TRANSICIONES
¿Votar o no votar?
Víctor Alejandro Espinoza

Tijuana.- Un tema recurrente en la discusión pública sobre procesos electorales es el de la abstención. Baja California es un caso paradigmático, sobre todo por el crecimiento que el fenómeno ha registrado durante los últimos años. En los comicios federales de 2009 y en los locales de 2010, la entidad se distinguió por alcanzar el último lugar nacional en participación ─en el caso federal─ y el registro más alto de abstencionismo en la historia política local para unos comicios estatales. A un mes exactamente de que arranque formalmente el proceso electoral federal, la expectativa se centra en conocer cuál será la respuesta ciudadana a los insistentes llamados de las autoridades electorales y de la clase política para acudir a las urnas en el verano de 2012.

Hay muy poca investigación acerca de las causas del fenómeno del abstencionismo. Los escasos estudios que se han hecho tienen una representatividad nacional y casi ninguno para las entidades o municipios (destaca el caso de Chihuahua). Por eso resulta relevante el trabajo que la estudiante de doctorado del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) de Guadalajara ( y técnica académica de EL COLEF), Ana Claudia Coutigno, desarrolla tomando como caso de estudio la ciudad de Tijuana. Resulta que ninguna entidad registra tal nivel de apatía electoral como la bajacaliforniana. Años después de haber sido señalada como el ejemplo de la democracia procedimental, en virtud de haber registrado la primera alternancia en el Poder Ejecutivo estatal, Baja California ha visto crecer con preocupación el fenómeno abstencionista. Simplemente los ciudadanos dejaron de acudir a las urnas.

Los datos son elocuentes: en 1994 la elección presidencial que tuvo lugar en un contexto sumamente complicado y que registró el asesinato del candidato del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, en una colonia de la ciudad de Tijuana, registró la más baja abstención de los últimos tiempos: 22.81%. Sin embargo, seis años después se incrementó substancialmente hasta un 43.45% y en 2006 alcanzó el 53.03%.

Ahora bien, cuando han tenido lugar elecciones intermedias, los porcentajes de abstención se han incrementado: en 1997 se registró un 52.5%; en 2003, 68.7% y en 2009, lo que es hasta hoy el record para cualquier tipo de comicios: 69.43%, y que significó el primer lugar nacional de ausentismo en una elección federal. En el ámbito de los comicios locales los datos también son negativos: en la intermedia de 2004 se registró un 65.8%; en la elección de gobernador de 2007 se tuvo un 57.4%, sin embargo, en la intermedia de 2010, se llegó al máximo histórico: 66.10%.

Las explicaciones más socorridas que sostenían que el fenómeno abstencionista se debía a la alta migración no tienen sustento o ayudan a entender sólo una parte del fenómeno. En cambio, han servido a políticos que alcanzan el triunfo con una mínima cantidad de votos para justificar la falta de legitimidad con la que llegaron a sus cargos. Estamos ante un problema multicausal donde el hecho distintivo es que las mujeres empiezan a votar más que los hombres, pero los más abstencionistas son los jóvenes. También al parecer una franja importante de la población ha decidido dejar de participar por las vías tradicionales ─electorales─ y ha optado por hacerlo a través de las organizaciones sociales. Sobre todo ante el descrédito de la clase política.

El mundo de las redes sociales crece y se divide en múltiples y variadas. Lo preocupante es que se ha encontrado una correlación entre pobreza y marginación y ausencia en las urnas. Es decir, que la falta de oportunidades laborales y económicas también repercute en el plano político.

Estoy seguro que una vez que finalice la investigación referida tendremos más elementos para brindar una explicación más objetiva de las causas por las cuales los bajacalifornianos han decidido dejar de acudir al llamado de las urnas; porque votar sigue siendo un elemento consustancial de la democracia moderna.

Investigador de El Colegio de la Frontera Norte.
victorae@colef.mx

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