ANÁLISIS A FONDO
Va Murillo Karam
Francisco Gómez Maza

Arroyo Vieyra, a la vicepresidencia
Jaloneo PAN y PRD por la Jucopo

Ciudad de México.- No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague: hoy a las 11:00 se instala la sesión preparatoria de la LXII Legislatura del Congreso de la Unión –ayer clausuró sus trabajos la Comisión Permanente-.

En la Cámara de Diputados, el priísta Jesús Murillo Karam será votado como presidente de la mesa directiva, y será quien le cruce la banda tricolor al nuevo presidente de la república el primero de diciembre. Así, los legisladores estarán listos para inaugurar, el sábado primero de septiembre, el Congreso General y recibir el VI y último informe del gobierno panista.

La presidencia de Murillo Karam, propuesta por el PRI –con mayoría  de 207 curules– fue tranquilamente aceptada por el resto de las fracciones, pero anoche había aún problemas para decidir a qué partido fuera del PRI le toca la presidencia de la Junta de Coordinación Política (Jucopo). Se la estaban peleando hasta anoche las bancadas del PAN y del PRD, entre quienes hay un jaloneo, e intensas negociaciones. Pero lo urgente era la instalación de la mesa directiva de la asamblea general.

El guanajuatense Francisco Agustín Arroyo Vieyra deberá ser electo como vicepresidente de la mesa directiva. Este prócer es priísta guanajuatense y tiene el antecedente de haber sido vicepresidente de la Cámara de Diputados en la LIX Legislatura y acaba de entregar la vicepresidencia de la Cámara de Senadores. Como hemos dicho, tiene una amplia experiencia para coordinar, dar la palabra, manejar y hasta manipular a la asamblea.

Hace seis años, el entonces candidato priísta a la gubernatura de la tierra de Fox, Wintilo Vega Murillo, se vio obligado a renunciar a esa aspiración, porque el marchista Roberto Madrazo Pintado le impuso a Francisco Agustín como candidato a una de la senadurías por aquella entidad. El ganón fue obviamente el sonorense Manlio Fabio Beltrones, quien reforzó su grupo con la personalidad de Arroyo Vieyra, y ahora lo pone de mancuerna con Murillo Karam para fortalecerse.

Panistas y perredistas tendrán que negociar. Sobre todo las huestes de Luis Alberto Villarreal  García quien tendrá que hacer sustanciosas concesiones a las de Silvano Aureoles para que el PAN se quede con el gobierno burocrático de San Lázaro. Pero en realidad, la conformación de la Junta no es tan urgente como la mesa directiva que es la que tendrá que coordinar los trabajos legislativos a partir del sábado venidero. La negociación sin embargo no es una pera en dulce, pues los perredistas alegan que, juntando los diputados de todos los partidos de izquierda, hacen mayoría, lo que no es cierto porque los votos se cuentan por cada partido, no por bloques ideológicos.

Claro que el albiceleste Villarreal García ha prometido que su bancada buscará el consenso con los grupos parlamentarios que tengan algo que aportarle al país, “y lo haremos no importa de quién sea la iniciativa”.

En otro orden de cosas, ayer por fin apareció el perínclito Fernando Larrazabal, ex alcalde de Monterrey, y ahora diputado federal por mayoría. Se presentó a tomarse la foto y a registrarse en la oficina de protocolo de San Lázaro. Al final ofreció una conferencia de prensa en la que apareció con una blanca paloma, insistiendo en su inocencia y honestidad.

Larrazabal carga un cúmulo de situaciones embarazosas, sobre todo el ataque incendiario de sicarios del crimen organizado al Casino Royale, que dejó 52 víctimas, y que este 25 de agosto cumplió un año. Pero la loza más pesada es la de su hermano Jonás Larrazabal, quien inclusive fue arraigado por la procuraduría neoleonesa porque fue sorprendido por cámaras de video haciendo negocios con olor a queso con otro casino de no muy buena reputación.

Pero el ex munícipe y ahora diputado se presentó ante los periodistas y aclaró que él y el municipio de Monterrey salieron ilesos de esos desaguisados e inclusive que pidió a su partido, el PAN, ser candidato a la diputación federal para exponerse al escrutinio de los regiomontanos, objetivo que logró por una gran mayoría de votos de ciudadanos que le reiteraron su confianza. En fin, que palo dado ni dios lo quita. Y el buen panista no podrá quitarse por un rato la fama de quesero.

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