¿Tendremos que importar políticos profesionales?
Comparto la frustración que como votantes expresan Claudio Tapia y María Elena Padilla (ver textos). Aunque considero que no nos debería de extrañar la antidemocracia en el PRIAN. No obstante, habría que observar si los afectados despliegan una lucha legal en TEPJF. Aunque ya sabemos los desenlaces de conflictos similares. Recordemos las elecciones internas  nacionales del PRD, en donde -previa inconformidad de los Chuchos- las autoridades usan un procedimiento análogo a la "toma de nota" en la lucha legal sindical, para imponer los representantes a modo (contra Encinas  y contra Napito). No obstante, la lucha contra las injusticias es siempre aleccionadora, ojalá la desplieguen.
Regresando al tema central. La causa de fondo de esta actitud de duda como votantes que muchos compartimos y que fue magníficamente expresada por Claudio y María Elena, es la falta de opciones políticas viables de la izquierda en la localidad. Pregunto: ¿ya existen?; ¿ya se analizaron?; ¿ya se descartaron?; ¿se están conformado? Habrá tiempo para influir en ellas.
La actividad política profesional, como quiera que sea, es una especialidad. Los atrevidos chapulines lo saben. Moverse y actuar entre la trama legal y la  lucha de intereses de la acción política no es trabajo fácil ni cómodo. Pregunto; ¿quién se apunta para cambiar de "jale" e incorporarse a la lucha para ser político profesional? A la sombra de qué liderazgo habría que agruparse?
En mis desesperadas especulaciones a veces he llegado a considerar -haciendo abstracción de los requisitos legales- el "importar" algún candidato (internacional o nacional) con competencia y credenciales para agrupar a la izquierda de Monterrey. (Alguien del otro lado del espectro político ya lo hizo, pues hasta se rumoró que se pretendía traer a Carlos Salinas de Gortari para gobernador.)
Ante la situación urgente vale desplegar la imaginación Ya en esta condición y por la falta de candidatos y equipos humanos competentes, podíamos proponer a Pablo Gómez a Denise Dresser, o a José Woldenberg. A Granados Chapa, o a Lorenzo Meyer, o a Carmen Aristegui, o a todos ellos juntos. En un caso extremo, al jubilado internacionalista Fidel Castro. O finalmente, siendo más realistas, apoyar a algún rupturista democrático y consecuente del PRI o del PAN? Ánimo.
Guillermo Lozano

El Candidato de las Mayorías
Una idea podría ser, construir un personaje con ciertas características muy singulares y hacerlo El Candidato de las Mayorías. Propongo la construcción entre vari@s; tejámosle un rostro chido y seductor, un poco a lo Micky Mouse Regio, mitad perdido en la unidimensionalidad de la tira cómica, como entre la polivariedad del narco, el alza de precios, y las minifaldas de Morelos. Un mundo que él no acabe de entender, pero que sobrevive gracias a su preocupación (casi) heroica por alguna colección que le sea amada (¿qué tal si le ponemos que colecciona casquillos en enfrentamientos, lo cual tendría su aire épico, o recortes periodísticos de frases consoladoras, del tipo de Alex Day, Felipe Calderón, Cuauhtémoc Sánchez y Agustín Carstens?).
La amargura existencial hecha persona entre la chacota y la farsa: la tragedia ciudadana, pues.
José Luis García Krauss

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