Hay que hacerlo indirectamente. Ya tuvimos experiencia bastante con el Fobaproa y el robo de diciembre que le llaman “error”; ningún error; fue un robo descarado a la nación, o sea a nosotros y en particular a los más pobres de este país.
Vayamos al origen de la crisis, al diagnóstico; como se le hace a cualquier enfermo. Las empresas automotrices tienen problemas porque no venden sus vehículos en el número suficiente que tenían calculado para obtener sus ganancias y por las inversiones hechas para construirlos. Entonces el problema es la falta de ventas. ¿Por qué no los venden? Por culpa de la política económica del gobierno federal, que ha ido reduciendo el poder de compra de los consumidores en Estados Unidos y en México, al grado de que ya no tienen para comprar un vehículo. ¿Qué hay que hacer entonces? Atacar el problema en su origen; el poder de compra. Entonces la solución es restablecerlo. ¿Cómo? 
En el caso de México, disminuyendo o cancelando muchos impuestos que en este país se han multiplicado criminalmente; ejemplos: el IVA del 15% es y ha sido contraproducente, el ISAN, las tenencias, la luz, la gasolina, el diesel, las autopistas, los intereses que ahora son de usura, etc., etc. De esta manera se matarían dos pájaros de un tiro: se ayuda a los consumidores directamente, restableciendo su poder de compra y se ayuda a las empresas indirectamente, al poder vender ya sus vehículos; y hasta el gobierno se ayuda, porque restableciendo el poder de compra de los consumidores y las ganancias de las empresas automáticamente se beneficia al recibir más ingresos de los impuestos de las empresas. También se ayuda al crear o restablecer los empleos perdidos. Es cuestión de romper el ciclo vicioso en el que hemos caído por la criminal ineptitud de los economistas del gobierno y del “presidente”.
Esta solución no es nada nueva; así le hizo Roosvelt en 1929 y así le está haciendo Obama. ¡Vamos!, hasta el genocida Bush el año pasado les devolvió a los contribuyentes miles de millones de dólares, a mí me tocaron 600 dólares y los gasté y por lo tanto se le devolvieron una parte al gobierno por medio de los impuestos pagados en las empresas donde compré los artículos. Ya se sabe que en Estados Unidos esto no fue suficiente por los múltiples saqueos que se efectuaron allá. Acuérdense de uno de tantos; los 400 mil millones de dólares que Madof  transfirió a Israel antes de la debacle- aparte de los 50 mil millones defraudados. No sólo México sino que Estados Unidos tiene también un gobierno secuestrado por los genocidas y ladrones.
En México, el dizque error de diciembre ha sido el talón de Aquiles de este país desde la década pasada, por no haber ayudado a los ahorradores en vez de a los bancos. Todavía estamos pagando las consecuencias y las seguiremos pagando quizás hasta el fin de este siglo.
México no tiene solución si no hay un cambio fundamental de gobierno y de política económica. Una política que privilegie la educación integral total e investigación superior, la salud universal, un plan para desarrollar tecnología propia, un plan para reducir paulatinamente la dependencia de los Estados Unidos, un plan para rescatar todos los recursos estratégicos como el agua, el petróleo, la energía eléctrica, las comunicaciones, un plan para impulsar medios de información democráticos a través de universidades, del gobierno y de asociaciones o ONGs, acabar con el nefasto duopolio televisivo. Acabar con los estados dentro del estado, como son las comunicaciones, el narco, etc. El narco no se acaba con el ejército, sino con educación, salud y empleo digno.

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