hay multitudes de niños.

Índice Global del Hambre 2010, recientemente dado a conocer, revela que la seguridad alimentaria global se encuentra bajo presión. A pesar de que los líderes mundiales adoptaron, con el primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la tarea de reducir a la mitad la proporción de personas que sufren hambre en el mundo entre 1990 y 2015, no estamos nada cerca de cumplir con dicha meta. El porcentaje de personas subnutridas cayó de un 20 por ciento en 1990–1992 a un 16 por ciento en 2004–2006.  No obstante en años recientes el número de personas que padecen hambre ha ido en aumento. En 2009, el número de personas subnutridas superó los mil millones, a consecuencia de la crisis de los precios de los alimentos y en medio de la recesión mundial.

Los autores del índice del Programa de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, sugieren que el número habría caído a 925 millones en 2010. Dentro de este sector de la población hay un grupo especialmente vulnerable: las niñas y niños pequeños. La subnutrición sufrida durante los dos primeros años de vida puede poner en riesgo la propia vida del niño y la niña, así como comprometer su desarrollo físico, motor y cognitivo. Para aquellos que sobreviven, la subnutrición en los dos primeros años suele acarrear daños irreversibles a largo plazo. Resulta por lo tanto de particular importancia emprender una acción conjunta para combatir el hambre, especialmente entre los infantes.

Esta es la temática central en que hace énfasis el Índice Global del Hambre 2010, publicado de forma conjunta por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), Concern Worldwide, y Welthungerhilfe. El 2010 es el quinto año en que el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias ha estimado el Índice Global del Hambre (IGH) y analizado este indicador multidimensional del hambre mundial. Esta serie de informes registra la situación del hambre a nivel global y también país por país, centrando la atención de los países y regiones en aquellos aspectos donde la acción es más urgente. De esta forma, estos informes brindan apoyo a los esfuerzos de promoción, diseño y gestión de políticas a nivel nacional e internacional.

Este informe brinda una imagen no del presente sino del pasado. La estimación del IGH tiene limitaciones a causa de la captura de datos por parte de los gobiernos y agencias internacionales, y con datos de último minuto sobre el hambre mundial simplemente no se cuenta. El IGH 2010 incorpora los datos más recientes a nuestra disposición, y no refleja el impacto de los eventos económicos más recientes. Esta información, no obstante, sí permite identificar aquellos países y regiones en donde el hambre es más severa y persistente.

 Los niveles de hambre van de alarmantes a extremos en veintinueve países, y entre las regiones del planeta, Asia Meridional y el África Subsahariana continúan padeciendo los mayores niveles de hambre. Es clave recordar que estos resultados representan el sufrimiento extremo de millones de personas.

El IGH 2010 subraya también un componente fundamental del hambre: la subnutrición en la primera infancia. El capítulo 3 explica cómo una pobre nutrición entre los menores de dos años puede tener consecuencias para toda la vida en cuanto a la salud, la productividad y el desempeño económico. Se discute además cuán urgente es atender la subnutrición en la primera infancia para poder lograr mejoras en la reducción del hambre global.

Los autores de IGH esperamos que este informe no solo genere discusión, sino que además mueva a la acción en todo el mundo con el fin de hacer frente al hambre, especialmente entre los y las niñas pequeñas. El informe recomienda trabajar en atajar la desnutrición materno infantil como primer paso contra el hambre en el mundo.

Más de mil millones de personas sufren de desnutrición en el mundo, según las cifras del informe del Índice Global del Hambre 2010. En América, la situación es "seria" en Bolivia, Guatemala y Haití. Respecto del continente americano, lo peor está en Bolivia, Guatemala y Haití, donde según el informe la situación es "seria". El documento califica de "moderada" el hambre en el resto de los países centroamericanos, salvo Costa Rica. También es "moderada" la situación en Sudamérica, con excepción de Brasil, Uruguay, Argentina y Chile, donde el informe habla de niveles bajos de desnutrición.

 El Índice de Salud Global (IGH, por sus siglas en inglés) muestra que el hambre crece en nueve países, todos naciones del África sub sahariana salvo Corea del Norte. El país con peor comportamiento es la República Democrática del Congo, donde el IGH creció por encima del 65%. En Burundi y Madagascar, por ejemplo, la mitad de los niños tienen problemas en su desarrollo físico ya que carecen de una dieta adecuada. Para la investigadora Marie Ruel, una de las autoras del informe, "la ventana de oportunidad para evitar que sigan creciendo los niveles de desnutrición están en los dos años". Después de los dos años de edad, los efectos negativos en la desnutrición son en gran parte irreversibles, afirma Ruel. Además, según el documento, es posible reducir la desnutrición infantil a un tercio de la actual con tan solo mejorar los cuidados de salud y la dieta, no sólo de los niños sino también de las madres durante el embarazo y la lactancia.

Un prolongado conflicto iniciado a fines de los años 90 llevó al colapso económico, al desplazamiento masivo de personas, y a un estado crónico de inseguridad alimentaria en la RDC, señala el informe. El índice ubica a los países en una escala de 100 puntos, siendo cero el mejor puntaje -sin hambre- y 100 el peor, aunque ninguno de estos dos extremos se alcanzó en la práctica.

Un puntaje mayor de 20 revela niveles "alarmantes" de hambre en un país, y más de 30 "extremadamente alarmante". Los líderes del mundo están lejos de lograr la meta establecida en 1990 de disminuir a la mitad para el 2015 la cantidad de personas que sufren hambre.

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