HABÍA UNA VEZ
¡Por favor, ya no le escarben!
Everardo Hernández Medrano

Matamoros, Tamaulipas.- Como ya es costumbre, sin conectar el cerebro con la lengua, aquel presidente chaparro, peloncito de lentes, acusó furibundo a los jueces de corruptos por liberar al ex director operativo de la Comisión Federal de Electricidad, Néstor Félix Moreno Díaz, a mitad de la madrugada, luego de que elementos de la PGR lo habían detenido horas antes cuando intentaba abandonar el país.

Minutos después le llegó la contundente respuesta de los indignados jueces y magistrados que se sintieron ultrajados y mancillados en su pureza, honradez e imparcialidad, como si una manda de negros lujuriosos los hubiera violado.

El regaño al Comandante Supremo
─ Cuestionar el trabajo de los jueces sin fundamentos, por consigna y más aún sin pruebas, atenta contra la estabilidad nacional, señaló el Consejo de la Judicatura Federal a unas horas de que el presidente Felipe Calderón cuestionara la liberación del ex director operativo de la Comisión Federal de Electricidad, Néstor Félix Moreno Díaz.

En voz del consejero Juan Carlos Cruz Razo, el Poder Judicial federal rechazó enérgicamente que se hagan señalamientos contra los impartidores de justicia, sin que se acompañe de las pruebas que los acrediten debidamente, porque de lo contrario es una vil calumnia y una cochinada.

Explicó que la liberación de Félix Morena, la cual concedió la juez cuarto de distrito en materia de procesos penales federales, Taissia Cruz Parcero, obedeció a que el ex directivo de la paraestatal contaba con una suspensión provisional que impedía su aprehensión, además de que el delito no está tipificado como grave, porque sólo está acusado de robarse miserables 33 millones de pesos, cuando el ex gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, desapareció 12 mil millones de pesos.

“La juez advirtió y tuvo que tomar en cuenta que el delito de enriquecimiento ilícito por el que mandó a aprehenderlo (a Félix Moreno) no está considerado como grave por la ley y por ello no podía privarlo de su libertad en tanto estuviese vigente la suspensión o el juez de amparo así lo determinara. Ignorar las suspensiones de los jueces federales, constituyen conductas delictivas”, señaló el consejero.

Dos horas más tarde, el presidente de todos los jueces y magistrados se reunió con el Comandante Supremo y muy sentido le reclamó:

─ ¿Acaso se le olvidó, honorable Comandante Supremo, que cuando nos mandó a su secretario de Gobernación para suplicarnos que exoneráramos al bandido de Juan Molinar Horcasitas y cómplices por la muerte de 60 niños de la Guardería ABC del IMSS de Hermosillo, no le cumplimos?

El Jefe de Todas las Instituciones se atragantó, tosió nervioso y abrió su enorme boca cuando a su dañada memoria llegó el recuerdo de esa tragedia y la orden que dio a su secretario de Gobernación para que evitara a toda costa que fueran a condenar a tan siniestro personaje y a los familiares de su esposa involucrados en la concesión de la trágica guardería.
─ Bueno, pero eso fue antes ─alcanzó a decir el Comandante Supremo─, ahora es ahora y no está bien que apenas la PGR los detiene y ustedes los sueltan con algún argumento legaloide, pero sí tienen razón, ustedes sí han sido mis cómplices en el pasado.

El Casinogate
Ahora resulta que los nada honorables empresarios de casinos, José y Arturo Rojas Cardona, habrían entregado cinco millones de dólares a los entonces candidatos a alcaldes de Monterrey y San Nicolás por el PAN, Adalberto Madero Quiroga y Zeferino Salgado Almaguer, según un cable del Consulado de Estados Unidos en Monterrey que reveló Wikileaks publicado en la edición de La Jornada.

─ ¡Santos cielos! ─exclamó asombrado el presidente Madero-. Yo pensé que los americanos eran amigos de nosotros los nobles empresarios panistas.

Los vínculos entre dueños de casinos y la clase política de Nuevo León no pasaron desapercibidos para el gobierno de Estados Unidos. El ex cónsul estadounidense en Monterrey, Bruce Williamson, envió a la Casa Blanca un cable que lleva por título “Nexos de casinos con candidatos panista”, en el que salen a relucir los nombres de dos albiazules que encabezaron polémicas administraciones.

En ese documento, fechado el 2 de julio del 2009, Williamson señala que de acuerdo a una fuente, los dueños de casinos, José y Arturo Rojas, entregaron en 2006, año de elecciones en Nuevo León, un total de cinco millones de dólares a quien sería alcalde de Monterrey, Adalberto Madero, y también a Zeferino Salgado, quien ganó en ese mismo año la elección en San Nicolás y actualmente se desempeña como delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Nuevo León.

El Consulado implica también a los hermanos Rojas de tener vínculos con el cártel de los Beltrán Leyva y a la vez con políticos panistas, en el mismo cuarto punto de los cinco que consta el documento donde se insinúa que parte de ese dinero podría haber sido usado en la campaña del Comandante Supremo. ¡Oh, my God!

Asimismo, en el documento, el gobierno de los Estados Unidos no pasó por alto que Salgado Almaguer había recibido por parte de los hermanos Rojas un helicóptero para realizar labores de vigilancia, lo que a la postre resultó ser un escándalo durante su administración, porque en un principio rehúso identificar al donador.

En el quinto párrafo y último del cable, el cónsul realiza un comentario en el que hace énfasis en lo difícil que resulta para las fuerzas policiacas hacer frente a la delincuencia, mientras existan políticos panistas tan corruptos.
“Los traficantes, los operadores de casino, y políticos corruptos forman un triángulo de auto-protección, lo que hace que sea difícil para policías honestos enfrentar al crimen organizado. Una manera para que el gobierno mexicano contraataque a los cárteles sería revisar su política sobre las licencias de casino”.

A partir de esa publicación, hay 110 millones de almas muy atribuladas, rezando en silencio, suplicando, orando para que Dios le dé serenidad al Comandante Supremo y guarde silencio en torno a esos cables del Consulado Americano, porque es muy capaz de salir a decir que son mentiras o que es una verdad a medias.

Pero el comandante supremo sólo alcanzó a gritar suplicante: por dios, que ya no le escarben al casinogate, porque me van a salpicar como siempre.

ehernandezm03@hotmail.com

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