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1121 10 Agosto 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
¿Del antaño sombrío a la esperanza?
Francisco Gómez Maza

Dos políticos de antaño, ancla de EPN en el Congreso
Ayer protestaron como líderes Gamboa y Beltrones

Ciudad de México.- Pues ayer, dos personajes del “antaño” sombrío se hicieron “presente” para intentar rescatar la “esperanza”: Manlio Fabio Beltrones Rivera y Emilio Gamboa Patrón, experimentados en la inefable política palaciega, el cabildeo, la negociación y la manipulación, protestaron como coordinadores de las bancadas del PRI para la LXII Legislatura de las cámaras de senadores y de diputados.

En el auditorio “Plutarco Elías Calles” de la casa grande del tricolor, en Insurgentes Norte, entre Héroes Ferrocarrileros y Luis Donaldo Colosio, hubo  fiesta grande porque el próximo jefe del poder ejecutivo impuso sus pareceres y su confianza en dos correligionarios sin copete, pero con una abultada hoja de vida en el rebaño priísta.

Con el que presume de yucateco y con el sonorense, Enrique Peña Nieto tiene una poderosa yunta para jalar hasta las cargas de mayor tonelaje, sobre todo la reforma hacendaria, pieza fundamental para que el nuevo gobierno pueda contribuir a salvar a la economía condenada a seguir en el despeñadero a la economía mundial y, sobre todo, a la estadounidense.

Pero la duda la sembró una reportera, en la consuetudinaria entrevista banquetera que los reporteros de la fuente política realizan al término de los actos cívicos o politiqueros. ¿Son ustedes ambos la nueva cara del nuevo PRI? Y chucha cuerera al fin, el hasta el 31 de agosto líder del Senado jocosamente le respondió, palabras más palabras menos, llevándose la mano derecha al rosto: “Pues ésta es la única cara que tengo”…

Pero como la reportera estaba tomando en serio su pregunta, insistió y Manlio le soltó el rollo del ese nuevo PRI que viene de un pasado truculento, corrupto e impune, para, como dije en la entrada de esta nota, hacerse presente y rescatar la esperanza.

Minutos antes, el líder de los 207 diputados priístas, incluido él, había dado la línea peñanietista para el trabajo legislativo que comenzará exactamente dentro de 22 días, cuando el primero de septiembre se inauguren los trabajos de las nuevas cámaras.

Para empezar dijo algo en lo que le asiste toda la razón: “Luego de doce años, en los que la primera alternancia de la democracia mexicana se guardó el cambio en los bolsillos y terminó quedando a deber, somos nuevamente merecedores de la confianza de la mayoría”. Y el escribidor matiza: merecedores de la confianza de los que votaron, como haya sido, por el PRI, porque está difícil que pueda ganarse la de quienes califican la jornada electoral del primero de julio de truculenta. Estos descalifican a Peña Nieto por defaul, y ni piensan concederle el beneficio de la dura.

Beltrones Rivera aseguró que desde ya suscribe las tres iniciativas que el PRI presentará, a nombre de Peña Nieto, al Congreso de la Unión inmediatamente que éste sea inaugurado: la creación de una comisión nacional anticorrupción, la profundización y ampliación de la trasparencia integral y la creación de una instancia ciudadana para supervisar la contratación de medios de comunicación con fines publicitarios. Los adversarios del PRI y de Peña Nieto, estoy seguro, no le concederán ni la más mínima fe al anuncio del sonorense. O como acostumbro a advertir yo al final de mis notas: veremos y diremos.

Y para seguir celebrando en grande, los 207 diputados electos se fueron de volada al restaurante Hacienda de los Morales, donde se deleitaron con los platillos con que se refocila la clase empresarial y política en lugares de postín, y los sudores y humores de los mejores aguardientes y licores que acompañan una plato lujurioso.

En la comida, no podía faltar el mensaje de su jefe Peña Nieto. Pero ya antes, en la ceremonia de la toma de protesta de los líderes en el nuevo Congreso, Manlio les había recalcado a los nuevos legisladores el pensamiento del mexiquense: “Les hago dos invitaciones. Primero: que tengamos siempre presente la responsabilidad de las urnas, donde está fundado el liderazgo democrático de Enrique Peña Nieto. Los mexicanos decidieron y nos corresponde acatar ese mandato con determinación y con resultados. Es un momento crítico en el que no caben los regateos ni las evasivas. Segundo: Invitarlos a prepararnos para asumir nuestra nueva encomienda con sentido de la historia y con visión de futuro. Conservémonos en la determinación de estar a la altura de las exigencias de los mexicanos”

Palabras que pueden quedarse en el antaño, aunque ahora son presente que busca convertirse en esperanza. Ah, los mexicanos. Cada seis años, como los ciclos mayas de 52, renuevan la fe y la esperanza, luego de que la fe fue traicionada por los políticos, y la esperanza no les ha conducido a nada. Pero mejor veremos y diremos, como acostumbra decir el gran paisano Roberto Coello Trejo en su columna Bitácora.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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