¿CUALES LIBROS DEBEMOS RESEÑAR?
Eligio Coronado

¿Cuáles libros debemos reseñar? La tendencia es comentar los libros nuevos, también llamados de actualidad, aunque no siempre lo sean. Algunos libros “nuevos” son viejos textos que han pasado mucho tiempo en cajones y cajas esperando “su” momento.
         Ese momento llega cuando un editor o alguien bien intencionado nos pide material para un libro o, también, cuando podemos financiar su edición. Entonces revisamos, corregimos y pulimos a toda prisa para “actualizar” o “mejorar” lo que fue nuestra perspectiva hace mucho tiempo.
         En algunas editoriales demasiado prestigiosas los originales aguardan hasta tres años. Para cuando esos libros se publican ya no son “actuales”, aunque sean “nuevos”.
         Por otra parte, los libros viejos tienen su encanto. Algunos se consideran “clásicos”, categoría  otorgada por el tiempo y la vigencia de su contenido. Otros libros viejos son importantes por la originalidad y/o novedad que tuvieron en su momento.
         A nivel personal las categorías aumentan: el primer libro de nuestro autor favorito, el último, el mejor, el que más nos impactó, el que nos falta, el de determinado género, el que tiene cierta portada, el que incluye tal o cual texto, el que dicho autor reconoció como su preferido, el que fue prologado por Fulano, el que fue publicado en equis editorial, el que nos autografió, el que ganó un premio, el que fue más elogiado, el que ha sido más traducido, el que tiene ilustraciones de Yasabenquién, el que escribió en tal parte, etc.
         Más allá de los libros de nuestros autores de cabecera, están los libros cuyos valores no podemos dejar de reconocer: textos, trama, estilo, tono, enfoque, estructura y frescura. Estos libros, nuevos o no, que se publican en ocasiones en tirajes reducidos por editoriales furtivas, que se difunden en silencio y que no pasan del círculo de amistad de los autores, que navegan en la indiferencia y que constituyen, a veces, la única bibliografía de esas plumas emergentes.
         También están los libros que se editan y almacenan rápidamente, porque carecen de un programa de distribución y no hay un presupuesto asignado para ello. Enterarse de su existencia requiere de un mucho de suerte y su localización de habilidades arqueológicas.
         Y luego están los libros que el azar nos acerca. Provienen de los reinos de la Imaginación, el Ingenio, la Sorpresa, el Misterio, la Inspiración, el Sueño, el Deseo, la Prolífica Sinrazón, la Inestable Realidad y la Fantasía. ¿Importa que no sean “nuevos” o de “actualidad”? ¿Cómo ignorar que nos sacuden y revolucionan a destiempo? ¿Debemos reseñarlos u olvidarlos para siempre?

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