ÓPERA PRIMA
En Ópera prima creemos firmemente en el talento local y tenemos por objetivo difundir las letras que actualmente habitan los talleres de la ciudad. En esta ocasión ponemos a su consideración el cuento "Agonizando la vida" de Tanya Yizell Ventura. Se agradecen los comentarios y retroalimentación, así como la crítica.
AGONIZANDO LA VIDA
Chapoteando en el mar de los recuerdos se encontraba Eugenia, sintiéndose toda etérea, frágil, vulnerable. Deseando desaparecer de su cuerpo o dejar de vivir a través de él.
Medio frasco de pastillas controladas la llevaría al descanso que tanto necesitaba.
Al cerrar los ojos se vio en medio de un inmenso jardín, cubierto de rosas blancas y decidió correr sin razón aparente y lo hizo tan rápido como le fue posible, a contra luz, sintiendo la ligereza de su cuerpo, experimentado una sensación única de libertad.
Luego de un tramo largo el cuerpo le dolió, se detuvo y al bajar su rostro, noto que las espinas habían rasgado su piel, al volver la vista, las flores tras ella lucían marchitas y Eugenia, solo pudo llorar.
Corrió con mayor velocidad, pensando que si las flores no la sentían podrían vivir, pero su cuerpo no resistía, la muerte de las rosas la alcanzaba en el mismo instante en que las rozaba, corrió y gimió y grito y su piel se exponía abierta, sangrante. Se detuvo, impotente, sin aliento ni esperanza.
Una voz del más allá o tal vez desde lo más profundo de su alma la cuestionó ¿Qué te duele?
¡TODA YO! ¡Me duelo toda yo! Y llora como niña, con el sentimiento incontrolable de haber perdido una importante batalla, de la cual pende la vida misma.
¿Qué hice para llegar aquí? ¿Qué hice para dolerme así?
En el hospital, un grupo de médicos lucha por salvarle la vida, sus hijas aterradas en casa de la abuela, prometen en oraciones no volverse a portar mal.
Eugenia llora en medio del jardín marchito, con rosas secas y espinas largas, con la piel viva y el espíritu muerto, con pellejos colgantes y el alma agonizante, con la carne sangrante y fiebre de olvido, con el cuerpo en pedazos y el amor a retazos, con la vida y la muerte en cada mano.
Y llora y se desgarra el corazón entre gritos de terror y la luz tan lejana minimiza su entrada y Eugenia no deja de llorar.
¿Donde se sufre más? -se pregunta a sí misma- ¿En la vida o en la agonía? ¿En la apariencia o en la esperanza? ¿En la noche o en el día? ¿En mi vida o en la tuya?
Cierra los ojos y escucha el silencio, el cuerpo se expande y se entrega a la experiencia, ya no llora, ya no duele, ya no anhela, ya no quiere.
Tanya Ventura
Tanya Ventura. Nació en Monterrey, N. L. el 8 de Enero 08 de 1978. Licenciada en Ciencias de la Educación por la Universidad de Monterrey (UDEM). Ha tomado talleres con Eusebio Ruvalcaba, Mario Anteo y Héctor Montecinos.
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