La corbata y el horario de verano
Ricardo García Martínez
onterrey.- La corbata es, de acuerdo al diccionario Larousse, una tira de tela que se anuda al cuello para adorno; es decir, que no tiene una utilidad práctica. El propósito es meramente estético, desata emociones por su diseño y colores. Admitamos que hay corbatas de lazo, tira o moño, de gran belleza no utilitaria ni práctica.
Luca es un monigote de alto costo que empobreció al estado de Nuevo León, gracias a la anuencia de un gobierno que no usó el conocimiento ni la cultura para beneficio práctico de sus habitantes.
El horario de verano, que en México se nos ha impuesto, no es ni bello, ni utilitario, ni práctico. Se impuso por razones políticas y de un empeño por aparecer en el ámbito internacional como un país de vanguardia, pero inscritos a nivel mundial con el récord de ser el país que tiene más ciudades contaminadas entre las 20 primeras, con el segundo lugar en corrupción, y con el sexto en piratería, pero sin un enclave digno en la creatividad mundial.
Foros, concursos de belleza, falsos orgullos en el deporte, monigotes onerosos y un horario de verano impráctico, no son factores determinantes para la mejoría colectiva de la calidad de vida y sustentabilidad de los mexicanos.
¿De qué viven los mexicanos? De las migajas de los recursos naturales usados con indolencia por desgraciadas casualidades políticas como Fox y su esposa. De personajes en el poder en espera paciente de depredar el ultimo bastión importante, como es el petróleo, valiéndose de seres inocuos a sus propósitos, como los Reyes Heroles, que toman el papel de intelectuales de segunda, en un régimen de una dictadura disfrazada, que bien usa la palabra democracia para beneficio de su grupo.
Volvamos a la cortina de humo nacional del mal llamado horario de verano. De acuerdo a burócratas buenos para nada, beneficiados con un sueldo por trabajar en ese inútil programa del horario de varano, nos da un ahorro de mil cien millones de pesos, alrededor de cien millones de dólares, o sea, un dólar aproximado por mexicano. Contrariamente, los perjuicios que recibe la ciudadanía son variopintos:
1.- El ahorro de energía de cerca de un millón de kilowats por año en horas pico lo erogamos nosotros los ciudadanos, al encender en las oscuras mañanas, hasta tres luces de baños, recámaras y cocina durante una hora para las preparaciones matutinas. Chequen sus recibos de energía eléctrica.
2.- La seguridad que argumentan proporciona el horario de verano en las noches, la pierden los obreros, empleados bancarios y estudiantes en las oscuras mañanas al iniciar actividades, al adelantar sus relojes por el imprudente horario. Observen por Venustiano Carranza a los estudiantes en las sombras.
En resumen, el famoso horario de verano es un fiasco.
