Las declaraciones de Calderón son de dar risa. Al reunirse con los ex presidentes de España, Chile, Uruguay, Italia, suscribió la frase de "...recomendar innovar ante la crisis...". Hay que notificar al inquilino de Los Pinos, que en épocas de crisis, la acción del Estado es vital para mitigar, salir de ella; que para innovar se requiere de un equipo preparado, capaz, experimentado, no improvisados como los funcionarios actuales, a quienes se les pueda exigir, demandar imaginación, creatividad, como no es el caso de México. Calderón está para actuar, poner en práctica lo que corresponda, no para dar discursos un día y otro también, no es a base de palabras mal engarzadas como se paliará la crisis. Las tibias acciones de Calderón fueron tardías, incompletas.
En el mismo sentido aparece lo dicho por el buen Germán; adujo que la crisis no la provocó Calderón, por lo que el tema salarial y la falta de empleos no le son imputables y por tanto deben sacarse del contexto electoral. No la provocó y no se le puede acusar de la toma de malas acciones en ese sentido; se le acusa de negligencia,  tibieza, de tardía reacción a un entorno que se veía venir un año y medio antes de que finalmente  lo aceptara; por ello Calderón y Carstens dijeron que se trataba de un catarrito, cuando la neumonía fulminante ya estaba enfrente. Así que sí son, y se trata de temas electorales y los mexicanos le deben cobrar la factura el 5 de julio en las elecciones.
Redondeando la defensa de Calderón por parte de Germán, también señaló a un cotidiano nacional que "no es cierto que Calderón inmiscuya los asuntos celestiales con los terrenos del Estado". ¿De veras Germancito cree esa ganzada? ¿O el servilismo llega a ese grado de abyección?  
Es indudable que esta administración panista gobierna a espaldas del pueblo mexicano, más bien desgobierna. En el asunto del precio del diesel que cada semana se incrementa a pesar del reclamo de diversos sectores de la economía, el pesquero y los campesinos, no hay marcha atrás, primero es el capricho y terquedad de Calderón y Carstens y después el resto del mundo. Se ha argüido de todas las maneras posibles que esos aumentos son nocivos para la política de precios, o sea la inflación y cada vez los oídos sordos, son más sordos. Ahora son ya 11 entidades federativas las que protestan y los gerifaltes, tan tranquilos, como si nada.

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