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LA PLAZA LLENA Y LA CIUDAD VACIA

(Sobre Habitaciones, de Eligio Coronado)

Virginia Leija Hernández

¿Por qué la necesidad de habitar? ¿En qué momento surge esta necesidad? Considero que la necesitad de habitar –de vivir, partiendo del origen latino de la palabra- surge a partir de un nacimiento, de un descubrimiento de algo que merece ser vivido –habitado- de ahí el recorrido que hace el autor, Eligio Coronado,

por un paisaje verde transparente, una ciudad tomada por el tedio, adornada por flores metálicas en medio de noches con aires de plata dura para luego, habitar lo inasible: tiempo, sentidos, sentimientos y lo invisible.

Y en este habitar sobreviene una búsqueda alterna: la luz. Liberado del compromiso con el lenguaje, el autor deja clara muestra de esa búsqueda a partir de imágenes, en versos cortados con una agudeza tal que llega a tocar a la imagen, cito a continuación un verso del texto “Relámpago”:

Fue el aire,

aún eléctrico,

que se incendió de pronto

y atravesó la lluvia

Atribuirle una visión al aire, transformarlo y atravesar la lluvia sólo es posible lograrlo a partir de la contemplación sin más. La contemplación de la imagen sin comprometerla con el lenguaje, dejar que la imagen hable, se mueva, fluya, se transforme y que el lenguaje simplemente la siga.

La plaza llena y la ciudad vacía tienen que ver con la relación imagen-lenguaje y si establecemos la analogía poesía-literatura, nos encontramos con un poeta que evidentemente prefiere llenar una plaza que una ciudad. Encontrarnos en estos días con una lectura de poemas elaborados con una mano que persigue a la luz, resulta grato a los ojos. ¿El poeta escribe para una plaza o una ciudad? No, el poeta simplemente escribe, presencia, anuncia lo que ve, como lo demuestra en el siguiente texto:

Destino

Todos los días cae la noche:

oscuros resplandores

que erosionan

la vetusta armadura

de la luz.

Escrito desde un constante movimiento, una especie de deambular del poeta por sus habitaciones, es clara la voz detrás del oído cuando nos dice en el texto “Hay una oscuridad”:

alguien olvidó encender la luna

Eligio Coronado reafirma en Habitaciones* su oficio de poeta, fiel a su compromiso con la imagen, con la plaza llena.

Eligio Coronado. Habitaciones. Monterrey, N.L.: Edit. UANL, 2009. 74 pp. (Colec. Palabra en Poesía).


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