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953 20 Diciembre 2011

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
México y el cambio climático
Edilberto Cervantes Galván

M
onterrey.-
Hace unos días, en un foro internacional, el presidente Calderón afirmó que el cambio climático es una amenaza real para la humanidad. También ha dicho que México es uno de los países que mayor impacto negativo están recibiendo. En el discurso, el presidente Calderón muestra compromiso y determinación; en los hechos, sin embargo, México no está ponderando un dilema de fondo.

A principios de este mes de diciembre el gobierno mexicano organizó y presidió la XVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-16) que se llevó a cabo en  Cancún.

Los Acuerdos a los que se llegó son importantes:

a) Dos grados centígrados como tope máximo al que se permitirá que aumente la temperatura del planeta.

b) Creación de un Fondo Verde para que los países subdesarrollados reciban, a partir del 2020, cien mil millones de dólares para combatir el cambio climático y el Banco Mundial administrará esos dineros.

c) Una reducción voluntaria de emisiones de dióxido de carbono.

d) Varios esquemas de apoyo en favor de los países en desarrollo para que puedan financiar el enorme gasto de utilizar energías no contaminantes.

El próximo año México será anfitrión de la reunión anual del Grupo de los 20. Un foro de negociación al más alto nivel entre los gobiernos de  las más importantes economías del mundo.*

Al ser anfitrión de la reunión le corresponde al gobierno mexicano la presidencia de tal evento.

Felipe Calderón acaba de presentar sus  planes o temas que impulsará desde la presidencia del G20: estabilidad económica, reformas estructurales, fortalecimiento del sistema financiero con organizaciones más fuertes, seguridad alimentaria, atención a la volatilidad del mercado de materias primas, e insistió de manera específica en el cambio climático y la sustentabilidad.

Calderón se dijo decepcionado de que algunos países se hayan retirado del protocolo de Kioto. Canadá, Japón y Rusia, por ejemplo, se han negado a firmar una segunda ronda de recortes de emisiones.
“A mí lo que me preocupa es que los problemas económicos que vemos por doquier son de tal envergadura que poca atención se le presta al problema del cambio climático y a la COP-17”, expuso el presidente mexicano.

Por ello, afirmó, “tenemos que hacer que los líderes y los ciudadanos de a pie se movilicen para promover un paso hacia adelante, atrevido, en la lucha contra el cambio climático”.

Si bien es de reconocer el amplio esfuerzo diplomático que el gobierno de México le ha destinado al tema del cambio climático; fuera de las excitativas voluntaristas, la discusión de fondo es hasta dónde los países más industrializados aceptan reducir de manera significativa sus emisiones de contaminantes a la atmósfera. Hasta ahora ese no ha sido el caso.

Hay que destacar que los principales contaminantes se derivan del uso de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo, mismos que se aplican en los procesos industriales y los transportes. El presidente de los Estados Unidos es el único jefe de estado que ha diseñado un proceso para que la economía norteamericana deje a mediano plazo de depender del petróleo. 

Para los mexicanos el tema merece especial atención, ya que el presupuesto del gobierno de México se sostiene en gran parte con los ingresos de la explotación y venta del petróleo. Beneficios que se transmiten hasta los gobiernos estatales. El petróleo ha sido desde hace décadas fuente de ingresos de primera importancia para el país; en el sexenio de Fox, por ejemplo, se tuvieron ingresos verdaderamente extraordinarios por los altos precios internacionales del petróleo. ¿Qué se hizo con todo ese caudal, cómo se empleó? Es una pregunta cuya respuesta indica hacia el desperdicio.

Si las gestiones en contra del cambio climático tuvieran éxito, el primer efecto sería una reducción de la demanda internacional de petróleo; lo cual impactaría de manera directa en la línea de flotación del gobierno mexicano. Habría que preguntarse si existen planes para compensar una reducción significativa en la demanda internacional de petróleo.
¿Puede la economía mexicana dejar de depender del petróleo?
¿Está México tomando acciones concretas para modificar las fuentes de energía de manera importante a corto plazo, como se está demandando a los países industrializados?

Durante la semana pasada el gobierno de Canadá anunció que se retira  del Protocolo de Kyoto porque para cumplir con las metas allí establecidas tendrían  que parar todos los vehículos automotores que circulan en ese país y es evidente que no están dispuestos a parar su economía.

¿Qué se tendrá que hacer en México?

* El Grupo de los 20 (o G-20), es un foro de 19 países, más la Unión Europea, en el que se reúnen regularmente, desde 1999, jefes de Estado (o Gobierno), gobernadores de bancos centrales y ministros de finanzas. Está constituido por siete de los países más industrializados (G7), más Rusia (G-8), más once países recientemente industrializados de todas las regiones del mundo y la Unión Europea como bloque económico.

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La Quincena Nº92

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