Veo con agrado que despertó interés en algunos lectores la evaluación de la reacción ciudadana a la forma en que los partidos PRI y PAN  designaron a sus candidatos.
En esencia los cuestionamientos de Guillermo Lozano y de Javier Livas, tienen que ver con el hecho de que no preguntemos de manera directa la opinión sobre “las marrullerías electorales”, dice Lozano, y de que “vayamos en retroceso democrático”, dice Livas.
Ciertamente podríamos evaluar la situación preguntándole a los electores específicamente su opinión sobre la forma en que finalmente los partidos en cuestión seleccionaron a sus candidatos. Pero nos significaría realizar una encuesta de al menos unos trescientos o cuatrocientos casos y, en lugar de tener información al respecto de inmediato, la tendríamos en más tiempo, o al menos a un costo mayor.
Por otra parte, lo fundamental en unos comicios es el voto que se otorga el día de la elección, y previo a ello lo que nos va dando luz respecto a cómo finalmente se expresará el voto en las urnas, es ni más ni menos que la intención de voto. Dicho de otro modo, la divisa importante en un proceso electoral es la intención de voto, y otros indicadores que pudieran estar asociados a ella, tales como la evaluación a los gobernantes en turno.
 En nuestro esquema, por consiguiente, se evalúa de manera continuada la opinión pública sobre diferentes indicadores que tienen que ver con la intención de voto y la percepción ciudadana de la gestión pública y otras cosas de interés. De manera permanente, en consecuencia, estamos viendo qué acontecimientos tienen la suficiente influencia para modificar, de manera significativa, los indicadores fundamentales, en especial los que tienen que ver con la referida intención del voto. Es por eso que no tenemos necesidad de preguntar de manera específica y directa sobre nada en particular. Si algo ocurrió y no se modificó la intención de voto, entonces significa que para fines electorales no fue importante, o al menos que hasta el momento de la evaluación no había sido importante.
Respeto por supuesto la opinión con relación a que la decepción para algunos lectores haya sido nuestra metodología, pero para nosotros es claro también que es una decepción infundada. Nuestra metodología se aplica desde hace años en diferentes partes del mundo, se ha presentado en congresos internacionales con mucho éxito, despertando interés en académicos de universidades importantes como la de Harvard, y hoy por hoy somos nosotros, sus creadores, los únicos que la podemos implementar. En el registro de autor en México quedaron bajo el nombre de Cartas de Navegación Política, y en los Estados Unidos las presentamos como Political GPS.
Finalmente, como diría Rudyard Kipling: Es bueno ser un buscador, porque tarde o temprano te convertirás en un encontrador. Para ofrendar tus descubrimientos al mundo, para aquellos que deseen aceptarlos.

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