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951 16 Diciembre 2011

ANÁLISIS A FONDO
De las pifias, ¿a la gloria?
Francisco Gómez Maza

Muy pronto para cantar victoria
Los mandos priistas, confiados

C
iudad de México.-
Entre las “pifias y tropezones”, como él mismo calificó sus recientes metidas de pata tan criticadas y “choteadas” en los medios de comunicación, sobre todo en las llamadas redes “sociales”, mañana sábado 17 de diciembre, el priista Enrique Peña Nieto celebrará la segunda posada navideña con la confirmación de su candidatura por el PRI a la presidencia de la república.

Es el desafío a sus demoledores críticos, que se han burlado de él a más no poder porque confundió títulos y autores de los libros que más lo han marcado en la vida y no supo el precio del kilo de tortillas ni el monto del salario mínimo.

Pero sacando fuerzas de flaqueza, con la confirmación de mañana, Peña Nieto se lanza de lleno a la carrera por “sacar a patadas” (lo dijo Fox hace 12 años) al PAN de la residencia presidencial de Los Pinos.

Jesús Murillo Karam, de la Comisión Nacional de Procesos Internos del tricolor, le entregará al ex gobernador del estado de México la constancia de candidato, en una ceremonia programada a celebrarse al medio día en el auditorio Plutarco Elías Calles de la sede del Comité Ejecutivo Nacional priista, ante la presencia de la plana mayor del partido, encabezada por su presidente Pedro Joaquín Coldwell. Y a la sombra del poderoso sonorense Manlio Fabio Beltrones.

Las precampañas de los precandidatos de los partidos políticos para las elecciones del primero de julio de 2012 comienzan oficialmente este domingo 18. Peña Nieto prácticamente se adelanta un día, pues viajará a Veracruz inmediatamente después del acto en el Plutarco, para una concentración de correligionarios y simpatizantes (se espera que no acarreados, ni torteados, ni maiceados) en el puerto, interpretada como un espaldarazo al gobierno de Javier Duarte, muy vapuleado por “entrambos caños”, como dice Miguel de Cervantes que dice el señor don Quijote de La Mancha.

El acto peñista en Veracruz, a celebrarse por la tarde de mañana sábado en el puerto jarocho, es interpretado como un histórico apoyo a Duarte, uno de los gobernadores priistas, ante las embestidas de las bandas del narcotráfico y el crimen organizado, que han dejado una estela de muerte en la entidad, y la de los panistas y yunistas (y también yunquistas) y el presidente Calderón, que a toda costa quieren ver a Duarte en la picota.

Los asesores de Peña Nieto tuvieron que aprender ya de la dolorosa lección de las pifias y tropezones –en mi tierra se dice “trompezones”, por aquello de las trompas, no de Falopio, sino de bocas desbocadas─  del candidato, aunque no tanto porque la contraofensiva “literaria” de Televisa, preguntándole a medio mundo por los libros que ha leído, ha resultado infantiloide, ingenua y también trompicona, por no decir estulta. Provoca risa ridícula y burlona entre los televidentes. Mejor deberían cancelarlas.

Y el señor Peña Nieto tendrá que emular al izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien responde que “la Constitución”, cuando le preguntan los reporteros que qué libros han marcado su vida. Y de ahí no lo sacan porque no los deja, mañosamente, que sigan preguntando.

Pero, aparte de todo, los priistas tienen tendrán ya, mañana al medio día, “candidato oficial”. Y el gobernador Duarte, un futuro prometedor. No dude que, si ganase la presidencia Peña Nieto, el nombre de Javier Duarte esté entre los más nombrados.

A desfondo: La Cámara de Diputados aprobó esta semana, por 279 votos, reformas al Código Penal Federal, así como a las leyes General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la Orgánica de la Administración Pública Federal y la Orgánica de la Procuraduría General de la República, para tipificar el delito de feminicidio y establecer pena de 40 a 60 años de prisión y de quinientos a mil días de multa a quien lo cometa. La reforma penal precisa que al “servidor” público que, con motivo de sus funciones y atribuciones, conozca del delito de feminicidio y, por acción u omisión, realice practicas dilatorias en la procuración y administración de justicia, se le impondrán de cinco a diez años de prisión, de quinientos a mil días de multa e inhabilitación del cargo o comisión que desempeñe de cinco a diez años.

Las autoridades laborales y los tribunales del trabajo en realidad son meros mercados en los que se compran y venden trabajadores, en perjuicio de las empresas, de los trabajadores, de los sindicatos, de la economía y del país, de acuerdo con el equipo de investigadores sobre el tema del empleo, que coordina el doctor José Alfonso Bouzas Ortiz en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

analisisafondo@cablevision.net.mx

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La Quincena Nº92

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