Monterrey, ¿fundación sefardita?
Carlos Leal Velazco
Monterrey.- En el Marco Jurídico del Nuevo Reino de León, concretamente la ciudad de Monterrey, quedó establecida la Jurisdicción civil y criminal la cual consta en los libros Catálogo y Síntesis de los Protocolos del Archivo Municipal en donde se constata que existían procesos civiles desde 1599,(1) incluso mucho antes de que los miembros del cabildo de la ciudad tuviesen facultad y entera jurisdicción civil y criminal, mero mixto imperio, el cabildo tenía la facultad para nombrar, ejercer y determinar castigos, así como procedimientos de justicia en todas las Provincias Internas de Oriente.(2)
Como sabemos, una de las primeras reparticiones dentro del vasto perímetro jurisdiccional de las 15 leguas por lado que le correspondían a la ciudad fueron las concedidas a Manuel Mederos, por Luis de Carvajal y de la Cueva sobre las tierras de labor cría de ganado que incluía ahora, aproximadamente desde una de las puntas del Cerro de la Silla hasta los ojos de agua del Mirador.
Luego vinieron las reparticiones a los que tenían privilegios por ser primeros colonos pobladores o por derechos nobiliarios, también se les otorgó mercedes de tierras y derechos de agua a soldados y comerciantes. Al paso del tiempo, se fueron haciendo villas, poblados, estancias, presidios y misiones, Las más sólidas se convirtieron en estructuras económicamente independientes llamadas haciendas. Estas tipos de estructuras o unidades autosuficientes constituyeron primero una avanzada en la conquista hacía el norte después fueron el soporte económico de la Nueva España.
Aunque las leyes de la ilustración habían acabado con los presidios u congregas de indios, aquí seguía operando el sistema esclavista disfrazado por lo que muchos criollos ejercieron un dominio, temor y formaron el inicio de los grandes capitales. Las hubo esclavistas, trapicheras, de obraje, agrícolas, ganaderas y mixtas. En Nuevo León se tiene registradas hasta el siglo XVIII más de 550 haciendas.
Se menciona lo anterior porque la cabecera de hacienda era el centro urbano y como estaba al margen del camino real, pasaba por la casa consistorial y la iglesia se convertía frecuentemente en cabecera municipal, las cuales van a darle progresivamente la forma o proporción urbana del Viejo Monterrey. También estas estructuras, esqueleto de la economía fue una copia del sistema medieval que trajeron los españoles y que les había funcionado. Pero, la idea de hacer réplicas, de muchas Españas de donde eran originarios no les funcionó del todo como los aquellos feudos porque las características geográficas, de recursos, de pobladores serían distintas.(3)
Estos hacendados formaron la primera aristocracia rural, fueron parte del esquema de penetración junto con la evangelización y se sostenían de rentas obligadas a peones “libres” y acasillados que explotaban por sus propias tierras. El poder político, económico y militar de esta clase social se fundaba en la posesión y usufructo de vastas superficies de tierra, el amo, era dueño de cuerpo, trabajo y alma de los indios. Casi todas las haciendas tradicionales de México eran unidades económicas replegadas en sí mismas que vivían en una anarquía o propio gobierno e intercambiaban productos con semejantes. Todo bajo la figura del cacique dominante. Este esquema retardó la incorporación de la Nueva España al un mercado mundial.(4)
¿Criptojudíos en la fundación?
En una observación simple que hemos venido realizado, junto con la distribución de los apellidos por el Valle de las Salinas, veremos que resulta interesante la distribución actual de las cabeceras de la Mancha Urbana de Monterrey.
Para los urbanistas y profanos es quizá una conformación fortuita, para otros intencionada de esos asentamientos primigenios, fundamental para la cultura pos fundación y es que el comportamiento de sus habitantes al paso de más de 500 años nos es difícil entender y menos interpretar debido a que provienen de un grupo, una etnia específica de costumbre sefarditas, más aún, son asentamientos de un conflicto entre sefarditas marranos recién conversos y los criptojudíos, quienes ostentaban orgullosamente poseer el conocimiento de la Ley de Moisés.
Por primera vez (que sepamos) se presenta un gráfico de esta distribución espacial de poblamiento, villas, estancias y haciendas para que el lector saque sus propias conclusiones, aunque a la investigación aún le falta por enlazar otros aspectos antropológicos. La experiencia nos permite deducir que los asentamientos que dieron vida a la MUM, representan la Estrella de David, quizá porque fueron de origen judío.
Connotados urbanistas dicen que los simbolismos en las fundaciones era parte del contenido. Gastón Bardet, en sus estudios medievales de las ciudades dice: existe necesariamente un divorcio progresivo del hombre en la medida que crece la ciudad, sin embargo,-advierte, que la humanización no podría haberse concebido de no existir la urbe de por medio.
A pesar de que las fundaciones españolas se encuentran entre las más duraderas y consolidadas, en todo el mundo, las de origen español-sefardita, guardan especial distinción y características invocadoras en el subconsciente colectivo. Desde una entropía antropocéntrica son focos de energía socio-histórica, que vincula el pasado filosófico con presente tecnológico.
Aún hay muchos mensajes por interpretar, como conservación de alimentos, practicidad en los negocios, afrontar los problemas, cultura del trabajo, capacidad de ahorro, tipo de comida, industria, empresas familiares, tecnología, comercio y hasta la violencia, discriminación, impunidad, y aspectos o rasgos tanto positivos como negativos posiblemente nos vienen de estos pobladores.
Es una especie de concentración de energía vital almacenada en el apellido, en el tipo de sangre, los matrimonios hijos que no han sido comparados con entidades urbanas semejantes.
Y los fundadores, hoy en nichos intocables, en realidad fueron hombres de carne y hueso perseguidos por la ley, con debilidades e incluso haber cometido crímenes, actos de corrupción y tráfico de influencias, todo para conformar la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey.(5)
La fundación sefardita-español viene desde el grupo que trajo don Luis de Carvajal proveniente de Portugal. Un estigma en ese tiempo era que casi todos los judíos de la Europa Medieval, concretamente de la Península Ibérica, se localizaban en la Raya de Portugal. La tierra de los sefarades guardan estrecha historia de su desplazamiento desde Israel en la época del Rey Salomón en año 930 a. C., el cual coincide con la conquista de los romanos a la península de Hispania, tierra de los conejos entre los siglos I y II, d. C.
Recordemos que los judíos que se habían asentado momentáneamente en Egipto pasaron a fundar ciudades por el Mediterráneo (las 12 tribus de Cannan) por el hecho histórico-leyenda conocido como la Diáspora.
Los criptojudíos ya vivían en la Hispania, la conocían como la tierra de Sefaraad, de ahí el gentilicio de sefaraditas o sefarditas dado a los judíos que se establecieron y convivieron con musulmanes y cristianos por varios siglos. Siempre en medio de presiones y agresiones, dada la estrecha relación territorial, generó incipientes ciudades que mostraba un mosaico de culturas diferentes.(6)
Al permitirles, por distintos componentes histórico-genéticos, venir a las colonias americanas a territorio dominados por españoles, en el caso del Nuevo Reino de León, se hicieron presentes las tradiciones y costumbres del grupo criptojudío. Ciertamente, diferentes a los sefarditas y éstos de los judíos americanizados y a la vez muy distante de los españoles católicos y estos aún más de los ritos paganos indígenas.
De tal manera que la fundación judío-española-indígena es un hecho complicado, polarizado por el Velo de la Ignorancia Religiosa. Pero, no podemos negar que la colonización es un hecho político-económico y al final cultural, porque es cierto, tras los judíos llegaron el idioma, la iglesia, la Inquisición, el pecado, el purgatorio, el cielo, la tortura, la guerra; y en todo este fenómeno su principal benefactor o agiotista era el judío.
Unos dicen que fundar la Ciudad Metropolitana de Monterrey fue un acto casi de locura o delirio, otros lo tachan como un acto de supervivencia de una comunidad criptojudía, que aprovechó la expectativa económica que le ofrecía el español, poniendo a prueba sus habilidades especulativas, lucrativas y de usura; se hicieron indispensables, fueron contrapeso entre la corona y la enorme población no cristiana.
Ciudades como Tenochtitlán, Veracruz, Guadalajara, Puebla y Monterrey, asentadas con la cultura española realizaron un plan sin proponérselo, un pacto de actividades económicas, administrativas y religiosas que se complementarían interdependientes un grupo de otro, vigilados y aprobados por la Inquisición.(7)
Monterrey, capital del Nuevo Reino de León, debido al caso, por ser fundación de origen sefardita con encomiendas y esclavitud hechas por Luis de Carvajal, prohibidas por la Leyes Nuevas, juntó a una familia que clandestinamente practicaba los ritos de la Ley de Moisés.
Ni Alberto del Canto, ni Carvajal y Diego de Montemayor, se libran de la justicia no sólo terrenal, sino divina; y así como son los primeros fundadores también pasan a ser los primeros delincuentes, pues desde varios enfoques fueron perseguidos por la culpabilidad.
La influencia cultural judía está presente, por ejemplo, en el sistema patriarcal, donde el hombre más viejo toma las decisiones en todos los órdenes respecto a su familia, costumbre de origen hebreo que se mantiene en Los Altos de Jalisco. Por lo que toca a la consanguinidad, la Península Ibérica contó con presencia judía por más de 2 mil 500 años, desde tiempos del rey Salomón, "es decir, mil años a. C., cuando son expulsados a finales del siglo XV", sangre que junto con la hispana y, en menor proporción, la de los moros, pasó también a la Nueva España.
La persecución a los hebreos en el Viejo Continente, materializada con la quema de la judería de Sevilla, en 1391, generó el fenómeno de los "conversos", judíos que se asimilaron al catolicismo, algunos en la realidad y otros sólo como mera formalidad, ejerciendo de forma privada su religión, para evitar la muerte violenta. Un siglo después comenzaría un flujo migratorio de judíos a América, en los viajes de Colón. "Se asegura que ya para el año de 1550, más del 25 por ciento de la población de la Nueva España era de origen converso", dijo Hernández Gómez. "Vemos presencia judía en muchas ciudades del país: Veracruz, Monterrey, Guadalajara, Mérida y en los centros mineros".
"Hay tres núcleos grandes de judíos conversos en el país, que son en Nuevo León, algunas regiones de los Altos de Jalisco y Nuevo México. Recordemos que toda la época colonial, Nuevo México es parte de nuestro territorio". (Hernández, 2000)
La fundación de Monterrey, atribuida a Diego de Montemayor, correspondió en realidad al judío Luis de Carvajal y de la Cueva, que fue llevado a la ciudad de México, acusado por la Inquisición de faltar a la fe católica, y falleció tras las rejas; además, el hostigamiento continuó y en 1596, en Santiago Tlatelolco, fueron quemados en la hoguera 46 integrantes de la comunidad judía novohispana, entre ellos el Mozo, a garrote vil en la plaza principal.
En Los Altos de Jalisco, Atotonilco y Teocaltiche tuvieron los primeros asentamientos de judíos conversos. En Tepatitlán, para los observadores, la cúpula de la parroquia de San Francisco está rodeada de estrellas de David, símbolo del pueblo judío.
El gobernador, todos los miembros inmediatos de su familia y otros personajes fueron llamados a comparecer ante la Inquisición en la Ciudad de México. Fueron arrestados y encarcelados mientras que "rehabilitaron" a los miembros de su familia. Uno de éstos era Ana Carvajal, sobrina del gobernador. Ella y otros fueron arrestados otra vez y condenados a quemarse en la estaca por recaer. Los sobrinos del Gobernador cambiaron su nombre a Lumbroso. Uno de éstos era José Lumbroso, también conocido como Luis de Carvajal el Mozo, que se dice se circuncidó en el desierto para ajustarse a la ley judía. Otros dos sobrinos también cambiaron sus nombres a Lumbroso y se hicieron rabinos famosos en Italia.
Durante el tiempo en el cual el gobernador Carvajal estaba en el cargo, la ciudad de Monterrey se convirtió en el blanco de la migración de otros criptojudíos que sentían la presión de la Inquisición mexicana en el sur. Así, la historia de Nuevo León y la fundación de Monterrey se distingue de otras comunidades mexicanas por albergar abiertamente una comunidad criptojudía.
Así mismo, las ciudades del norte, fueron fundadas por familias de origen judío, tales como los Garza, de la Garza, García, Cano, Falcón, etcétera, provenientes todas ellas del estado de Nuevo León. Otras comunidades judías existieron en México hasta la inmigración de las comunidades de ashkenazíes, a finales de 1800.
Estas familias tienen costumbres ortodoxas, llevan a cabo rituales tradicionales, cuentas sus propias historias, mitos, leyendas, al parecer de origen judío historias de recuerdos desde su origen transmitidos de forma oral. En esta población, mediante el análisis genético del cromosoma “Y” se ha mostrado un origen de los fundadores predominante de la España meridional, pero también sugiere que una fracción vino del norte de Iberia y algunos tenían posiblemente ya una mezcla con los sefarditas.
Otros destinos relativamente seguros en América para el establecimiento de judíos conversos durante el periodo colonial fue Santa Cruz de la Sierra, en la actual Bolivia. En 1577 varios criptojudíos se asentaron en Parguay y Buenos Aires, acompañaron a Nuño de Chávez y estuvieron entre los pioneros que fundaron la ciudad. Durante el siglo XVI, algunos marranos se asentaron en las ciudades del Potosí, la Paz, y la Plata, pronto obtuvieron éxito económico en la minería y el comercio y sufrieron la persecución de las autoridades locales y la Inquisición, quienes los acusaban de judaizantes.
La movilidad y la poca contención fue considerada una invasión de bandeirantes portugueses que se mezclaron con los indígenas guaraníes. Fundaron también otras ciudades en Vallegrande Postrevalle, Portachuelo, Pucara, Cotoca.
El fenómeno sociológico es tan interesante que muchos de los católicos más fervientes tienen origen judío. Aquí en Monterrey, como en muchas ciudades fundadas por judíos, son los más “creyentes”, tradicionales y fundadoras de agrupaciones muy sólidas incluso ligadas a los mandatos del Vaticano. Algunos rasgos de esta presencia judía en estas familias aún se mantienen vivos y han influenciado la cultura local.
Hasta las primeras décadas del siglo XX, varias familias guardaban candelabros de siete ramas y servían platos preparados de manera que recuerda a la cocina kosher; algunas acostumbran encender velas los viernes al anochecer, no comen carne de puerco, pan con levadura, lloran sentados en el suelo la muerte de un pariente.
Aunque no quieran reconocer su origen las conductas culturales están ahí, presentes, y el fenotipo y genotipo no se pueden negar.
Notas
1).- Archivo Municipal de Monterrey. Vol 1. Ramo Civil. Contrario a lo que opinan algunos historiadores, dice- Cavazos Garza; Al quedar preso Carvajal, (1587) la capitulación quedó sin efecto, Montemayor procedió a fundar “guiado por una honrada ambición” (1596) y tres años más tarde el Virrey le concedió, el nombramiento de gobernador
2).- EL problema más grave en la impartición de Justicia fue la carencia de letrados. Casi ninguno de los habitantes españoles sabía leer, no tenían conocimiento de las cuatro operaciones básicas (leer, escribir, sumar, restar) por lo que de acuerdo a la Ordenanza 47 se nombraba al primer cabildo y regimiento de la ciudad y un menor número de concejales a los que correspondían por no haber gente suficiente.
3).- Las Haciendas, ranchos y congregaciones se ligan al fundus ejidal, que proviene de la estructura agrícola romana. En esencia significa hacer, propiedad de un bien, lugar donde se produce de ahí toma forma jurídica como un bien protegido por el Estado el cual posee su propia Hacienda que recauda, castiga e impone por producto y tenencia de la tierra un impuesto. En Nuevo León al principio se denominaba como haciendas de pan coger (siembra) de pan llevar (ganadera), después abrieron haciendas de diversa producción. Por lo general los peones acasillados fincaban sus jacales al alrededor de la casa principal o casco de la hacienda por donde pasaba el camino real o calle principal. De esta manera, los siete municipios que dieron vida a la MUM nacen de una hacienda, salvo el caso de Monterrey. Para mayor abundancia de este tipo de estructuras económicas. Chevalier, Francois (1975) La formación de los latifundios en México.FCE. México.
4).- Gutelman, Michel (1978) Capitalismo y Reforma Agraria en México. ERA. México. p. 38-42
5).- Cerdá, Ildefonso. (1867) Teoría General de la Urbanización. Imp. Española. Madrid. En sus Prolegómenos señala que las ciudades son campos de batalla de las civilizaciones consagrar lo material por sobre lo espiritual en un solo concepto espacial se debe a las fuerzas que resuelven sin acuerdos previos qué entidades dominan y porqué. En el esfuerzo la energía se vuelca a la ciudad y pocos saben interpretarla solo se hace o no compatible el ciudadano con las expresiones dominantes de poder. Es un movimiento de expresión que comunica aquí estamos, esto es lo que somos y somos individuos activos que estamos dispuestos a arrojarnos ante el enemigo.
6).- Los también llamados marranos, chuletas, fueron aquellos judíos que pactaron públicamente con los católicos debido a las presiones pero que se adhirieron al judaísmo en lo privado. Entre 1290 y 1490, este grupo creció demasiado en número y mercado. Los conversos eran un engaño que se enfrentó a los estatutos de Pedro Sarmiento y los estatutos de limpieza de sangre, vigilada por la Santa Inquisición. Aún así el problema continuó y en 1492 surge el Decreto de Granada (Alhambra) que resuelve la expulsión de los judíos de España. Los que entregaron sus bienes pasaron a ser cristianos nuevos, concentrados en la frontera con Portugal, nuevamente las prácticas judaizantes con todos sus rituales fueron condenadas y castigadas en todas las colonias. Más cuando los marranos o conversos se encontraban en comunidades sefardíes fuera de España se producía un choque cultural tremendo porque ambos se reprochaban de su conversión y argumentaban poseer la verdad de Moisés.
7).- Era tan grande el número de judíos en la Nueva España en las ciudades mexicanas que los funcionarios españoles confeccionaron una queja porque la sociedad en México se estaba haciendo predominantemente judía. En respuesta se clausuran sinagogas, se dispone la “Ley de Pureza de Sangre” que prohibía la migración de Nuevos Cristianos a no ser que comprobaran que lo eran desde tres generaciones atrás. La actividad del Santo Oficio se convirtió en un enorme negocio también fue desplegada de la manera tradicional para asegurar la ortodoxia de la población indígena nativa ya "convertida". Los primeros quemados en la hoguera o "auto de Fe" por la Inquisición Mexicana fueron en gran parte los indígenas convertidos condenados por herejía o los criptojudíos condenados por la recaída en su fe ancestral o prácticas poco ortodoxas relativas a costumbres judías. Véase: Hernández Gómez, Manuel (2000) La presencia Judía en el México Colonial. Colbaj. México.