En el Jardín de Plantas, París
Su mirada, cansada de tanto pasar
frente a las rejas, ya no puede más.
Le parece que hubiera mil rejas
y detrás de esas mil rejas ningún mundo.
La suave marcha de sus poderosos y flexibles pasos
da vuelta en círculos pequeñísimos.
Es como una danza de fuerza alrededor de un centro
donde una gran voluntad se detuviera aturdida.
Sólo a veces, silencioso, se alza el velo
de las pupilas. Luego penetra una imagen
a través de los miembros: con una intensa tranquilidad
llega al corazón y ahí se detiene.
Poema tomado del libro El traidor, de Miguel Covarrubias, UANL/ALDVUS, que hoy en la noche se presenta en el Centro Cultural Universitario (Colegio Civil).
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